Angélica Angulo es subcampeona panamericana de sambo en la categoría de 72 kilos. A pesar de que solo lleva un año y medio entrenando esta disciplina, que es considerada el deporte nacional de Rusia, ya ha logrado diferentes triunfos en este arte marcial moderno.
Esta estudiante de sexto semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad del Tolima también ostenta el título de campeona nacional universitaria estudiantil y mejor deportista femenina a nivel de educación superior.
Con tan solo 20 años, Angélica ya ha cosechado grandes logros en su carrera deportiva. Aunque asegura que su prioridad es su profesión como médica veterinaria, también advierte que tiene muchas metas en esta disciplina que descubrió a través del entrenador Ernesto Barreto.
Sambo significa defensa personal sin armas y es una de las cuatro formas principales de la lucha libre competitiva aficionada que se practican en la actualidad, junto con la lucha grecorromana, la lucha de estilo libre y el judo.
“Hace tres años llegué a la Universidad y empecé a entrenar boxeo, luego mi entrenador me presentó el sambo y como me gustó seguí practicándolo, ya hace un año y medio. He participado en cuatro campeonatos nacionales, un panamericano y el nacional universitario”, comenta la joven.
Y es que en su primer campeonato nacional se trajo una medalla de bronce; luego, en los panamericanos llevados a cabo en Asunción, Paraguay, se coronó como subcampeona en la categoría de 72 kilogramos.
En las dos siguientes competiciones nacionales logró plata y oro, y en el campeonato nacional universitario ganó oro y fue condecorada como la mejor deportista femenina universitaria de este evento.
A pesar de los esfuerzos no hay apoyo
Aunque tanto Angélica como la liga de sambo han traído triunfos deportivos para el Departamento, el apoyo por parte de las entidades gubernamentales ha sido mínimo, casi nulo.
«Hasta este año tenemos entrenador contratado por Indeportes. Por ejemplo, para el campeonato Panamericano no contamos con apoyo, fue con recursos propios que costeamos lo que necesitabamos para ese viaje», manifiesta la deportista.
Y agrega: «Para los nacionales también fue con plata de nuestro bolsillo y apoyo de la liga y el entrenador. Y ya en los universitarios, la UT nos ayudó con los uniformes de presentación que hasta el momento no teníamos, es decir, unas sudaderas y chaquetas; y el Imdri también nos apoyó».
Al parecer esta es la situación que viven todos los deportistas en la ciudad, quienes deben recurrir a diferentes actividades y búsquedas de patrocinio para correr con los gastos que conlleva su disciplina.
«En el momento solo contamos con 6 uniformes, ya que cada par de vestimenta que necesitamos cuesta $360.000 pesos y no contamos con el dinero para que cada uno tenga el propio, entonces nos toca turnarlos«, comenta Angélica.
No obstante, y pese a estas dificultades, esta joven deportista sueña con traer este año una medalla del mundial universitario que se realizará en Chipre en diciembre, y el próximo año alcanzar el logro de conseguir un campeonato mundial.