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Con la eliminación de los cargos P18 sumado a la reasignación de direcciones de programa y secretarías de unidad académica a los profesores de planta, comenzó la reforma administrativa en la Universidad del Tolima, llevada a cabo por la administración de Omar Mejía (Ver: Universidad del Tolima ahorrará $5.800 millones suprimiendo más de 60 cargos)
Según la carta abierta enviada por Mejía a los docentes de la universidad, los cambios han sido promovidos por una comisión de la Universidad del Valle, la denominada “Reforma Profunda” propuesta por la asamblea profesoral, y por el Ministerio de Educación Nacional.
Como era de esperarse, las medidas han caído muy mal en algunos sectores de la UT, en especial el de los Decanos, quienes manifestaron su descontento a través de una carta dirigida a la administración.
La misiva, firmada por Carlos Montealegre, Andrés Felipe Velásquez, Juan Carlos Ferrero, Pedro Gallego, Nelson Canal, Luis Alfredo Lozano, Jairo Ricardo Mora, y la directora del Instituto de Educación a Distancia, Martha Núñez, sostiene que acatan pero no comparten las decisiones tomadas por el Consejo Superior, entre ellas la de la supresión de los P18, y la de quitarles la potestad de nombrar a los funcionarios administrativos y directores de programa de sus facultades.
¿Decanos se contradicen?
El año pasado, estos mismos decanos, a quienes se sumaron Germán Calderón y Carlos Rivera, decanos de Ciencias Humanas y Artes y de Agronomía, fueron noticia porque solicitaron públicamente la renuncia al por entonces rector José Herman Muñoz Fungo. (Ver propuesta)
Sin embargo, los jefes de las unidades académicas fueron más allá y propusieron medidas para solventar la crisis de la UT. En ese documento, manifestaron que era necesario eliminar los cargos P18 que no se encontraran en los departamentos y replantear la existencia y asignación salarial de los directores de programa.
En esa oportunidad, los decanos también le pidieron al Consejo Superior, nombrar a un rector interino que llevara a cabo las gestiones necesarias para aliviar la situación del alma mater.
Otro puntos de coincidencia con las medidas que toma la actual dirección universitaria tienen que ver con la estricta aplicación de la jornada laboral docente, la revisión de la normatividad vigente (estatuto general, profesoral y estudiantil) y la eliminación de puestos de venta ambulantes al interior de la UT (las denominadas chazas).
Tambien propusieron la suspensión de los servicios de residencias estudiantiles, y del restaurante universitario, medidas que afectarían directamente al estamento estudiantil y con las que la administración de Mejía ha manifestado estar en desacuerdo.
Nombramiento masivo de profesores
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Si bien las medidas no han sido bien recibidas en las decanaturas, quienes sí han asumido masivamente la responsabilidad han sido los profesores. El pasado viernes, el rector posesionó a 20 profesores de planta, quienes asumirán direcciones de programa y secretarías académicas en las facultades.
De acuerdo con la comunicación emitida por Mejía, la administración rediseñará las funciones de las unidades administrativas que apoyan el trabajo académico de las direcciones.
La División de Servicios Administrativos, la Oficina de Registro y Control Académico y la Oficina de Gestión Tecnológica acompañarán el proceso de acoplamiento de los profesores para evitar contratiempos a los estudiantes.
“Trabajamos cuidadosamente en la asignación de los recursos académicos, en la construcción de mejores sistemas de información, y en una planeación estratégica, entre otros asuntos, que al no existir en la universidad se recargaban a las funciones de las direcciones y es precisamente lo que corregiremos para hacer más eficiente nuestro funcionamiento”, afirma la carta.
En total, la medida le permitirá ahorrar a la universidad 5.800 millones al año.
