La tusa es ese sentimiento de desasosiego, vulnerabilidad, impotencia, ansiedad, despecho y dependencia total hacia una persona que no merece ni siquiera su lástima, porque así suene a frase de cajón, nadie está en derecho de hacer sufrir y jugar con los sentimientos de otro y mucho menos merece tan si quiera un poco de ese dolor profundo que siente quien aún tiene mucho por expresar y decir.
Sin embargo, existen diferentes tipos que se definen todos dentro del concepto general pero que se desarrollan de distinta manera.
Tusas silenciosas: Es aquella en la que el entusado se echa a la pena en su cuarto o su casa. Se la pasa llorando todas las noches. Guarda un silencio profundo e incómodo cuando alguien se refiere a su antigua relación o pregunta por el o la ex. Son esas tusas en las que se levantan con los ojos hinchados de tanto llanto nocturno. Esas en las que se está por completo solo, pues aunque todos saben que se acabó la relación, nadie se acerca a preguntar cómo se encuentra de ánimo o si necesita compañía.
Tusas públicas: Esas de las que todos, hasta quienes no nos conocen, se enteran, pues se nota a millas de distancia porque en su rostro revela la tristeza, las ojeras están a flor de piel de tanto insomnio, pierde peso rápidamente y anda por el mundo como si no existiera otra cosa más por la cual vivir. Para mi es la peor.
Tusas rumberas: Estas están llenas de vacíos y soledades. Quién la padece no puede estar un momento solo porque entra en depresión profunda. Por eso opta por salir cada fin de semana de rumba y, de paso volverse, en el caso de los hombres, los más mujeriegos y en el caso de las féminas, de una moral bien distraída (suena más bonito que decir vagabundas o zungas). Por lo general son las que más duran, pues crean dependencia a una compañía que es esporádica.
Tusas con pareja: La más patética de todas. Esas en las que no se ha superado una relación anterior y a la semana siguiente ya se tiene otra persona. Son las más ridículas porque es ilógico creer que se podrá estar bien con alguien pensando en otro.
Tusas de redes sociales: Podría ser la más inmadura. Cada situación, plan, actividad o momento de ocio, la publica en una red social. Pero es peor en personas que antes de su rompimiento amoroso no publicaban nada y ahora lo publican todo. Es una manera fallida de llamar la atención del otro, pero lo único que consigue es fastidiar.
Tusas egoístas: Aquí aparece el típico personaje que se hace la víctima. Pretende que la otra persona nunca rehaga su vida y se está como fantasma en cuanta situación se pueda para atormentar su existencia con recuerdos, frases o canciones, que hicieron parte la relación finiquitada.
¿Cómo superarlas?
· Perder toda comunicación es fundamental. Nada de “sigamos siendo amigos”. No es sano, mantiene un recuerdo vivo y la dependencia nunca desaparecerá.
· No se descuide. El hecho de que haya terminado su relación no le da ningún derecho para que salga a la calle tal cómo se levantó. Puede que esté destrozado anímicamente pero por nada del mundo permita que su apariencia refleje eso. Cuando a uno le terminan o cuando uno termina, es cuando más bonito y bueno se debe poner. Pues aunque vuelve al mercado de lo usado, vuelve también al disfrute de no cometer los mismos errores porque ya se es experimentado.
· Sin baúl de los recuerdos. Absolutamente nada de cartas, regalos o cosas de mucho valor sentimental que le recuerden al otro. Una foto no hará volver a su ex y una carta no revivirá el amor, por el contrario si lo martirizarán a usted y le darán aún más motivos para continuar en depresión.
· Tomarse el tiempo prudente para asimilar la decisión. Eso de que un clavo saca otro clavo, es paja. Lo único que provoca es confusión.
· Nada es para siempre. No hace falta tener todos los años del mundo para tener claro que todo es esporádico y mucho más si se habla del amor de una persona extraña que llega a nuestras vidas sin saber nada de nosotros. Ojalá ese lugar de importancia se lo diéramos a nuestros padres por ejemplo.
· Tenga amor propio. Si fue a usted al que le terminaron y no está de acuerdo, está jodido. No le queda más que respetar esa otra persona, por todo el tiempo en el que lo (a) hizo feliz. No sea tan arrodillado y regalado como para andársele poniendo en bandeja de plata a quien le ha dejado claro que ya NO quiere estar con usted.
· Recupere su vida. Usualmente cuando se entrega todo a una relación de pareja, se dejan de lado los amigos y actividades a solas. Al principio será duro pero luego será satisfactorio ver cómo, nuevamente, usted es capaz de disfrutar de su soledad o de una buena tarde con esos amigos de toda la vida que aún permanecen ahí, así usted haya mantenido meses o años con otro siempre al lado.
· No se castigue. Si está entusado, sencillo, no escuche Andrés Cepeda, Carlos Vives, vallenatos… ningún género que lo invite a durar todo el día acostado en la cama llorando o peor aún que lo obligue a trasladarse a un sitio donde el licor sea su mal compañero. Obvie también las películas románticas y salir con amigos que tengan pareja, eso en un tiempo prolongado sólo lo mortificará.
· Lloré cuando quiera pero no en público. Es necesario desahogarse, tener días sin comer o comiendo mucho, hasta días sin bañarse son necesarios. Pero hágalo sólo o en su defecto con ese amigo (a) que le ha recogido – literalmente- hasta la ropa sucia de su casa. A los demás no les importa un carajo.
· Deporte y la lectura. Ahora hay miles de formas de estar saludable sin volverse adicto a un gimnasio. Aproveche lo que tiene a la mano y sáquele jugo. Vuelva su fiel compañero a un buen libro que no sea de amor.
Nota: Antes de amar a otro ámese usted mismo para que el día que llegue alguien a su vida, usted además de aprender, aporte y deje bonitos recuerdos.
Además, desde el inicio, grabe en su cabeza que el dolor se lleva por dentro y los demás no tienen que lidiar con sus tristezas y mucho menos aguantarle siempre sus momentos de amargura.
Supere su tusa con altura. Sane por completo su corazón y abra de nuevo las puertas a un amor que después de esta experiencia, de seguro será mucho mejor.
Buen viento y buena mar, bellezas y adefesios terrenales.