Esta parte inicial del proceso duraría varios meses, sobrepasando incluso los primeros 30 de esta administración. La revocatoria opera si así lo determinan la mitad más uno de los votos depositados en las urnas, siempre que el número de sufragios no sea inferior al 55% de la votación válida emitida el día en que se eligió al mandatario (en el caso de Ibagué se requeriría que votaran en la revocatoria cerca de 90 mil personas). Si la revocatoria prospera, el gobernador remueve al alcalde revocado y nombra un encargado transitoriamente hasta que se elija popularmente al nuevo gobernante, el cual ocupará el cargo por el período constitucionalmente establecido. Pero como el acto legislativo 02 de 2002 reglamenta las elecciones atípicas, definiendo que se realizarán elecciones luego de una falta absoluta, como lo es la revocatoria de mandato, solo si faltan como mínimo 18 meses para el fin del mandato, tiempo con el que ya no se contaría, siendo todo este proceso un desgaste innecesario.
Con esto se demuestra que iniciar un proceso de revocatoria en este momento, transcurridos ya 27 meses de la actual administración municipal, es una propuesta inocua, porque aun suponiendo que tuviera el favor popular no tendría el tiempo suficiente para unas eventuales elecciones atípicas para elegir un Nuevo gobernante para la ciudad. Esto lo saben los promotores actuales de la tal revocatoria en Ibagué, lo que pasa es que sus intereses son simplemente politiqueros.
Un grupo de políticos Tolimenses, de cierta manera rencauchados con la elección de Pierre García a la Cámara de Representantes, pretenden cabalgar sobre un tema que genera bastante revuelo en cualquier ciudad como es la revocatoria del Alcalde, buscando con ello tener réditos electoreros para una próxima alcaldía o gobernación. Ya se les convirtió en costumbre utilizar temas que generan opinión para conseguir votos, porque su estilo para hacer política no tiene nada que ver con propuestas de desarrollo para la región y solo se les ocurre inventarse cada vez un ‘cuento diferente’, para tratar de convencer incautos que apoyen su causa politiquera. Recientemente, en las elecciones pasadas, aprovecharon el nombre del expresidente Uribe para esconderse detrás de su figura y salir elegidos a la Cámara de Representantes con apenas 10 mil otos.
Sea esta la oportunidad para resaltar a los ojos de La ciudadanía el avance que ha tenido Ibagué desde la llegada de la administración ‘Camino a la Seguridad Humana’, en cabeza del Alcalde Luis H Rodríguez; con los escasos recursos disponibles para resolver tan apremiantes necesidades se ha logrado, entre muchas otras cosas, la recuperación en un 70% de las vías principales, en un 50% de las vías por dónde están trazadas las rutas del servicio de transporte público, se ha reducido en un 50% los cortes del suministro de agua potable (por una gestión efectiva del IBAL), actualmente la administración municipal garantiza gratuidad educativa en los grados 10 y 11 de secundaria, la administración creo la Universidad Humana (donde se benefician más de mil 300 personas que acceden gratuitamente a educación técnica y tecnológica), la zona libre de pobreza extrema (ZOLIP) donde se benefician alrededor de 15 mil ciudadanos, siendo Ibagué la cuarta ciudad capital en tenerla, mil 100 soluciones de vivienda gratuita para la población más necesitada, etc.
Los avances nombrados anteriormente son sólo unos pocos de los obtenidos por la administración municipal, a los que hago mención para poner en evidencia que hay razones de peso para respaldar la gestión del «camino a la seguridad humana». Es absurdo intentar culpar a la actual administración de cada uno de los rezagos sociales que afectan a nuestro pueblo y que son el fruto de décadas de ejecución de un modelo nacional de desarrollo que ha profundizado la inequidad, de un régimen político en Colombia excluyente y viciado que ha dificultado los mecanismos de expresión de los ciudadanos y de anteriores administraciones regionales y locales poco eficaces.
Claro que en Ibagué tenemos grandes necesidades en educación, en salud, en vivienda, etc., pero esto no es culpa del Alcalde de Ibagué 2012 – 2015, más bien es este quien le ha puesto el pecho a la brisa intentando de manera seria y responsable solucionar los problemas y sacar adelante los proyectos importantes de nuestra ciudad
Mi invitación a los ibaguereños es a rechazar de plano la propuesta de revocatoria, por injusta con una administración que está trabajando con buenos resultados, por inconveniente económicamente para la ciudad, por irresponsable y politiquera de parte de sus promotores.