Sorprendida. Así quedó Katherine Herrera, pasajera del bus de la ruta 33 de Ibagué, tras darse cuenta que en el puesto donde se iba a sentar había un hueco que amenazaba con hacerse más grande.
La rotura, que no tenía ningún tipo de señalización para advertir a los usuarios, estaba ubicada debajo de una de la sillas traseras del vehículo.
“Yo iba a sentarme en ese puesto, pero menos mal me di cuenta del hueco ¡Qué peligro! eso puede generar accidentes”, contó Herrera.
El automotor, adscrito a la empresa Cootrautol con el código CO-224, al parecer llevaba transitando todo el día con el daño.
“Esta buseta llevaba turno de todo el día. Las personas al ver ese el peligro les tocaba sentarse en otro lado e incluso bajarse”, señaló la mujer.
Varios ciudadanos que iban a bordo de la buseta se quejaron y le reclamaron al conductor por la avería.
“Esto es increíble. ¿Cómo una buseta sale a trabajar así?, hasta que alguien no se accidente y termine con el pie adentro, ahí si arreglan eso. Estamos mal con esos buses viejos”, manifestó un pasajero.
Para obtener una explicación del caso, EL OLFATO se trató de comunicar con el gerente de Sitsa, William Cervera, pero no fue posible.