Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 4,4% de la población mundial padece de depresión, una enfermedad que generalmente se caracteriza por la pérdida del interés en actividades que solían disfrutar, una tristeza persistente y la incapacidad de realizar acciones cotidianas durante al menos dos semanas.
Sin embargo, los síntomas de depresión en los adolescentes pueden llegar a ser diferentes a las que generalmente sufren los adultos, por lo que es usual que se confundan los síntomas de un joven con depresión con los cambios normales de la adolescencia, como indica Jorge Posada, psiquiatra adscrito a Colsanitas.
Los pacientes con depresión pueden llegar a sufrirla en grados leves, moderados o severos. Tras un análisis y diagnóstico por parte de los profesionales de la salud mental, se decide qué tipo de tratamiento utilizar.
No en todos los casos es necesario el uso de antidepresivos. Según Posada, los pacientes atendidos solo con psicoterapia mejoran en un 47%, los atendidos con farmacoterapia mejoran en un 49% y aquellos que son atendidos con ambos tipos de terapia mejoran en un 71%.
En los adolescentes, la depresión puede venir acompañada síntomas físicos como cansancio, dolores de cabeza, de estómago y en las articulaciones. También es común que se inventen enfermedades para eludir sus responsabilidades, en casos severos pueden llegar a presentarse autoflagelaciones e ideas suicidas.
Por eso es muy importante conocer y tener presentes estos cinco aspectos de la depresión en adolescentes:
- Síntomas en los adolescentes: los más comunes son la pérdida de energía, pérdida del apetito, necesidad de dormir más de lo normal, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza.
- Presencia de heridas en el cuerpo: en la edad de la adolescencia, muchas veces los jóvenes no logran verbalizar y expresar adecuadamente sus emociones, esto puede llevar a que se realicen autoagresiones. Aunque estas no siempre tienen un fin suicida, si se trata de un joven que está en peligro.
- Sepa cómo abordar la situación:cuando los adultos se dan cuenta de que un joven está sufriendo de depresión, suelen abordarlos con múltiples preguntas y escarbar en su vida. Esto no necesariamente será recibido de buena forma por el adolescente. Es importante manifestarle el apoyo incondicional y la disposición para conversar cuando él así lo quiera.
- Evite buscar culpables:se deben buscar soluciones. Según el psiquiatra Jorge Posada, se debe tener presente que en estas situaciones el factor genético tiene un peso del 28%; el ambiente, del 19%, y el estilo de vida, del 42%. Teniendo claros estos factores, se pueden encontrar mejores manera de estar al cuidado de los jóvenes.
- Es fundamental acudir a una cita psiquiátrica: así se podrá realizar un análisis y diagnóstico para identificar el tratamiento más adecuado. El acompañamiento de un profesional de la salud, además de prevenir tragedias, mejorará la calidad de vida del adolescente y de toda su familia.