Una breve mirada histórica a la Catedral de Ibagué

La Catedral Primada Inmaculada Concepción de Ibagué es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad, y es el principal centro religioso que aloja la fe católica de los ibaguereños.  Su primer rostro fue al estilo español, con tejas y puertas de madera, cuatro naves y muros muy gruesos. Se le llama catedral porque es donde el obispo oficia la misa a los feligreses, y por ser el templo principal de la Arquidiócesis de Ibagué.

Su diseño difiere del de otras catedrales de Colombia, como las de Bogotá, Popayán y Tunja, construidas bajo un estilo barroco y árabe. Sus primeras fotos datan de 1.905, en donde se aprecian las mismas bases con que cuenta actualmente.

“Antes que una representativa iglesia, se contaba más bien con una capillita con paredones de tapia pisada, cuatro naves desiguales que no permitían un conjunto arquitectónico y con piso de tierra”; así es como el Compendio de Historia de Ibagué describe la antigua Iglesia de Ibagué, cuyo primer párroco fue Francisco Antonio González Candis en el siglo XVII, época desde la que está consagrada a la Inmaculada Concepción.

La ornamentación fue donada por los conquistadores españoles y gentes importantes, con el fin de contribuir al culto cristiano, herencia de la cultura europea. “En el momento en que Ibagué se constituyó como diócesis, a principios del siglo XX, tomó el nombre de catedral”, según Pedro Sosa, miembro fundador de la Academia de Historia del Tolima.

Sus primeros cambios

La reforma más importante que ha tenido la Catedral, fue la emprendida en 1.926 por Monseñor Pedro María Rodríguez Andrade, a quien también se le debe la construcción del Seminario Mayor, y el Colegio Tolimense.

La iglesia adquiere un diseño arquitectónico que conserva sus bases originales, pero se inclina por el estilo románico, con un rosetón en la mitad, y arquerías y columnas griegas en su interior, en materiales como cal y canto. Esta remodelación duró varios años, siendo encomendada al italiano Ped8a2530cebeb6c4204eb8d9136cf9a8ccro Julio D’achiardi, quien también construyó el retablo del altar mayor.

En 1.929, monseñor Rodríguez Andrade logra que la colonia antioqueña done el reloj que continúa marcando la hora desde su única torre. Ya en 1.931, consagra las tres campanas provenientes de Annency, Francia, fabricadas por los señores Paccard y que él mismo donó, producto de una gira que realizó por Europa.

Otros cambios en la infraestructura se dieron en tiempo de Monseñor Rubén Isaza Restrepo, quien retiró la puerta que daba a la Carrera Tercera y tumbó los altares laterales, dejando sólo los de las tres naves principales. También, en 1.985 se dispone en la fachada de la iglesia la escultura en honor al papa Juan Pablo II, que visitó el territorio tolimense tras la tragedia de Armero. Esta, una obra del maestro Enrique Saldaña.

El intento de su desaparición

Tras el sismo ocurrido en la ciudad de Ibagué en 1.976, la cúpula quedó averiada y la nave del centro estuvo cerca de caerse. Algunos ingenieros y arquitectos de la época, con intención de ampliar la Plaza de Bolívar en dirección al Parque Murillo Toro, manifestaron la posibilidad de demolerla. Sin embargo, gracias al esfuerzo del párroco de la época, la catedral continuó erigida y fue reforzada en ferro concreto.

La más reciente restauración fue en 2010  con una inversión de 28 millones de pesos. Se retocaron los apliques dorados de las tres naves, se restauraron las imágenes religiosas, y se hizo mantenimiento al órgano tubular y a la maquinaria del reloj. Recientemente, se agregaron unos vitrales que representan los siete sacramentos de la iglesia, y que fueron traídos de Medellín.

En el último tiempo, la Catedral fue declarada patrimonio cultural de la ciudad junto con el Palacio Arzobispal, por la Dirección Departamental de Cultura.

Por: JULY BOLÍVAR

Foto: ELOLFATO.COM - ​www.facebook.com/FotografiasAntiguasYPersonajesDelTolima

Fecha: sábado - 5 septiembre - 2015