Después de estudiar las características sensoriales y biofuncionales de esta fruta –fresca y deshidratada– se identificó una actividad antihipertensiva comparable con los medicamentos utilizados para controlar esta enfermedad.
Los investigadores del Grupo Aditivos Naturales de Aroma y Color (Ganac), del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), evaluaron la actividad de algunos de los compuestos del lulo mediante química computacional para ver si influían en la inhibición de la enzima ACE-I (Angiotensin I-converting enzyme), relacionada con la hipertensión arterial.
En este proceso –que contó con el apoyo de la Universidad Militar Nueva Granada– se demostró que derivados de la espermidina, un compuesto presente en la fruta, tienen una actividad entre 10 y 20 veces mayor que algunos de los medicamentos, como el Lisinopril, utilizados para tratar este padecimiento.
Según datos de Agronet, en 2013 se cultivaron en Colombia 8.372 hectáreas de lulo. Sin embargo, según explica la docente Coralia Osorio, del Departamento de Química y líder del Ganac, por ser un fruto perecedero suele verse afectado en el transporte y almacenamiento de la poscosecha, lo que limita su exportación en fresco.
Microcápsulas de lulo
El 90 % de la fruta es agua, lo que hace que se deteriore más rápido e incluso que genere microorganismos. Por eso los investigadores la sometieron a un proceso de secado conocido como spray drying (secado por aspersión con aire caliente) para disminuir el contenido de agua y aumentar su tiempo de vida útil.
Este método consiste en mezclar el jugo de lulo con una sustancia llamada maltodextrina que funciona como agente encapsulante, luego se somete a secado por aire caliente y se obtienen microcápsulas menores a 10 micras que se perciben como lulo en polvo.
Todos estos procesos formaron parte de la tesis doctoral de Diana Paola Forero, quien encontró que, si bien gracias a este método se eliminaba el agua, debido a derivados de espermidina se generaba un sabor residual no muy agradable.
Sin embargo, siguieron investigando su actividad antihipertensiva haciendo ensayos de laboratorio en los que evaluaba el desempeño del jugo de lulo y de las microcápsulas frente a la enzima.
De allí se dedujo que la presentación en polvo tiene una mayor actividad frente a la enzima, por lo que se puede considerar como una sustancia con potencial para controlar la hipertensión.
Alimentos funcionales
“Estamos trabajando en el desarrollo de alimentos funcionales que se caracterizan por contener sustancias que ayudan a modular o prevenir enfermedades. Así, el lulo mostró un buen desempeño”, explicó la docente Osorio.
La hipertensión es un factor de riesgo para infartos y se debe tratar con medicamentos según el nivel de presión de la sangre sobre la pared de las arterias; no obstante, el lulo puede ser un alimento funcional que ayude a prevenirla o modularla.
Aunque aún falta comprobar este potencial con personas que tengan hipertensión, actualmente en la Maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la U.N. se espera desarrollar una bebida funcional encaminada a potenciar la actividad hipertensiva.
Estas investigaciones se adelantan hace cuatro años en el marco del programa financiado por Colciencias “Red Nacional para la Bioprospección de Frutas Tropicales (Rifrutbio)”, una iniciativa de la U.N. en la que se reúnen más de 10 grupos de investigación de los departamentos de Química, Farmacia, Biología, Ingeniería Química y Agronomía.
También participan las universidades de Cundinamarca y de Nariño, empresas como Labfarve, Laboratorios QFA (Palmira) y Alimentos Naranja Verde (Risaralda), además de asociaciones de productores en Sumapaz y Carmen de Bolívar.
Tomado de: http://agenciadenoticias.unal.edu.co