El clientelismo y la corrupción son dos caras de la misma moneda. Por un lado un político presiona a las personas mediante favores y dádivas para obtener ventajas electorales, y por otro, se aprovechan las amistades y relaciones para traficar influencias.
Esto lo estamos viendo en esta campaña política, lo que si llama la atención es que cuando alguno de estos políticos o sus allegados son sorprendidos salen a argumentar que les hicieron un montaje. Que los enemigos tramaron una escena mentirosa para montar toda una calumnia y sacar ventajas de ese embuste.
En la oficina de un secretario de despacho de la gobernación del Tolima se descubre gran cantidad de propaganda para impulsar la candidatura a la gobernación de Mauricio Jaramillo y lo primero que salen a decir es que fue un montaje. La investigación quedará en nada porque el tráfico de influencias impedirá que avance.
Un candidato al concejo de Ibagué promueve invasiones de terrenos públicos y, prácticamente exige que voten por él, porque gracias a su tráfico de influencias las autoridades no han tomado cartas en el asunto. Promueve con estos invasores, gente pobre y muy necesitada, la candidatura de Rubén Darío Rodríguez a la alcaldía y, nuevamente de Mauricio Jaramillo a la gobernación. Cuando se pegunté por el caso es muy factible que se diga que fue un montaje, una vil calumnia contra un servidor sincero de la comunidad…
La Televisión nacional alertó sobre la manera como el subdirector de desarrollo ambiental de Cortolima, reunió a sus subalternos, les exigió dinero y el voto de ellos y sus familiares y amigos por sus candidatos a la Gobernación Mauricio Jaramillo, al concejo y a la asamblea, so pena de perder sus respectivos cargos o contratos. También les dijo que les debían sus cargos a un representante y a un senador. Como esto generó un escándalo, lo solucionaron con la renuncia del funcionario y la decir que le pusieron palabras que él no dijo y que la reunión era para otra cosa… que todo era un montaje.
El candidato Mauricio Jaramillo, que dice tener el perrero listo contra la corrupción, dirá también que es un montaje, una artimaña de sus enemigos que se dedican a fabricar noticias falsas y temerarias. Contratacará para intentar tapar la polvareda. Mientras su hermano Guillermo Alfonso tan enemigo de la corrupción, no oye, no ve ni entiende.
Esto demuestra que la forma tradicional de hacer política sigue haciendo de las suyas. En la práctica de todos los días utilizan los cargos públicos y el erario para beneficio particular, aunque con un discurso de honestidad y transparencia. Ante cualquier acusación, no importa lo sustentada que esté, se defienden diciendo que los enemigos y contradictores políticos han orquestado una tramoya de mentiras, calumnias y falacias en su contra. Si alguna investigación prospera, no es porque sean culpables sino porque la justicia es amañada, venal y acomodada. Al final, alegan que todo es un montaje, que aquí no ha pasado nada. Y que salgan a votar.