El presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo, reveló el modus operandi de las “mafias regionales” de la contratación pública en las regiones del país, un tema de absoluto interés en regiones como el Tolima donde se están adjudicando millonarias contrataciones para la construcción de escenarios para los Juegos Deportivos Nacionales 2015.
El documento, publicado en el diario El Tiempo y la página web de la agremiación (Ver enlace), explica de manera detallada cómo se estructuran los procesos licitatorios para favorecer a un determinado contratista.
Según él, “solo hace falta dar un vistazo a las conclusiones del Observatorio de Contratación de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, según las cuales un 65% de los procesos licitatorios abiertos en los municipios del país -durante 2014- terminaron favoreciendo una única oferta”.
Licitaciones diseñadas por sastres
Explica el dirigente gremial que: “En términos pragmáticos esto evidencia un sistemático proceder dentro de algunas entidades territoriales que se han dedicado a confeccionar –al mejor estilo de un sastre exclusivo- las condiciones habilitantes de los contratos, para que su diseño solo pueda lucirlo quien hace el encargo a la medida de sus intereses”.
Y entregó detalles de cómo logran acomodar las licitaciones: “Sin rodeos, esto es una mafia que se enquistó en el territorio nacional. Pero, ¿cuál es el modus operandi que rodea el fenómeno? Todo está resumido en una estratagema compuesta por tres modalidades: la primera es cuando el estructurador de un pliego de condiciones hace hasta lo imposible para que solo una firma pueda cumplir con las exigencias solicitadas”.
Estos carteles de la contratación también muestran una fachada de transparencia para que los organismos de control piensen que todo se hace correctamente: “La segunda modalidad -más elaborada- se da cuando un variopinto grupo de oferentes se presenta a determinado proceso a sabiendas de que solo uno de ellos puede cumplir; lo hacen exprofeso y con el fin de aparentar pluralidad. Y, finalmente, aparece el método restrictivo que, como su nombre lo sugiere, restringe la participación y viola un principio básico de la contratación: la presencia de múltiples oferentes”.
“Más preocupante aún es saber que tras esta maraña se esconden diferentes actores, que a la larga son los encargados de echar a rodar el plan. Como en una saga policiaca, los protagonistas son un gamonal corrupto que hace la intermediación entre una entidad contratante y un contratista de igual calaña”, sostiene.
Preguntas y respuestas
“De frente a un escenario tan escabroso, las preguntas que surgen no son menores: ¿cómo ponerle coto a estas prácticas? Y ¿Quiénes son los más perjudicados?”, se preguntó Caicedo.
“Para responder el primer interrogante, insistimos en que la única manera de ponerle la jáquima a este flagelo es implementando los pliegos ‘Tipo’, que no son nada distinto a un mecanismo encaminado a unificar las reglas del juego a la hora de contratar y acabar con la discrecionalidad del funcionario”, recomendó.
Sobre la segunda respuesta afirmó: “los más perjudicados con el lastre de la corrupción son los propietarios de las PYMES de ingeniería que –de cara a esta realidad- solo tienen la opción de ver impotentes cómo se cierran las puertas de la participación ante sus ojos”.
Explicó que el propósito de este documento es para que “el boom de la infraestructura sea una oportunidad para que al mercado de las obras públicas no solo entren los grandes empresarios del sector sino también los medianos y pequeños. Para que este anhelo pueda cristalizarse, no obstante, se hace necesaria una mano implacable que tenga los arrestos de enfrentar sin contemplación las prácticas corruptas”.