Pareciera ser que los dispositivos tecnológicos se están apoderando del mundo, las personas son cada vez más adictas al teléfono celular, a las tabletas y al internet. Aunque parece un comportamiento normal, hay algo que está llamando la atención de los expertos: el acceso y uso excesivo de estos elementos por parte de los niños, especialmente en menores de cinco años.
Esta realidad debe tener eco en la sociedad porque los infantes están cada vez más inmersos en el mundo digital, con facilidad manejan a la perfección los dispositivos móviles y sus primeras palabras piden con ansias contenidos digitales que los padres les entregan sin conocer cuáles son los efectos de dejarlos acceder a ellos, lamentablemente no son los más positivos.
Angélica Alarcón, magíster en Neurociencia de la Universidad Nacional de Colombia, realizó una importante investigación en la que detalla las dificultades en el desarrollo motor que sufren los niños que se ven expuestos al uso masivo de dispositivos electrónicos, explicando cuáles son los impactos negativos de permitirles acceder a ellos.
“Las prácticas de juego en las que están inmersos los niños en este momento están relacionadas con el uso de dispositivos digitales y esto implica que antes de desarrollar las habilidades motoras gruesas necesarias para los procesos de aprendizaje, están desarrollando las habilidades finas, lo que implica que no están fortaleciendo la coordinación, la disociación, la fuerza necesaria e inclusive la relación con pares que requieren”, precisa la especialista.
Las habilidades motoras gruesas están relacionadas con los movimientos de hombro, cadera, codo y rodilla que deben fortalecer los niños en la primera etapa de su crecimiento, mientras que las finas tienen que ver con la coordinación de los movimientos finos y precisos, como los que requiere el manejo de los elementos tecnológicos.
¿Por qué no está bien que desarrollen las habilidades motoras finas antes que las gruesas?
Alarcón explica que invertir el desarrollo de estas habilidades le ocasiona a los niños dificultades que se evidencian al necesitar ciertas destrezas en su período escolar, y tal como lo evidenció en su investigación, se encontraron con niños de tercero y cuarto de primaria con dificultades de cálculo, orientación espacial, que escriben muy duro, tienen dificultades de comportamiento y atención.
“Este tipo de síntomas reflejan que los niños en sus primeros años no tuvieron la estimulación adecuada en el juego y desarrollo de esas habilidades. Por eso insisto en que la idea es que se puedan generar estrategias, no a modo de tratamiento del síntoma, sino de prevención, porque en los primeros cinco años es necesario favorecer o facilitar las actividades de ejercicio físico, para que el niño se pueda mover, compartir con otros, experimentar sensaciones y texturas no relacionadas con una tableta, celular o computador”, señala la magíster.
Sin embargo, como lo indicamos inicialmente, la misma sociedad está inmersa en un mundo digital que los niños no pueden desconocer, por lo que la especialista aclara que ante la imposibilidad de aislarlos de estas nuevas dinámicas lo más apropiado es limitar su tiempo con estos dispositivos y proveerle el espacio suficiente de contacto con sus familiares.
“Una de las recomendaciones es que en el hogar se establezcan horarios de interacción directa con el niño, es decir, que lo hagamos partícipe de las actividades, si por ejemplo, los padres están organizando la casa, le pueden colocar tareas o labores que impliquen juego, pero también compartir con el adulto, como jugar a doblar la ropa. Se trata de empezar a incluirlos en las rutinas de los progenitores y establecer periodos de juego directo con ellos, en lo posible que no incluyan el uso de dispositivos tecnológicos en lo que uno llama la infancia temprana”, enfatiza la especialista.
El tiempo recomendable frente al televisor, la tableta o el celular no debe exceder las dos horas por día un par de veces a la semana.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay otro tipo de afectaciones en los niños como la obesidad infantil o “digital” que se produce por las largas horas que permanecen sentados frente a dispositivos tecnológicos. Así como lo planteó la experta en el tema, Angélica Alarcón, lo más recomendable es que los niños tengan espacios de juego que no limiten sus capacidades físicas.