Hace cuatro años, Margarita Urrego, ingeniera electrónica, y su novio Santiago Cuartas, estudiante de artes plásticas, decidieron comprar una planta para tener en su casa en Bogotá. Como ambos trabajaban y estudiaban, compraron un cactus. Pues no contaban con mucho tiempo para estar pendientes de sus cuidados.
Con el tiempo, se dieron cuenta que esta especie vegetal también florecía. Así que decidieron comprarse otro, y después una suculenta. Una tras otras, fueron coleccionando diferentes variedades, hasta llegar a tener unos 50 ejemplares de estas plantas.
“Nos enamoraron y no pudimos tener solo una. Nuestros amigos y familiares venían a nuestra casa y siempre querían llevarse una, obteniendo un no como respuesta”, cuenta Margarita.
Fue así, como un tiempo después “se nos ocurrió crear Siamés Garden, una tienda virtual donde las personas pueden encontrar gran variedad de cactus y suculentas”, agregó.
Un hobby que terminó en negocio
Desde 2011, estos dos ibaguereños empezaron a coleccionar cactus y suculentas, cada vez que florecía una, compraban otra planta, así llegaron a tener más de 50 especies diferentes.
“Nos emocionábamos con cada flor, y las regábamos cada dos o tres semanas. También, les poníamos abono una vez cada mes o dos. Y subíamos las fotos a nuestras cuentas en la web”, explicó Margarita.
“Las personas conocidas les llamó la atención nuestra colección y querían tener alguna. Entonces decidimos hacer unas para vender. A las personas les gustó y nace Siamés Garden”, añadió.
Como vieron que en las redes sociales, ganaron muchos seguidores, Santiago y Margarita decidieron que la mejor manera de poder llegar a muchas partes era tener una tienda virtual.
“Era la mejor manera de poder llegar a mucha gente, además porque debido a nuestras obligaciones no podíamos tener un local”, indicó.
Hasta el momento han enviado sus plantas a Ibagué, Medellín, Barranquilla, Cali, Montería y en Bogotá, donde viven actualmente. El contacto lo realizan a través de sus cuentas de Facebook, Instagram y vía telefónica.
“Tenemos un catálogo en la web, la gente lo mira y nos dice cuál le gusta más. Nosotros se las hacemos llegar en perfectas condiciones. También les indicamos los cuidados que deben tener para que les florezcan”, dijo.
Proceso artesanal
Estos dos jóvenes no sólo se encargan de cultivar las plantas y cuidarlas hasta encontrar un comprador. Las macetas en las que están sembradas son decoradas por ellos mismos.
“Trabajamos las materas en cerámica, en un taller donde las fabrican a mano, en este lugar podemos crear diferentes formas, con colores variados. Algunas las pintamos nosotros mismos”, expuso.
Cada una de las plantas son sembradas utilizando cierta cantidad de tierra, arena y otros materiales. En este proceso, no sólo han aprendido a comerciar por la internet, sino también sobre jardinería y plantas, particularmente sobre suculentas y cactus.
Por eso, creen que tener una planta es bueno, “porque la personas pueden explorar alternativas sobre acercarse a la naturaleza, desde el hogar. Las plantas enseñan a cuidar y apreciar de manera diferente las cosas que nos rodena”.
Otra parte importante de Siamés Garden es el gato Fausto. “Él siempre está presente en todo lo que hacemos en Siamés. Cada que sale una planta a otra ciudad, cada que empacamos o armamos algún jardín, está ahí con nosotros, mirando atentamente lo que hacemos. Es una especie de control de calidad”, puntualizó.
“Nunca nos hemos ido de Ibagué”
A pesar de tener su negocio en la web y vivir en Bogotá, ambos jóvenes coinciden en decir que “nunca nos hemos ido de Ibagué (…) siempre estamos viniendo constantemente”, aclaran.
Tanto Margarita como Santiago creen que es bueno que en la ciudad los jóvenes “se involucren en el desarrollo de Ibagué, a través de sus propuestas, generando oportunidades de empleo y de mejora de sus ingresos económicos. Claro haciendo lo que más les gusta”, en el caso de ellos, sembrando plantas.
Finalmente, para ellos la ciudad se está convirtiendo en un lugar con una gran posibilidad de emprender nuevos proyectos, pero se necesita de una buena gestión.
Por es, ven con anhelo que a la ciudad llegué una persona que tenga la experiencia necesaria para cambiarle el rumbo. Y así, muchos jóvenes puedan continuar desarrollando sus propias ideas de negocios.