En un acto de oportunismo politiquero y en lo que se ha vuelto la novedad de algunos medios de comunicación para burlar la ley, “casualmente” se encuentran al candidato oficial en diferentes puntos de la geografía ibaguereña para que opine, pero además, previamente, le trasladan líderes comunales y para el caso que nos ocupa en esta oportunidad, dirigentes deportivos.
Precisamente en la presente semana, el señor Jhon Esper Toledo, con el afán de desligarse aparentemente de su amistad personal e institucional del señor Luis H Rodríguez, desde la tribuna del Parque Deportivo, sin ruborizarse y sin escrúpulo alguno, pidió la cabeza del Director del Instituto Municipal de Deportes y Recreación de Ibagué- IMDRI, Carlos Heberto Ángel, acusándolo de todos los males de esa Entidad y también del desmadre de los Juegos Nacionales pero como dice el adagio popular: “Ni mucho que queme el santo y poco que no lo alumbre”.
Es evidente que el director del IMDRI, es un funcionario pusilánime, que quiso arriesgar su prestigio y futuro por seguirle la orden al Alcalde, ya que sin tener la infraestructura, experiencia, personal idóneo, como tampoco un sistema financiero y económico, asumió el reto de organizar los Juegos Nacionales y además, manejar la contratación por más de ciento cuarenta mil millones de pesos. Que fue incapaz de musitar palabra alguna, cuando le asignaron a un asesor corrupto y a un ingeniero para idear pliegos licitatorios acomodados que permitieran satisfacer los intereses del alcalde pero pretender, como lo pretende, el Opita Toledo, que el único responsable es Carlos Heberto Ángel y no el señor Luis H Rodríguez, es estúpido.
Al municipio de Ibagué, le entregaron una de las subsedes de la justas deportivas pero en lugar de asumir el reto con toda la infraestructura de la administración central, incluyendo Secretaria de Hacienda, Planeación etc, y contar con un cuerpo de abogados, de planta y contratación, decidió, no con el ánimo de transparencia o que los Juegos se realizaran como era debido, trasladar semejante responsabilidad al IMDRI, situación que debe conocer el señor Toledo, como quiera que hizo parte de los Consejos de Gobierno donde se debatió el tema.
Tampoco puede exculpar al Concejo de Ibagué, en sus responsabilidades, pues fue ésta Corporación la que le dio las autorizaciones al mandatario local para que dispusiera los recursos y le aprobó la multimillonaria suma para la contratación de estudios y diseños, que como se ha reiterado, incluso por los propios subcontratistas de los subcontratistas, cada día deben, no acondicionarlos o adecuarlos, sino cambiarlos.
Lo mejor señor Jhon Esper Toledo, no es pedirle la renuncia al Director del IMDRI, porque a lo mejor, no hace lo que usted está haciendo, saltando de primero cuando el barco se hunde, sino que adopta, el viejo refrán: “Si yo me hundo, nos hundimos todos”.