El Concejo de Cajamarca no aprobó el Plan de Desarrollo “Agro y prosperidad lo que nos une, 2016-2019”, lo cual suscitó una confrontación política que está lejos de acercarse a un debate serio, pues desdice mucho del alcalde William Poveda, quien demuestra la falta de argumentos con la manera desesperada como salió a atacar al Concejo Municipal.
El Plan de Desarrollo fue un documento amplio como el mar, pero con un centímetro de profundidad: casi todo lo enuncia, pero en nada profundiza. Los mayores vacíos se evidencian en la formulación de políticas diferenciales para las poblaciones vulnerables.
En cuanto a la población en condición de discapacidad, la ley 1445 del 2007 exige una política pública para este tipo de personas (lo cual está en el Plan). Sin embargo, no se habla de los comités de discapacidad, que exige esta misma ley. Entonces, ¿de dónde va a salir la política pública? La ley agrega que la discapacidad debe abordarse como una de las prioridades del Plan de Desarrollo, pero en él no se evidencia de este modo, sino que apenas se enuncia para cumplir con el requisito.
También se observa que no se cumple con lo exigido por la ley 1361: crear observatorios de familia adscritos a las oficinas de Planeación (artículo 9), así como formular y ejecutar la política pública de apoyo y fortalecimiento de la familia (artículo 13).
En cuanto al tema de salud, el 31 de mayo, en medio de la sesión final de discusión del Plan de Desarrollo (como quedó registrado por las cámaras), se recibió por parte de la administración la solicitud de cambio de anexo “Plan Territorial de Salud”, por uno nuevo comprendido por un documento escrito y tres archivos digitales con respaldo magnético; eso quiere decir que minutos antes de aprobar el Plan de Desarrollo ningún concejal conocía dichas modificaciones. Aprovecho para decir que también se recibió el Plan Plurianual de Inversiones con modificaciones a último momento: increíblemente a pesar de no conocer dichos cambios, cuatro concejales dieron voto positivo al proyecto.
A la mujer rural tampoco se la tuvo en cuenta, siendo que desde el Cedaw se hace énfasis en la condición especial de las mujeres rurales, y sus derechos a la participación en el desarrollo rural, planificación familiar, créditos agrícolas, etc. Además, el artículo 9 de la 1257 de 2008, obliga a los municipios a incluir un capítulo de prevención y atención para las mujeres víctimas de la violencia en los planes de desarrollo, lo cual tampoco fue tenido en cuenta.
Tampoco la juventud tuvo un lugar privilegiado. La ley 1622 de 2013, exige que en los planes de desarrollo se incorporen políticas de juventud y se destinen recursos con carácter específico para que los jóvenes puedan avanzar en su desarrollo a través de la implementación gradual de las medidas dispuestas en el Estatuto de Ciudadanía Juvenil (debo decir que los jóvenes que intentaron hacer aportes al Plan de Desarrollo en plena sesión del Concejo fueron tratados de ignorantes y marihuaneros por el Alcalde).
Se evidencia con pesar que los menores infractores son completamente irrelevantes en el Plan de Desarrollo. El hecho de que la política de Infancia y Adolescencia sea un anexo, no quiere decir que en el Plan no deban incorporarse las actividades, proyectos y metas, dirigidas a esa población vulnerable.
Aprovecho para aclarar que el contrato 056 de 2016, suscrito el 22 de enero por un valor de 60 millones de pesos, tiene como objeto la “prestación de servicios profesionales para el acompañamiento y apoyo en la elaboración del Plan de Desarrollo”; y el contrato 088 suscrito el 1 de marzo de 2016, por 28 millones de pesos (con el mismo contratista), tiene como objeto la “Prestación de servicios profesionales para apoyo (…) en las actividades relacionadas con el seguimiento y evaluación al Plan de Desarrollo”. Sobre esto último, ¿no se supone que quien debe hacer seguimiento y evaluación al Plan de Desarrollo es el Alcalde y sus secretarios?
Reitero que el Alcalde miente descaradamente cuando dice que los concejales del Polo hemos propuesto una Zona de Reserva Campesina. Es más, intencionalmente, el alcalde Poveda oculta que en su Plan de Desarrollo hay un ítem especial para que los desmovilizados se reintegren a la vida civil. Lo cual ratifica el secretario de Planeación Municipal, aclarando que esta es una política nacional que debe estar incluida.
Finalmente, resalto que el Alcalde incurre en una conducta punible cuando asegura que los concejales del Polo Democrático Alternativo queremos “traer a Cajamarca mil personas del Cauca a las cuales no les gusta trabajar”. Con esas aseveraciones, ¿qué se podía esperar en cuanto a políticas diferenciales en su Plan de Desarrollo?