Participé en la conformación de La Coalición Colombia, unidad entre La Alianza Verde, El Polo Democrático Alternativo y Compromiso Ciudadano. Tres movimientos políticos jóvenes que agrupan un gran espectro de sectores alternativos del país y que se hicieran a 26 escaños del Congreso el pasado 11 de marzo. Con esa primera prueba de fuego, está asegurada una legislatura de control político durante los próximos cuatro años.
Esta Coalición fue el fenómeno electoral de la primera vuelta presidencial, con el liderazgo de Claudia Lopez, Jorge Enrique Robledo, Antanas Mockus, miles de voluntarios y por supuesto de quien fuera el mejor candidato presidencial, Sergio Fajardo, quién estuvo a punto de pasar a la segunda vuelta y seguro hubiese enfrentado en mejores condiciones, al candidato del establecimiento.
Con un programa independiente de oposición y ruptura al continuismo Liberal-Conservador, hoy reunificado en la “Unidad Nacional” Uribista, pretende ser la fuerza de la esperanza que en el mediano plazo conquiste el voto mayoritario de los colombianos. Fueron más de 4 millones y medio de personas, las que depositaron su confianza en nuestra propuesta, sin mermelada clientelista, sin bodegas generando miedo y rencor, sin lenguajes altisonantes ni calumnias.
Esta convergencia va a seguir luchando contra la corrupción. Ya señalo un camino, es sin pagar un peso por un voto, ni ofreciendo contratos a los “políticos tradicionales” como se debe librar la lucha electoral. Le apuesta a la reconciliación, a pasar la página, a no dividir más el país. Para que al final no ganen los mismos con las mismas, que han hecho insufrible la vida de millones de compatriotas.
En el Tolima se forjó un gran movimiento en torno a la Coalición Colombia, sectores de diferentes vertientes confluyeron para obtener la segunda votación del Departamento y su Capital, por encima de German Vargas Lleras candidato del Gobernador Barreto y Gustavo Petro, apoyado por Jaramillo, sectores liberales y la UP. Tenemos un gran reto por delante, es mantener ese entusiasmo de las gentes tolimenses, tan manoseadas por la politiquería de caciques.
Es por todo lo anterior que mi decisión personal es votar en blanco el próximo domingo, porque la coherencia es un mérito que en este país no se acostumbra y porque la confianza no se puede depositar en tierra estéril. Hemos construido un gran equipo, los colombianos miran con aprecio nuestras propuestas, sólo nos queda andar lo debido y la oscura noche cesara.
