Ómar Mejía habló por primera vez sobre la decisión del Tribunal Administrativo de anular su elección como rector de la Universidad del Tolima para el periodo 2018 – 2022.
Mejía fue claro en decir que mientras no haya un fallo definitivo del Consejo de Estado, continuará cumpliendo con sus obilgaciones diarias como rector de esta institución. (Ver: Tribunal Administrativo anuló elección del rector de la Universidad del Tolima)
También explicó que dentro de la universidad venían empoderadas unas personas con “constumbres indebidas” a las que él ha denunciado en repetidas oportunidades, una situación que ha generado “odios, rencores e intereses”.
EL OLFATO: ¿Qué opina del fallo que anuló su elección?
Ómar Mejía: Colombia es un Estado Social de Derecho donde deben respetarse los fallos judiciales, así como también las diferentes instancias que tengan esas acciones. Yo fui elegido para un periodo determinado, mientras alguna autoridad judicial no emita un fallo definitivo, mi deber es continuar con las obligaciones que adquirí y juré cumplir el día de mi posesión.
E.O: ¿Por qué no se había pronunciado?
O.M: Hay temas en la universidad que no dan espera, trabajo todos los días intensamente en todos los frentes: el académico, el administrativo y en el bienestar de nuestros estudiantes, los que me imponen unas obligaciones que debo cumplir. Personalmente he estado estas horas y días dedicado a esos propósitos, sin dejarnos distraer y detener.
E.O: ¿Qué opina del ataque de un grupo de estudiantes que pintó la rectoría?
O.M: Rechazo toda manifestación insultante o violenta contra las personas o los activos de la universidad, yo soy un humanista y mi deber es garantizar el derecho a la protesta y los derechos de los estudiantes en el marco del respeto y la legalidad. Es importante que avancemos en generar una conciencia de construcción sobre hechos e ideas, no de destrucción e insultos que no aportan nada al proceso que vive hoy la educación superior en el país. En ese sentido hay que animar el disenso para lograr los consensos que nos permitan tener una mejor educación pública en Colombia.
E.O: ¿Encuentra alguna relación entre las decisiones judiciales y el ataque a la rectoría?
O.M: No creo que haya tanta perversidad. Creo que son hechos coincidentes, provocados uno y otro por quienes en el pasado le hicieron mucho mal a la Universidad del Tolima, y en la comunidad universitaria los conocen, saben quiénes son y qué quieren.
Creo que debemos socializar con más contundencia la información sobre la universidad que se encontró en el 2016 y sobre los responsables de esa situación, así como los avances que se han registrado tras una crisis que no fue provocada por mí; esta tarea también será una prioridad para nosotros.
E.O: ¿Por qué son tan viscerales las disputas en la UT o cuáles son los intereses que se mueven internamente?
O.M: Cuando recibimos la UT en el 2016 estábamos ad portas de una intervención por parte del Ministerio, con deudas a los profesores, trabajadores y proveedores, nuestras cifras eran realmente alarmantes. Pese a toda esa crisis, que ha sido de conocimiento público, esta administración con la participación de todos los actores universitarios pasó de ocho programas acreditados a 18 y nos encontramos en el proceso de acreditación de alta calidad de la Universidad.
De igual manera mantenemos y aumentamos los grupos de investigación, actualmente tenemos 58 grupos categorizados por Colciencias, hemos logrados estabilizar la perdida progresiva de estudiantes, mantener y optimizar lon indicadores de bienestar estudiantil. Continuamos garantizando el servicio de restaurante y las residencias estudiantiles pese a la dificil situación financiera, hemos reducido el déficit de $ 24.000 millones a $8.700, por austeridad del gasto congelamos la planta de personal tenemos 91 vacantes, reanudamos las obras del Hospital Veterinario e iniciamos un plan de mejora de la infraestructura física. Son muchas más cosas de las que poco se dice o se indaga.
Desafortunadamente, a veces, para muchos, pesan más las cosas negativas que las positivias. En la universidad venían enquistados unos grupos de poder, unas personas y unas costumbres indebidas, que, por razones del bienestar mismo de la universidad, y por las responsabilidades que me asisten como funcionario público he denunciado en repetidas oportunidades. Eso genera odios, rencores e intereses.
Para mí lo más importante es la institución, sus profesores, estudiantes y funcionarios. Esta administración seguirá trabajando y demostrando con hechos que en la Universidad del Tolima se escribe “Una nueva historia”, las cifras respaldan esta afirmación y nuestra invitación siempre será a construir conjuntamente.
E.O: ¿Qué pasará con este semestre académico, debido a la protesta nacional por la defensa de la universidad pública?
O.M: El Gobierno Nacional tiene la responsabilidad histórica de volcar la mirada y los recursos hacia la educación pública en Colombia. Todos los días luchamos para ello, por eso para mí esta discusión, de si me voy o me quedo no es lo importante. Yo no tengo afanes, ni ansias de poder, lo importante aquí es mantener el rumbo y lograr una Universidad del Tolima de alta calidad, austera, eficiente administrativamente, alejada de la politiquería, de los intereses personales y de los odios que la han caracterizado históricamente.
Estamos a la espera del pronunciamiento del Gobierno Nacional, de la propuesta de una mesa intersectorial que han conformado los estamentos universitarios de la UT y de la evolución de la protesta argumentativa y pacífica que tiene toda su razón de ser, y que hemos acompañado con argumentos para lograr una mejor educación pública en el país.
E.O: ¿Cuál es el panorama financiero de la universidad para el año entrante?
O.M: Nuestras cifras se afectan mucho con los ceses de actividades y dependeremos de la dinámica que tenga este cierre de semestre. Aunque el aumento de las trasferencias del gobierno departamental de $3.802 millones a $8.257 millones ha sido trascendentral y alivia nuestras proyecciones, aún hace falta recibir más por concepto de transferencia de la nación y por recaudo propio.
Nos preocupa sobremanera que los ataques sistemáticos de algunos sectores terminen por repercutir en afectaciones a la imagen y a la recuperación de la confianza en la UT, esto nos pondría en un escenario inestable financieramente y causaría que nuestras dificultades sean mayores. Debemos seguir trabajando por bajar el déficit, tener una universidad austera en el gasto, eficiente administrativamente y de alta calidad académica.