Algunas personas nos pasamos el tiempo buscando ese amor para toda la vida, sentimos como una necesidad de tener a alguien a nuestro lado con quien compartir y es apenas natural pues somos seres de compañía y tan solo unos pocos logramos encontrar el punto de equilibrio en la soledad. Sin embargo, la mayoría de veces nos desenfocamos tanto y nos alejamos del camino que buscamos ese amor para toda la vida afuera, sin comprender que lo tenemos dentro nosotros y que nace desde la fuerza de nuestro corazón.
Por ahí dicen que lo que te llega a la vida es lo que atraes, que tu pareja es el reflejo de lo que tú eres, pues los errores que ves en los demás son tuyos propios. De ahí radica mi teoría comprobada al 100%, que muestra que para encontrar a esa persona indicada, es primordial encontrarnos a nosotros mismos y sentirnos plenos de manera individual. Solo en ese momento podremos compartir con otra persona. No vas a poder amar a nadie si no te amas a ti de manera incondicional, pues nadie vino a esta mundo a hacerte feliz, tu viniste solo a ser feliz por tu propia cuenta y de eso trata, de que tu estabilidad y tranquilidad no dependa de un tercero que a la final nunca sabes cuánto tiempo va a durar a tu lado, sea una persona o una situación.
Ahora, no podemos decir que lo anterior se logra fácil, de hecho es bastante complicado de conseguir pero no imposible. Se empieza por ponerte como prioridad a ti mismo, no dejarse deslumbrar por espejismos y ser muy paciente, nunca el que busca de manera desesperada encuentra, y menos hablando de temas emocionales o laborares. O bueno, digamos que sí encuentra pero tarde que temprano se estrella, se encarta, se confunde y termina estando peor al principio.
Así que cuando digan que quieren un amor para toda la vida, recuerden siempre que ese amor lo tiene cada uno en sus entrañas, que viene desde su propio corazón y que se debe reflejar en cada acto, cada palabra y cada cuidado consigo mismo. No hay amores para toda la vida más que ese que te puedas profesar a ti, comprendiéndote y amándote tal cual eres y buscando siempre avanzar, pero avanzar para bien, siendo pleno, transparente y auténtico.