El éxodo masivo de venezolanos al país no puede recibir otro calificativo diferente a una grave crisis humanitaria, que lamentablemente anunciamos desde el 2014, en el debate sobre la situación de la frontera, realizado en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes. Posteriormente reiteramos esta advertencia cuando convocamos igualmente a discutir sobre las consecuencias del primer cierre de la frontera en el año 2015. Evidentemente este fenómeno fue subestimado en sus proporciones, hoy por fin despierta las alertas de las autoridades nacionales y regionales, pues resulta innegable que las medidas adoptadas están siendo insuficientes.
El escenario frente al cual nos enfrentamos como país representa grandes retos, pero igualmente una oportunidad enorme de saldar la deuda que se tiene de generar por fin una política migratoria, que permita al estado colombiano contar con la capacidad institucional en materia de salud, educación y empleo para atender a sus migrantes, colombianos y extranjeros.
Sin lugar a dudas, las acciones institucionales que demanda el ingreso diario de miles de seres humanos a través de nuestras fronteras, buscando su supervivencia y la de los familiares que deben dejar atrás, no puede continuar asumiéndose por el país de manera aislada. Es clara la imperativa necesidad de actuar de manera coordinada y conjunta con los demás países de la región, así como vincular a países amigos, a través del llamado a la solidaridad de la comunidad internacional.
Fenómenos migratorios como el que hoy vivimos, no son una experiencia nueva o desconocida para los organismos multilaterales, en ninguna latitud. Desafortunadamente el mundo ha sido testigo de recientes tragedias humanitarias similares como la de los desplazados de Siria, en la que tan sólo en cinco países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto, ya se encuentran más de 4,8 millones de refugiados sirios.
Frente a dicha crisis, las Naciones Unidas y la Unión Europea anunciaron en abril de este año, ayudas por 3.600 millones de dólares dirigidos a la atención de la población Siria y la región, dentro de los cuales no se contabilizan los importantes aportes que efectuarán países como Estados Unidos.
Para el partido Mira toda política que se implemente para solucionar el ingreso masivo de venezolanos a Colombia, que ya ronda por casi el millón de personas, debe estar dirigida a privilegiar la acción humanitaria, pensando que se debe ayudar a nuestros vecinos como una demostración de fraternidad y solidaridad, más allá de cualquier interés político.
Desde el partido, hemos luchado por reivindicar los derechos de los colombianos en el exterior, pero también nuestros congresistas están trabajando para avanzar de manera estructural, en la búsqueda de una política integrada para atender a los migrantes, a través del proyecto de ley “Política Integral Migratoria” que cursa en el Congreso de la República.
Pedimos al Gobierno y a las bancadas de los partidos, que muestren su voluntad política para mover este proyecto, y con carácter urgente se pueda aprobar, para que de una vez por todas, nuestro país cuente con una política migratoria integral, teniendo en cuenta que el flujo de migrantes al año en Colombia asciende a los 12 millones.
Resaltamos asimismo, el interés que ha mostrado el Gobierno entrante para hacerle frente al problema, por lo que le hacemos el llamado para se siga trabajando el tema concertadamente con los países del cono sur, además para que se piense en la manera de incidir en busca del apoyo económico internacional de países de Europa y Norteamérica para poder recibir con dignidad a nuestros hermanos venezolanos que por su situación de país, han decidido quedarse en Colombia.
En este sentido vemos que el Gobierno entrante ha optado por un rumbo positivo, buscando generar compromisos de los países de la región para brindar su acompañamiento en la crisis. En este panorama es esencial contar con cooperación internacional para poder atender esta crisis humanitaria; vemos que desde instancias como la OEA se están impulsando medidas como un grupo técnico de verificación para poder generar soluciones, en vías a “repartir las cargas”. Colombia ha acogido con buena voluntad a los migrantes, pero este fenómeno requiere del acompañamiento internacional para poder hacerle frente.
De nuestra parte, Ibagué ha sido considerada como ciudad de paso de migrantes que se dirigen a otros cascos urbanos o incluso hacia otros países; sin embargo, se calcula que hay al menos 2.000 venezolanos residiendo en la ciudad; por ello esperamos que dentro de estos esfuerzos institucionales y aportes de cooperación se destinen recursos para atender efectivamente a la migración. Sin embargo, se requiere asimismo desarrollar soluciones estructurales para el fenómeno del desempleo, que en parte se ve agravado por una mano de obra más barata de los extranjeros. Aquí se deben generar empleo formal para todos, por ello dentro de nuestra gestión en el Congreso, nuestra bandera será la de buscar mejores oportunidades de empleo y emprendimiento para nuestro departamento.