La música original de la recordada serie «Los Victorinos» fue compuesta por el maestro César Augusto Zambrano, quien recibió el encargo directamente de Carlos Duplat, director de dicha producción. Así como esa música cautivó a los colombianos, el maestro ha dedicado toda su vida a defender a Ibagué como la ciudad musical del país, distinción que lo llena de orgullo y lo llena de motivos para seguir trabajando en lo que le ha apasionado durante toda su vida: la música.
Con la música en las venas
Cuando apenas tenía cinco años, el maestro Zambrano contemplaba absorto las clases de bandola que recibía su hermana mayor, Aura Stella. Fue tanto el interés que demostraba que su padre, Antonio Zambrano, no dudó en que él tomara clases de tiple. No obstante, por haber observado las clases de su hermana con tanta dedicación ya sabía tocar la bandola. Desde esa temprana edad se enfocó en aprender con disciplina sobre música, un gusto heredado de su padre.
El amor por la música fue creciendo durante este tiempo y se afianzó cuando llegó a estudiar al Conservatorio de Música en 1.959. Allí, recuerda, algunos profesores le daban permiso para que en lugar de entrar a sus clases fuera a practicar nuevas melodías: “Félix Clemente Tapias era mi docente de algebra y me dejaba ir con la condición de que, al final del periodo, debía presentar una evaluación de los temas vistos”.
Fueron estas pequeñas escapadas las que permitieron ir cultivando el gran músico que lleva dentro. El piano, la guitarra, la bandola y el tiple se volvieron sus mejores amigos, pero apareció el instrumento que lo cautivó para siempre: el violonchelo. Esta llegada inesperada resultó de uno de los discos de vinilo de su padre en el que se encontraba “El Cisne”, del español Pablo Casals.
Desde ahí empezó toda una historia de dedicación con el que sería su principal instrumento musical. Por supuesto, en este recorrido estaría siempre presente su maestro Quarto Tesla, con quien se genero un vínculo fraternal y musical que duró hasta la muerte del mismo.
“No era un genio, tenía pasión por la música”
Para el maestro, ensayar con el violonchelo era parte esencial de su día. Él recuerda que en esos años entrenaba natación en las tardes, pero desde las 6:15 pm hasta las 10:00 pm se dedicaba a sacar melodías de su chelo. “Los profesores pensaban que yo era un genio de la música, pero no lo era, solo tenía pasión”, indica.
Y es que su habilidad musical sorprendía a sus profesores y compañeros, aunque para ese momento él solo quería sorprender a una niña que cursaba un año más que él. Así pues, el plan funcionó y Amparo Aguiar se convirtió en su novia y luego en su esposa: “Ella es mi inspiración, mi soporte y mi antena a tierra”.
Una carrera musical
A sus 18 años, y de la mano de su maestro Quarto Tesla, llegó a la Orquesta Sinfónica de Colombia, un sueño hecho realidad y fruto de la dedicación y el amor por la música. Allí estuvo durante siete años y después volvió a Ibagué: hizo parte de la Universidad del Tolima como docente y también como director del grupo de vientos, fundó la orquesta y, actualmente, luego de 41 años vinculado a la alma mater, es el director de actividades musicales de la institución.
De igual forma, el maestro Zambrano se ha desempeñado como director musical del Concurso Nacional de Duetos y el Festival Nacional de Música Colombiana. Hoy en día es el director de la Fundación Musical de Colombia, entidad que gestiona e impulsa la música colombiana.
Los Victorinos
La composición musical para la telenovela Los Victorinos llegó como una casualidad, ya que el maestro conservaba algunos escritos del poeta Ismael Santofimio Caicedo, yerno de Carlos Duplat. Por tal motivo, apenas el director de la serie se enteró de que Zambrano guardaba los poemas de su difunto suegro, y reconociendo su talento musical, le propuso componer las melodías que acompañarían a la novela que él iba a dirigir.
Entonces, el maestro Zambrano compuso la pieza musical titulada «Quimérico Jinete» con la que se postuló y fue escogido como el compositor musical: “Fue un trabajo muy bonito porque yo iba a visitar las locaciones y luego pasaba muchas horas componiendo en el piano según lo que había escuchado y visto”, recuerda.
“Ibagué sí es la capital musical”
El maestro Zambrano se ha encargado de defender el título de Ibagué como ciudad musical. Según él, una de las razones es la sensibilidad y la exigencia del público, ya que los ibaguereños reconocen la buena calidad musical, situación que él ve reflejada en el público que asiste a los diferentes eventos musicales que él organiza.
Y es que Zambrano ha descubierto que, aunque pasen las generaciones, los habitantes siguen teniendo un sentimiento musical profundo. “Antes de que Ibagué tuviera 15.000 habitantes, ya tenía Conservatorio, esa es una de las razones porque está ciudad se consolidó como musical y todavía lo sigue siendo”.
De igual forma, reconoce y admira el trabajo de Alberto Castilla y Amina Melendro, personajes que gestionaron la cultura musical en la ciudad y que “interpretaban el espíritu musical de Ibagué”.
Por supuesto, para el maestro Zambrano, uno de los músicos ibaguereños más destacados del último tiempo, la clave del éxito en la música radica en la disciplina y, sobre todo, en el amor.