Una investigación sobre el hurto de motos en Ibagué llevó a la Policía Metropolitana a concluir que el 94% de los robos ocurren porque la gente las deja en los andenes, en el antejardín o en la calle a cambio de pagar un parqueadero o de guardarla en la casa.
El diagnóstico de las autoridades sobre este tipo de hurtos en la ciudad parece ser tan evidente que de las 128 motos que han sido reportadas como robadas este año, en 121 de los casos los delincuentes utilizaron el método de halado. (Ver: Carreras ilegales de motos ponen en riesgo a peatones y conductores en el centro de Ibagué)
“La modalidad de halado es cuando la persona deja la moto al frente de la casa, de la oficina, del banco, del almacén o entra a una visita con el pretexto de que no se va a demorar, pero cuando sale la moto ya no está”, dice un investigador de la Sijín, responsable de seguir la pista de los ladrones de motos.
Las investigaciones indican que para robar una moto que está en la calle los delincuentes no se demoran más de 20 segundos en dar el golpe.
Para hacerlo tan rápidamente están usando una especie de “llave maestra”, una herramienta con la que rompen el sistema de seguridad del rodante, luego prenden la moto y se la llevan a gran velocidad. (Ver: Inmovilizaron 28 motos por piques ilegales en Ibagué)
“Hemos encontrado que en la ciudad hay una cultura de dejar la moto en la calle y de no pagar parqueadero de motos. Además, los agentes de tránsito no están recogiendo las motos dejadas en las calles y en los andenes, lo cual es una infracción de tránsito”, dice un oficial de la Sijín de la Policía Metropolitana de Ibagué.
La Policía destaca que la estadística de 128 motos robadas, según el registro de denuncias presentadas entre enero y el 19 de octubre de este año, es inferior a las 140 del mismo periodo del 2017. Sin embargo, la cifra podría ser más favorable si los ibaguereños no dieran tanta ‘papaya’.
Según las denuncias, los motociclistas le están facilitando las cosas a la delincuencia. Hay casos de personas que dejan las llaves pegadas al suiche de la moto o ni siquiera le ponen el seguro. (Ver: “Quienes hagan justicia por su propia mano podrían ser investigados”: Secretario de Gobierno de Ibagué)
Es más, hay denuncias de estudiantes de las universidades que llegan en la tarde, dejan la moto en la calle y cuando salen de clases en la noche se dan cuenta de que los robaron.
De hecho, el horario con más denuncias de hurtos de motos oscila entre las 7:00 y las 9:00 de la noche.
“Esa es la hora en la que la gente pone la denuncia, pero seguramente la moto se la robaron mucho más temprano”, señala un oficial de la Sijín.
Mirolindo y La Guabinal, los sectores más críticos
Algo muy similar está ocurriendo con las personas que llegan del trabajo y dejan la moto en el andén de la casa. A veces no la entran a la residencia y al otro día se dan cuenta que se la robaron.
De las 121 motos que han hurtado este año mediante halado en Ibagué, 18 de los casos sucedieron en el sector de Mirolindo y 14 en los barrios ubicados junto a la avenida Guabinal, considerados por la Policía como los lugares más vulnerables para este delito. (Ver: En 2018 se han matriculado 112.834 motocicletas en Ibagué, 4.778 más que en 2017)
Una de las hipótesis que los investigadores de la Sijín están analizando sobre el hurto de motos tiene que ver con la cárcel de Coiba Picaleña y específicamente con los permisos de los internos.
“Hay internos a los que les dan el permiso de 72 horas y ese tiempo en la calle algunos lo estarían utilizando para delinquir. A los internos los traen de otras regiones del país y cuando reciben el permiso no alcanzan a ir hasta la ciudad donde tienen a la familia. Pues parece que algunos hacen contactos con delincuencia local y salen a robar”, asegura el investigador.
No obstante, con base en las denuncias las autoridades han detectado otra modalidad de hurto de motos, ligada a las redes sociales y a las páginas de internet de compra y venta de vehículos.
“Estamos investigando unos casos de personas contactadas a través de Facebook. Los delincuentes crean cuentas falsas y manifiestan tener el interés de comprar una moto. Cuando el dueño del vehículo los llama le ponen una cita para verla. El robo se genera cuando el ladrón dice que va a probar la moto, que va a dar una vuelta, pero nunca vuelve”, precisa el investigador.
Las venden como ‘motopartes’
A la pregunta de qué están haciendo los delincuentes con las motos hurtadas en Ibagué, las autoridades tienen la certeza de que la gran mayoría son desguazadas y vendidas a través de ‘motopartes’ en talleres o almacenes de venta de repuestos de la ciudad.
“Una moto la desbaratan en dos horas. Hemos hecho operativos en almacenes y talleres para judicializar a los responsables por el delito de receptación, pero debe haber una denuncia de que esa ‘motoparte’ hallada en el lugar fue robada, lo cual no ha sido posible porque la gente denuncia el robo de su moto, no de las partes. Y las únicas ‘motopartes’ que vienen marcadas son el chasis y el motor”, informa el oficial de la Policía.
Precisamente, para proteger estos vehículos de los ladrones, la Policía recomienda participar en las jornadas de marcación de motos, que mensualmente realiza la Sijín en los alrededores del estadio Manuel Murillo Toro. Una moto marcada comercialmente pierde su valor para la delincuencia y no se la roban.
Otro de los métodos para prevenir el hurto de motos en la ciudad, es aplicado por los policías de los cuadrantes, que están haciendo una campaña puerta a puerta en los barrios. Esta consiste en que los uniformados alertan a los dueños de las motos cuando los vehículos están en la calle para que los pongan en un lugar seguro.