En los últimos 14 meses, la Secretaría de Salud de Ibagué realizó 211 inspecciones a piscinas de la ciudad con el fin de verificar si cuentan con las medidas sanitarias y de seguridad requeridas para poder ser abiertas al público.
Valentina Salazar, secretaria de Salud de Municipal, reveló que durante estos operativos han cerrado solo nueve piscinas públicas y privadas de la ciudad porque representaban un riesgo para los ciudadanos.
“En lo que va corrido del año, se han visitado 11 piscinas públicas y privadas. De estas, siete tienen un concepto favorable y una tiene un concepto favorable con requerimiento, esto quiere decir que, mediante unas acciones concretas, el dueño de la piscina debe cumplir con todos los requisitos para que este sitio funcione sin ofrecer riesgos a la comunidad. Dos piscinas tienen una calificación desfavorable, y una de ellas tuvo que ser cerrada porque representaba un riesgo inminente”, aseguró la funcionaria.
Salazar dijo que es importante que los propietarios de las piscinas, incluidos los centros vacacionales, cumplan con las exigencias en materia de seguridad y sanidad, para prevenir situaciones lamentables.
“Las piscinas deben ser unos estanques de agua que no puedan transmitir enfermedades a la piel y donde no se puedan ahogar los menores de edad. Para ello, deben tener barreras específicas y alarmas que permitan actuar oportunamente y prevenir una muerte por ahogamiento”, sostuvo.