“Hay dos opciones: voluntariamente o a través de un proceso”. Ese es el ultimátum que le dio el director de Espacio Público de la Alcaldía de Ibagué, Carlos Alberto Hoyos, al Colegio Cisneros para que le entregue a la ciudad 3.096 metros cuadrados de espacio público que ha ocupado ilegalmente desde hace ocho años, cuando construyó su sede en el sector de La Florida, metros abajo de la avenida Pedro Tafur.
Esa fue una de las obligaciones que adquirió la Comunidad Franciscana, propietaria de la institución educativa, cuando recibió la licencia de construcción el 11 de junio del año 2010, por parte de la Curaduría Urbana número Uno. (Ver: Investigan a colegio de Ibagué por apropiarse de una vía y del espacio público)
Y debieron hacerlo porque todas las construcciones que se llevan a cabo en la ciudad deben entregarle a la Alcaldía de Ibagué un pequeño porcentaje del total del área del proyecto para que la administración pueda construir parques, paraderos, salones comunales o estaciones de policía.
Sin embargo, los directivos de este plantel religioso se pasaron por alto las normas y, como si fuera poco, construyeron su fachada sobre la vía pública, ocupando 12.5 metros de la calzada derecha, el andén y la zona verde que exige la licencia.
Ante esa irregularidad, y tras la llegada de nuevas construcciones a la zona, el Colegio Cisneros tuvo que demoler la fachada y habilitar la vía -en enero de 2018-, pero a su manera.
La comunidad religiosa abrió parcialmente la carretera, pero no respetó las especificaciones establecidas en el artículo 2 de la licencia de construcción: 7.50 metros de calzada, 3.00 metros de andén y 2.00 de zonas verdes.
Actualmente la vía no tiene más de 3.50 metros de ancho, cuando debería tener 7.50. Por esa razón, cualquier ciudadano que transita por el sector puede observar que la calle se hace más angosta en el frente del Colegio Cisneros. Allí solo hay espacio para un vehículo, cuando deberían pasar dos al mismo tiempo.
¿Alcaldía permisiva?
Por todo esto, la Dirección de Espacio Público y la Secretaría de Planeación de Ibagué anunciaron acciones para que este reconocido plantel educativo cumpla con las normas urbanísticas, así sea ocho años después.
El director del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), Ismael Molina, aseguró que el Colegio Cisneros “cometió un error en la medición” y de esta manera justificó la invasión de la vía por parte de esta institución.
Además, dijo que las directivas del plantel y la Alcaldía de Ibagué suscribieron un acta en la que se compromete a restituir la calzada, el andén y la zona verde, pero no se sabe cuándo. “A la fecha no se ha recibido respuesta”, afirmó el funcionario.
Y en cuanto a los 3.096 metros cuadrados de espacio público, tal parece que la Secretaría de Planeación espera también que el Colegio Cisneros haga “un pronunciamiento oficial (…) con el fin de poder determinar las acciones a seguir al respecto”.
Quien tiene una posición más determinante es el director de Espacio Público, Carlos Alberto Hoyos. Para él, es claro que esta institución tiene que devolver el terrero.
“Yo me imagino que tenemos que hacer una mesa de trabajo con todos los entes que estamos involucrados para solicitar que sean restituidas (las cesiones) voluntariamente. Esa es la idea. O si no, pues toca, a través del debido proceso (…) Ellos son conscientes que son áreas de cesión y que se tienen que entregar”, advirtió.
Rector guarda silencio
EL OLFATO buscó una entrevista con las directivas del colegio, pero hasta el momento no ha sido posible contactarlas.
Les negaron permiso para encerrar el espacio público
A la cadena de irregularidades cometidas por el Colegio Cisneros se suma una polémica solicitud que hizo el plantel, el pasado 26 de marzo, ante la Curaduría Urbana número Uno, para construir un muro y encerrar el espacio público que no ha querido entregarle al Municipio desde hace ocho años.
Sí. No solo se apropiaron de un terreno que le pertenece a la ciudad, sino que además lo encerraron con un muro para habilitar el parqueadero de la institución.
El pasado mes de mayo, la Curaduría negó la licencia de construcción porque no se pueden encerrar “áreas cedidas al municipio”.
No obstante, y pese a esta negativa, el plantel ya tenía el muro construido (sin licencia) y encerró su parqueadero sobre el espacio público, sin ningún problema ni objeción de la Alcaldía de Ibagué.