Las decisiones políticas tomadas por el dirigente liberal Rubén Darío Rodríguez, en los últimos meses, son tan predecibles como el día y la noche y tan erráticas como montar a caballo al revés.
Ya en nuestra columna del 20 de abril pasado, publicada en este portal (Ver: ‘Rubencho’, deja dudas, Toledo afirmaciones), con meridiana claridad pronosticamos todo lo que iba a ocurrir en las asambleas departamental y municipal del liberalismo que concluyeron el fin de semana pasado, en lo que respecta a la actitud, al menos incomprensible, asumida por el grupo que orienta Rodríguez Góngora. Solo faltaba que estos eventos se realizaran para entender el resto de la trama y las pretensiones que perseguían.
Como lo dijimos, era extraño que ‘Rubencho’ no se inscribiera en ninguna de las listas y que se marginara por voluntad propia del máximo certamen del liberalismo, para no asumir ninguna responsabilidad política, pero que en cambio, embarcara a su tropa y él se quedara en la playa. Pues bien, lo que planificaron no fue leal ni honesto políticamente hablando. Se supo que en los municipios del Tolima, el excandidato a la alcaldía de Ibagué en las pasadas elecciones, recibió el apoyo del congresista Carlos Edwar Osorio, del partido de la U, y de los barretistas ‘pura sangre’, así como el Contralor Departamental, Edilberto Pava, con el fin de derrotar a Mauricio Jaramillo y sus amigos; y, en la capital del Tolima, el propio Rubén Darío Rodríguez, a través de declaraciones a la radio, confirmó que había recibido el respaldo del nefasto Jesús María Botero, y de “otros amigos”, con los mismos propósitos.
La gavilla contra Jaramillo era grande, y pese a la injerencia de otros movimientos en las elecciones internas del liberalismo, no lograron derrotarlo; aun más, el dirigente viajó al exterior con más de un mes de anticipación a estas elecciones y solo regresa al país, esta o la próxima semana, marginándose del trabajo práctico y de la mecánica electoral propia de estos eventos. Es decir, en ausencia los venció.
Esto nos indica que sus amigos, encabezados por el senador Guillermo Santos Marín, cumplieron bien la tarea y que la tendencia Socialdemócrata se mantiene como sector mayoritario del liberalismo en Ibagué y el Tolima.
Y ahora que la realidad política del liberalismo le mostró a ‘Rubencho’ y sus queridos aliados que no pudieron tomarse los Directorios Departamental y Municipal ni con ayuda foránea, salen a decir que no tuvieron garantías e inventarse cuentos como los poderes de delegados por teléfono y una serie de cosas que ni ellos mismos se las creen, porque tanto el registro de delegados para establecer el quórum como el desarrollo de las asambleas fueron avaladas por los Delegados de la Registraduría del Estado Civil presentes en las reuniones, y en la de Ibagué, participó el codirector nacional del Partido Liberal, Horacio Serpa.
Esta situación estaba debidamente calculada y planificada por el sector ‘rubenchista’, para no asistir a las asambleas y luego buscar pretextos, sacar la maleta y no aceptar las decisiones de las mayorías, al ver que no pudieron lograr sus objetivos de apoderarse del liberalismo. Ahora, su derrota la tratan de apalear con nuevos errores, ambigüedades, rodeos o actitudes ambivalentes y bifrontes a las que nos tienen ya acostumbrados, tal como lo afirmamos en la nota citada del 20 de abril.
En tales circunstancias, no se nos entrañe que la señora Martha Villarreal, esposa de Rubén Darío Rodríguez, quien ejerce influencia extrema sobre el dirigente político, y quien al parecer es el verdadero poder de decisión detrás del trono, aparezca en la conformación de la lista de Cámara de la U, por el sector de Carlos Edwar Osorio, cosa que ha comenzado a rumorearse con insistencia en círculos políticos; además que la pareja de esposos comenzó a recibir gabelas burocráticas de la administración Barreto y próximamente contratos.
Pero estos acuerdos entre bambalinas también llevan implícitos compromisos políticos de apoyar las candidaturas al Senado del sobrino del gobernador Barreto, Miguel Barreto, por el partido conservador y de Osorio, de la U, lo que no sabemos es cómo se van a dividir para cumplirle a los dos, cuando ya se sabe que Jorge Tulio Rodríguez será la cabeza de lista de la U, de su entrañable amigo Carlos Edwar, y por ende, la señora Villarreal no tendrá mayores posibilidades en esta lista.
Tampoco es clara la posición del “año sabático” que dice se tomará Rodríguez Góngora para definir su situación política, toda vez que tiene conversaciones y compromisos con los conservadores de Barreto y los de la U de Jorge Tulio Rodríguez y Carlos Edwar Osorio.
¿Ahora sí entendemos la pantomima montada de la falta de garantías de la asamblea liberal? Solamente querían buscar subterfugios para abandonar el liberalismo saliendo de mártires.
¿Ahora sí entienden por qué los diputados Jaime Ospina Galindo y Graciela Vergara (liberales saraviados y mermelados), están con la administración departamental y como bastón tienen a Rubencho?
Todos estos actos inconsecuentes en la actividad política han hecho que algunos dirigentes de ese sector abandonen sus toldas, como en el caso de Alfonso David Duran y otros, que inclusive asistieron a las asambleas liberales y que se quedaran en esa colectividad.
Y pensar que Rodríguez Góngora tuvo todo a su disposición para convertirse en jefe liberal cuando Mauricio Jaramillo le ofreció su respaldo al Senado con la salida de Guillermo Santos, quien sostiene, irrevocablemente, que no aspirará más a ese cargo. Que pudo tener la mitad de los directorios Departamental y Municipal de Ibagué del partido, y por su miopía, falta de olfato y talento político renunció a ellos con evasivas insulsas.
‘Rubencho’ en política va de tumbo en tumbo, dándose contra las paredes, y no se sabe dónde irá a parar.