El Omeprazol de 10 miligramos es de venta libre y se usa para tratar gastritis y reflujo gastroesofágico; el de 20 miligramos es de uso restringido, pero, al igual que el Ibuprofeno, se anuncia sin tener en cuenta esta distinción.
Después de evaluar un canal nacional las 24 horas por una semana, el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional de Colombia (Cimun) encontró que de las cuatro horas que se emiten a diario como publicidad, el 10 % –cerca de media hora– es de medicamentos y suplementos dietarios.
Al respecto, el profesor José Julián López, director del Cimun, comenta que algunas advertencias sobre el consumo de estos medicamentos, que deberían acompañar la pauta publicitaria, “brillan por su ausencia, están escritas en caracteres poco legibles o resultan incomprensibles”.
Legislación sin dientes
Pese a que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) establece parámetros para la promoción de medicamentos, estos son de tal laxitud, que además de permitir una interpretación muy amplia carecen de dientes para sancionar a quienes incumplan la norma, aunque existe un marco más amplio por parte de la Organización Mundial para la Salud (OMS).
Según el docente, “a pesar de las normas, la sanción para quienes las infringen tienen montos irrisorios; el hecho de que la industria farmacéutica ejerza una presión desmedida para que se le aprueben más medicamentos de venta libre hace que estas cuñas escapen a controles más efectivos”.
Son poco frecuentes los casos como el de la Atorvastatina –comúnmente empleada para bajar los niveles de colesterol–, en el que prevaleció el concepto de la entidad de control y, en tal sentido, el profesor recuerda el caso de la Buscapina (butil bromuro de hioscina), que aunque se debía vender con fórmula médica pasó a comercializarse para tratar diversos tipos de cólicos cuando le fue levantada la restricción en 2003.
Para todos los gustos
Aunque la vaginosis o inflamación crónica de la mucosa vaginal puede ser producida por hongos, bacterias y parásitos, las cuñas de productos para su tratamiento descartan las dos últimas probabilidades, con el agravante de que el flujo menstrual termina asociado con este trastorno, cuando podría ser la manifestación de un cáncer de cuello uterino.
“En Colombia el problema de los medicamentos de venta libre es que incluso llegan a venderse en los supermercados o en cualquier tienda de barrio, con los peligros que entraña ponerlos al alcance de cualquier persona”, subraya el profesor López.
El consumo habitual de antiinflamatorios, por ejemplo, podría tener como consecuencia severos problemas gástricos, además de afectaciones renales a largo plazo, destaca el docente.
Entre tanto, el uso continuado de analgésicos podría generar una hemorragia de las vías digestivas que incluso podría llevar a la hospitalización del paciente o hasta causar su muerte por anemia.
Retomando el caso del Omeprazol y sus probados efectos en el control de un tipo gastritis, en realidad podría estar enmascarando la manifestación de un cáncer esofágico.
Tabletas empleadas para paliar los efectos de un malestar estomacal equivalen a un gramo de aspirina y su consumo podría desencadenar una crisis en un paciente con hipertensión o gastritis.
En cuanto a productos capilares, pese a que no todos los tipos de caspa tienen un carácter infeccioso, algunos no dudan en definirla así para vender sus productos sin considerar que podría ser la manifestación de una dermatitis seborreica o de un exceso de andrógenos, entre otros.
El director de Cimun también se refirió a los medicamentos anunciados para contrarrestar los efectos del guayabo, que más que una enfermedad es la consecuencia de un excesivo consumo de bebidas alcohólicas.
Invitar al consumo de todos estos productos sin hacer las advertencias correspondientes es un acto de gran irresponsabilidad, concluye el docente.
*Tomado de: http://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/publicidad-de-medicamentos-en-tv-resulta-peligrosa.html