Victoria Castillo, la ingeniera química que hoy gerencia la Lotería de Bogotá

Victoria Castillo es la gerente más joven que ha tenido la Lotería de Bogotá. Llegó allí con méritos y sin rosca.

Su nombre llegó a oídos del acalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, debido a los destacados resultados que obtuvo como gerente de la Lotería del Tolima, organización que salvó de la bancarrota en solo dos años (2013 -2015).

La empresa estaba lista para ser liquidada. Sin embargo, Castillo la resucitó y la convirtió en una de las loterías más productivas del país.

Aunque se pudiera pensar que para alcanzar estos cargos públicos, Victoria Castillo se preparó desde joven en una carrera profesional enfocada en la dirección empresarial y que fue escalando puestos durante muchos años hasta llegar a ser la gerente de una las loterías más importantes del país, la historia es otra.

Esta ibaguereña es ingeniera química de la Universidad Nacional con un énfasis en Medio Ambiente. Es más, hasta el 2013, antes de llega por cosas del destino a la Lotería del Tolima, se dedicaba a la constructora que fundó años después de terminar su carrera.

¿Cómo termina allí? Hay que ir hasta su infancia para entender por qué a pesar de ser ingeniera química se ha desempeñado con éxito en estos cargos públicos. Tal vez no estudió administración, economía o alguna otra carrera afín con este tipo de oficios, pero el comercio y las ventas están en su sangre.

Castillo creció junto a sus nueve hermanos y sus papás en el barrio La Granja de Ibagué. Estudió la primera y el bachillerato en el Liceo Nacional, el lugar en donde empezó a incursionar en el mundo de los negocios.

“El primer negocio que recuerdo comenzó en cuarto de primaria, mi papá fue militar y tenía muchas cosas relacionadas con su trabajo, armé como un San Alejo y vendí todo un cuarto lleno de cosas viejas”, recordó.

De ahí en adelante descubrió que tenía potencial comercial, así que con sus amigas del colegio decidió incursionar en un producto adecuado para las tardes calurosas de Ibagué.

“Montamos en el barrio una venta de helados y nos fue muy bien, pero siempre estaba pensando en otros negocios, así que a los meses decidí emprender con una de mis hermanas en un puesto de perros calientes”, evocó.

Luego de la venta de perros calientes, fueron muchos los otros “negocios”. Cuando estaba finalizando el bachillerato decidió hacer flores en troquel y exportarlas a Bogotá gracias a un contacto que ella misma consiguió.

“Se me facilitaba entablar relaciones con la gente, no me daba pena ir a vender, inventarnos una rifa, pero lo hacíamos porque queríamos. Además, tuve un papá que era súper inquieto y que hacía muchas cosas”, contó.

Don Gonzalo Castillo, su padre, fue fundamental en su vida. Aunque lamentablemente falleció hace más de 10 años, está segura de que gran parte de su éxito lo ha logrado gracias a él y a su mamá.

El sueño de ser ingeniería química

Victoria no solo fue brillante en los pequeños negocios que montó en su infancia y adolescencia. Académicamente, también sobresalió, graduándose como la mejor bachiller de su cohorte en el Liceo Nacional.

Deseaba con ansías iniciar su formación profesional, así que resolvió presentarse a la Universidad Nacional con un único objetivo: estudiar Ingeniería Química. Cuando tenía 12 años descubrió que le encantaba la ciencia, así que investigó y se prometió que cuando fuera grande tendría una empresa de productos de aseo (limpiadores, ambientadores, fragancias). Esta carrera la llevaría a lograr ese sueño.

Se mudó a Bogotá e inició su nueva vida en la universidad pública más importante de Colombia. Sin embargo, cuando ya habían pasado algunos semestres y había logrado adaptarse, le llegó una de las noticias más importantes: iba a convertirse en mamá a los 21 años.

“Las circunstancias no limitan, para mí un hijo llegaba a sumar y tenía clara la responsabilidad. No dejé de estudiar ni un momento. Fue una motivación”, indicó.

Así que al final de todo logró graduarse sin mayores contratiempos como ingeniera química con un énfasis en Medio Ambiente.

El regreso a Ibagué

Llegó a Ibagué  e inició una empresa dedicada a la asesoría ambiental. Durante unos años este fue su mundo, hasta que le entró el interés por otro campo laboral en el que no se había desempeñado.

“Para el 2010 comencé con una especialización en Gestión Pública, esto me motivo a montar una constructora que aún existe – la direcciona uno de sus hermanos- llamada Gestión Solidaria”, aclaró.

Con esta empresa, donde se encargaba de diseñar todo lo relacionado con saneamiento básico, como el tratamiento de plantas de agua potable, la construcción de canales, vías y puentes, logró darse a conocer en el sector público de la ciudad y el departamento.

El mundo de las loterías

Gracias al reconocimiento que tenía por el trabajo que venía ejecutando con su constructora, las directivas de la Lotería del Tolima, la cual estaba en apuros, decidieron llamarla para ocupar el cargo más importante: la Gerencia. (Ver: Exgerente de la Lotería del Tolima ahora es subgerente general de la Lotería de Bogotá)

“En el 2013 se me da la oportunidad de ingresar a la Lotería del Tolima. Aunque al principio había dicho que no, terminé aceptando, porque cuando una empresa está mal y toca restructurar, el esfuerzo será muchísimo mejor”, expuso.

Lo que ella no sabía es que esta empresa ya había sido declarada inviable financieramente por la Superintendencia de Industria y Comercio. De hecho, ya estaba el borrador de la liquidación para la Lotería del Tolima. Había llegado a una empresa quebrada.

“Éramos la última lotería en Colombia, la última en ventas de 14 loterías activas. Pero ya estaba en ese cargo, así que lo intentaría hasta el final, me enfoqué en estudiar bien el producto, en conocerlo”.

Llegó a la Lotería del Tolima en julio de 2013 y para diciembre ya había conseguido, junto a su equipo, volver a posicionar el producto. Cambiaron la imagen de la lotería, lograron vender a través de Baloto y, lo más importante, consiguió que por dos años consecutivos la Lotería del Tolima fuera la empresa en el sector que más ganancias dejaba en Colombia.

Tanto fue su empeño por lograr posicionar esta compañía de los tolimenses que donó su primer sueldo y siempre cargaba en su bolso billetes de lotería. Ella misma los vendía.

Bogotá le abre las puertas

Gracias a este trabajo fue designada presidenta del Sorteo Extraordinario de Colombia, una compañía que antes de su arribo, solo había estado liderada por “paisas” y “costeños”.

“Logramos entre muchos otros ejercicios importantes, incrementar ventas, reducir costos operativos y mejorar los indicadores de gestión. Un trabajo que hizo que mi nombre empezara a sonar muchísimo hasta llegar a oídos del alcalde Peñalosa”.

Le ofreció el cargo de la subgerencia en la Lotería de Bogotá, el cual ocupó por dos años, hasta llegar, el pasado 10 de abril, a la Gerencia. “Fue un proceso abierto, tenían bastantes hojas de vida, la mayoría de hombres. Estoy muy contenta”, añadió.

La Lotería de Bogotá hace parte de las tres loterías que venden el 50 % de toda la industria en Colombia. Aunque su foco es Bogotá, también se concentra en Antioquia, Valle del Cauca y la Costa Atlántica. (Ver: La ibaguereña Victoria Castillo es la nueva gerente de la Lotería de Bogotá)

Ella, aunque reconoce que en estos momentos de su vida está enfocada en Bogotá, por su trabajo, su hijo, entre otros factores. No olvida a la tierra que la vio nacer.

“A Ibagué y al Tolima le debo muchísimo. Allá hay gente maravillosa, talentosa, brillante, pero a veces hace falta un empujón para tener la oportunidad. Hay un problema de liderazgo, porque a veces este se confunde con las palancas y con otras muchas cosas, pero sí creo en la ciudad y sé que Ibagué tiene un potencial grandísimo”, indicó.

 

Por: YÉSSICA PETRO ESCOBAR

Foto: EL OLFATO

Fecha: lunes - 16 abril - 2018