El Tribunal Administrativo negó las pretensiones del cuestionado exrector de la Universidad del Tolima José Herman Muñoz Ñungo, quien a través de una acción de nulidad pretendió «tumbar» el Acuerdo 017 del 20 de agosto del año 2016 en el que el Consejo Superior de esa institución aceptó su renuncia al cargo.
Muñoz Ñungo buscaba, vía judicial, una de dos cosas. O que los magistrados ordenaran su reintegro al cargo o que le pagaran los salarios y prestaciones que pudo recibir entre agosto de 2016 hasta el 31 de octubre del año 2018, cuando vencía su periodo como rector. La segunda pretensión equivaldría a que la Universidad del Tolima habría tenido que desembolsar $675.062.917.
El argumento del exrector fue que su renuncia fue «obligada», por la presión de la comunidad estudiantil y los miembros del Consejo Superior, y no por su propia voluntad. (Ver: José Herman Muñoz demandó a la UT por más de $600 millones)
Dentro de la acción de nulidad, Muñoz también alegó que tras la posesión de Óscar Barreto como Gobernador, el 1 de enero de 2016, se produjeron cambios importantes dentro del Consejo Superior, los cuales empezaron a generar fuertes presiones que, según el exrector, terminaron en protestas y huelgas con el fin de provocar una crisis en la institución. No obstante, el Tribunal advirtió que el demandante no probó esos hechos. (Ver: José Herman Muñoz: ¿Mal rector, buen amigo?)
La jugada que le funcionó a Muñoz
El exrector José Herman Muñoz presentó -en julio de 2016- su carta de renuncia de una manera hábil, para posteriormente iniciar acciones legales en contra de la Universidad del Tolima, institución que dejó al borde de la quiebra.
Recordemos que semanas atrás de la dimisión, estudiantes y profesores de la UT habían desarrollado una prolongada huelga de hambre para protestar por los malos manejos que le dio Muñoz Ñungo a esta institución. En la protesta tuvo que intervenir la entonces ministra de Trabajo, Clara López.
En ese momento, el exrector aceptó que se iría del cargo antes del 31 de julio de 2016, dijo -el 13 de julio- la ministra López. (Ver: Rector de la Universidad del Tolima renunciará el 31 de julio: MinTrabajo)
Un día después, cambio de opinión. En la emisora Ondas de Ibagué aseguró que renunciaría al cargo pero antes debían cumplirse varias condiciones. Por ejemplo, afirmó que dejaría la rectoría pero si se levantaba el paro. (Ver: Rector de la UT mintió y ahora pone condiciones para renunciar)
Finalmente, terminó redactando una carta dirigida al Consejo Superior en la que dijo que dejaba a disposición el cargo, pero no escribió la palabra renuncia. Desde ese instante, muchos advirtieron que se trataba de una estrategia jurídica para después atacar a la institución que dirigió con el apoyo del partido Liberal.
“En estricto complimiento de los términos de Acta de fecha 15 de julio de 2016, suscrita entre la dirección de la Universidad del Tolima y la Comisión Política de la Huelga de Hambre del Movimiento Triestamentario, auspiciada por integrantes del Consejo Superior, tal como consta en el documento enunciado, manifiesto que dejo a disposición el cargo que como rector de la Universidad del Tolima desempeño desde el 1 de noviembre del año pasado, para el periodo estatutario comprendido entre el 1 de noviembre de 2015 y el 31 de octubre de 2018“, reza la carta.
La respuesta del Tribunal Administrativo del Tolima
Los magistrados sostienen que el demandante aceptó, ante varias instancias, su interés de renunciar al cargo y en el expediente se aportaron varias actas en las que se evidencia tal decisión.
Por lo cual, resalta el tribunal, «de cara a que se trata de un funcionario de la cúpula de la administración pues es el rector de la Universidad del Tolima, no se trata de un profesor o de un empleado intermedio, que se encontraba dirigiendo la institución educativa por lo que señalar que «deja a disposición el cargo», no puede conllevar a otra cosa diferente a que se está renunciando, tal y como lo ha indicado el Consejo de Estado en concepto de la Sala de Consulta y Servicio Civil de 25 de marzo de 2010«.
Por lo tanto, la Sala consideró que el escrito presentando por Muñoz ante el Consejo Superior de la UT el 29 de julio de 2016, reúne las características para ser una renuncia y en tal sentido, podía ser aceptado como tal. Es decir, independientemente de que el exrector asegure que renunció bajo presión y que por ello desea su reintegro, fue una renuncia al fin y al cabo. (Ver: Terminó la era José Herman Muñoz en la Universidad del Tolima)
«Teniendo en cuenta que se encuentra claro para esta Sala que el escrito del 29 de julio de 2016 presentado por el accionante sí se trataba de una renuncia, era la autoridad nominadora la competente de aceptar la abdicación del cargo», precisa la sentencia. (Ver: Fallo del Tribunal Administrativo del Tolima)
Ahora, el polémico exrector muy posiblemente apelará esta decisión ante el Consejo de Estado.
Los pecados impunes del exrector
Recordemos que Muñoz ha sido señalado de ser uno de los principales responsables de la profunda crisis financiera que vivió a la UT y presunto promotor de uno de los millonarios desfalcos en esta institución: el Hospital Veterinario. (Ver: Así participó José Herman Muñoz en las irregularidades del Hospital Veterinario)
El funcionario suscribió un contrato por $6.139.093.699 para la construcción de un hospital veterinario que se levantaría en el sur de la ciudad. Las obras iniciaron en septiembre de 2014 pero, hasta la fecha, siguen inconclusas, y con varias investigaciones abiertas hacia los implicados de este proyecto, dentro de los que se encuentra el ya mencionado exrector.
Sin embargo, ni la Fiscalía ni la Procuraduría General de la Nación se han enterado del escandaloso contrato que celebró y ejecutó el cuestionado exrector y el caso permanece en la impunidad, como la mayoría de hechos de corrupción administrativa en el departamento del Tolima.