Los contratistas Jorge Iván y Edwin Riaño Jaimes no lograron tumbar, a través de una acción de tutela, la presunta inhabilidad que tendrían para participar en la polémica licitación que montó el Ibal para contratar la atención de las emergencias de la red de acueducto de la cuidad, por $2.482.755.711, y en la que los dos hermanos aparecen como seguros ganadores.
El Juzgado Décimo Civil Municipal decidió «negar la solicitud de amparo constitucional promovida por los señores Jorge Iván Riaño Jaimes y Eduin Riaño Jaimes», al comprobar que el Ibal no les vulneró el derecho al debido proceso al imponer una mala calificación a la gestión adelantada como contratistas de la empresa entre los años 2015 y 2016. (Ver: Fallo de tutela)
La empresa probó que los contratistas fueron notificados vía correo electrónico, el 12 de enero de 2017, de la negativa calificación obtenida y les otorgaron un plazo de cinco días hábiles para controvertir el informe, pero ellos no lo hicieron. (Ver: ¿Quieren habilitar ‘a la brava’ contratista para una licitación de $2.482 millones?)
Además, el juez advirtió que no era correcto recurrir a la acción de tutela para adelantar un proceso que es evidentemente administrativo. «No puede ser utilizada (la acción de tutela) como medio judicial alternativo, adicional o complementario de los establecidos específicamente por la ley para la defensa de los derechos, pues con ella no se busca reemplazar procesos administrativos u ordinarios«.
El lío del contratista
Los hermanos Riaño Jaimes recurrieron a la acción de tutela para dejar sin validez una evaluación que hizo el supervisor del contrato de emergencias -que también ejecutaron entre los años 2015 y 2016-, y en el que recibieron una calificación de 1.8, por las problemas que se presentaron en la entrega de los informes, la calidad de los materiales, la sostenibilidad de la obra y el pago oportuno de la seguridad social del personal que empleó. (Ver: Procurador Fernando Carrillo ordenó vigilancia al contrato de emergencias del Ibal)
El sistema de gestión de calidad del Ibal establece que si un contratista recibe una calificación inferior a tres en la evaluación final, no podrá participar en futuras licitaciones por un periodo igual al que duró la ejecución del proyecto que resultó mal calificado, en este caso 15 meses.
El comité evaluador del Ibal desconoció esta presunta inhabilidad y dejó a los hermanos Riaño en el primer lugar de elegibilidad, debido a que superaron en el puntaje a sus dos competidores. Ellos obtuvieron 100 puntos mientras que el consorcio ML RL logró 95. El tercer puesto fue para el consorcio acueducto 2017, que alcanzó 90 puntos.
¿El Ibal estaba esperando el fallo?
Esta licitación debió adjudicarse el pasado lunes, pero las directivas del Ibal decidieron postergar la decisión para el próximo 15 de marzo. Fuentes de entera credibilidad han advertido que este millonario contrato tenía nombre propio y que los favorecidos, contra viento y marea, serían los contratistas Jorge Iván y Eduin Riaño Jaimes.
«Tal es el interés de dejarlos ganar la licitación que modificaron el cronograma de adjudicación. ¿Para qué? ¿Pensaban esperar el fallo de tutela -a favor de ellos- para desconocer la inhabilidad y adjudicarles el contrato«, se preguntó la fuente.
Los apellidos Riaño Jaimes ya son familiares en el Ibal. Los dos se ha ganado el contrato de emergencias, de manera consecutiva, desde hace tres años. El primero, por $1.549.685.658, fue adjudicado en 2014 a través del consorcio Rio. Y el segundo, por $2.424.250.316, lo consiguieron por intermedio del consorcio 2R.