Ser mamá

Cuanto más pienso en lo que implica ser madre, pienso en todos los sacrificios que debemos hacer para poder tener un balance en nuestra vida laboral, académica, social, de hogar y de pareja. Como mujeres debemos estar caminando constantemente en una delgada línea haciendo malabares para poder tener equilibrio en nuestra vida y cumplir con todos nuestros compromisos, y así, no perder posiciones en nuestra carrera laboral, rendir en los estudios, dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos, cuidar nuestra salud física y emocional.

Probablemente lo más retador de ser madre es manejar el tiempo, porque ser madre es un trabajo de tiempo completo. De hecho son 24 horas al día las que una madre está atenta a cualquier necesidad de su hijo. El tiempo se vuelve lo más preciado y escaso, a tal punto que uno debe multiplicarlo y aprovecharlo al máximo para lograr sus metas personales. Además, por ser mujeres llevamos una carga mental femenina en donde se cree que somos las únicas responsables de que todo funcione bien en la casa logrando que la pareja adquiera una actitud pasiva, porque aún no entiendo como es que algunos hombres dan por hecho que las tareas domésticas son una labor exclusiva de la mujer.

Tuve un momento en mi vida en donde estaba haciendo mi Doctorado, trabajando, estudiando alemán, todo esto siendo madre y viviendo en un país/continente diferente. Estaba saturada y rendida porque aunque lograba hacer todo, no tenía tiempo para mí. Una vida a las carreras, de un lado al otro sin disfrutar el momento. Cuando hice un alto en el camino empecé a priorizar y de este modo todo empezó a cambiar. Me di cuenta que no había necesidad de demostrar ser una ‘súper mujer’ asumiendo muchas responsabilidades y dejándome a un lado.

Muchas mujeres dejan a un lado lo que las hace sentir satisfechas consigo mismas por ser madres. Pero es un grave error, si no hacen lo que las hace feliz, lo que las llena en la vida, se sentirán frustradas y no tendrán ninguna motivación para afrontar los  múltiples roles del día a día.

Soy una mujer ambiciosa y no debo dejar de serlo por ser madre. ¿Desde cuando el tener sueños está desconectado con ser madre? Las mujeres no debemos renunciar a nuestros sueños, eso es parte de lo que somos. Además es importante que tengamos nuestro espacio, nuestro tiempo para cuidarnos, consentirnos, aprender, desafiarnos, un tiempo para pensar en nosotras, pues generalmente en nuestra labor de madres pensamos primero en nuestros hijos y luego en nosotras. No nos debemos olvidar de nosotras, de lo que nos gusta, ni mucho menos sentirnos culpables por desear este tiempo o pedir ayuda. ¿Desde cuando debemos ser súper mamás, asumiendo la carga de todo? Y no es que no podamos hacerlo, solo que no es justo exigirnos tanto, ser duras con nosotras mismas, juzgarnos todo el tiempo y llegar a estar desbordadas queriendo hacer todo a la perfección porque lo único que logramos es desgaste y cansancio.

Es importante que la mujer sea libre de escoger su destino, si quiere dedicarse a sus hijos es una decisión respetable y admirable, así como si quiere llevar su vida académica, profesional y de madre, no nos hace mejores o peores madres una decisión o la otra, lo esencial es que seamos conscientes que estamos tomando una decisión autónoma.

Ser mamá es una aventura que uno asume con todo el amor del mundo y responsabilidad, es un reto en donde se aprende en el camino, pero para hacerlo bien, debemos ser sinceras con nosotras mismas, preguntarnos si estamos bien y, si no hacer los cambios necesarios para estarlo. De nuestro bienestar depende el de nuestros hijos.

Por: GREIS CIFUENTES

Foto: SUMINISTRADA

Fecha: lunes - 1 abril - 2019