El mayor afluente de Ibagué tiene hoy el índice más alto de contaminación hídrica en el Tolima. IBAL y Alcaldía deben cumplir con sus planes y permisos de vertimientos, advierte Cortolima.
Las aguas del río Combeima arrastran, cada año, 5.696 toneladas de heces humanas. De acuerdo con un reciente estudio de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, este afluente es uno de los más contaminados del departamento, junto a los ríos Opia, Chipalo y Alvarado. Los cuatro representan el 66.17% de afectación de todas las fuentes hídricas de la región.
Lo más preocupante es que el 70% de las aguas residuales depositadas en los ríos del departamento contienen heces fecales humanas y el 30% restante, materiales sólidos (como basuras) y vertimientos agroindustriales.
El sector más contaminado del río Combeima está entre los barrios Los Mártires, El Uribe y el Bosque, dado que en ese punto recibe vertimientos directos de tipo doméstico y se encuentran dos de los colectores de agua residual con mayor caudal: La Guadaleja y El Sillón.
El Combeima, que abastece a más de 550.000 ibaguereños, tiene una extensión aproximada de 95,2 kilómetros y, a lo largo de su recorrido, recibe aguas negras en 227 puntos, un número bastante significativo comparado con otros caudales contaminados.
A pesar de que Ibagué cuenta con tres plantas de tratamiento de aguas residuales, estas, según el director de Cortolima, Jorge Enrique Cardoso, no tienen la capacidad suficiente para tratar toda el agua de la ciudad, por esta razón se está proponiendo la construcción de nuevos colectores y otras dos plantas, las cuales serían financiadas con recursos de la sobretasa ambiental que hoy se cobra en el impuesto predial.
“Las aguas residuales domésticas son, en gran medida, las causantes de la contaminación y estas son responsabilidad del municipio y de las empresas de servicios públicos”, señaló Cardoso. “Nos preocupa ver que en zonas aledañas a los ríos habiten personas que no tienen sistema séptico y que arrojan sus heces directamente a los afluentes. Eso también perjudica a las especies vivas, como los peces, que pueden llegar a consumir esta materia orgánica”, expresó.
Según el funcionario, la empresa ibaguereña de acueducto y alcantarillado, IBAL, y la Alcaldía de Ibagué deben dar cumplimiento a los permisos de vertimientos, establecidos en el marco normativo de la protección ambiental.
EL OLFATO conoció más de 30 sancionatorios en contra del IBAL y la Alcaldía por incumplimientos reiterados en la disposición adecuada de aguas residuales y residuos, y en el manejo de los vertimientos industriales directos, entre otros.
Varios de estos procesos se encuentran actualmente en la etapa de pliego de cargos o en tasación de multa. Otros tantos han sido archivados.
Contaminación podría aumentar
Además de Ibagué, hay nueve municipios turísticos con los ríos más contaminados del departamento, que arrastran alrededor de 5.804 toneladas de materia fecal: El río Sumapaz, en Melgar; La Quebrada la Pioja, en El Espinal; el río Saldaña, en Ataco y el río Gualí, en Honda y Mariquita.
La carga contaminante de los ríos dice el director de Cortolima, aumentará a medida que la población se incremente. La única manera de disminuir los índices de contaminación -que no solo afecta la salud humana, por el consumo del líquido, sino las actividades agrícolas y ganaderas- es construir plantas de tratamientos residuales en los puntos de vertimiento de los afluentes, agregó el funcionario.
“La cabecera municipal de Ibagué tiene tres plantas de tratamiento de aguas residuales: una es la planta del Tejar, que recibe una parte de los vertimientos del río Combeima; otras dos están ubicadas en las Américas y la ciudadela Comfenalco que tratan las aguas del río Opia. No obstante, las aguas residuales que caen al río Chipalo no están siendo tratadas ni tampoco las que caen al río Alvarado, por eso necesitamos más plantas”, explicó Cardoso.
Soluciones
Cortolima lidera una decena de proyectos para disminuir la carga contaminante en las fuentes hídricas de todo el departamento. Para el año 2023 la corporación espera que los usuarios, que vierten de forma directa o indirecta, estén cumpliendo con los planes requeridos.
Entre las iniciativas sobresale la implementación de sistemas de aguas residuales domésticas, sistemas de tratamiento, rehabilitación de plantas, construcción de colectores, optimización de procesos, entre otras.