Que no teman los sujetos de la “Seguridad Humana”, pues no pienso hacer hoy referencias que les resulten molestas en referencia al 007, tales como “Luis H: el James Bond de la incompetencia”, o “Seguridad Humana: con licencia para fracasar”, pues con hechos de la vida real como el anticipado fracaso de los Juegos Nacionales, la calamitosa situación de las finanzas públicas municipales, el creciente desempleo o los cotidianos cuestionamientos a los procesos contractuales de la administración, estas referencias resultan casi que un halago.
A propósito del Día sin carro en Ibagué, traigo a colación el Acuerdo 007 del 8 de mayo de 2014 (Ver documento), por medio del cual se establecen los lineamientos para implementar la estrategia del teletrabajo como forma de organización laboral en el municipio de Ibagué, y se dictan otras disposiciones, el cual fue liderado e impulsado por el Concejal Liberal Camilo Delgado Herrera. Sin duda alguna, con este Acuerdo Municipal Ibagué se puso a la vanguardia de la implementación de una política de esta naturaleza, pues a la fecha solamente Bucaramanga e Ibagué tienen este tipo de instrumentos.
Claramente, el aumento de número de vehículos y motocicletas en la ciudad, así como la falta de nuevas vías y el pésimo estado de las existentes, se configuran en la actualidad como elementos que han minado la movilidad en la ciudad, sin que la Secretaria de Transito de Ibagué, eminente funcionaria impulsora de las fotomultas, haya implementado políticas de fondo para solucionar este problema. Ojalá su excusa no sea que las fotomultas eran la panacea para aliviar el caos vial de la ciudad.
Obviamente, la crítica movilidad vial no es exclusivo de nuestra desvencijada ciudad, pues es un mal que se advierte en ciudades grandes y medianas de Colombia. Un reciente estudio del Departamento Administrativo de Planeación Nacional (DNP), indica que nuestro país pierde el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) al año, algo así como 16 billones de pesos, por causa de los trancones.
Dicho estudio indica, además, que los trancones son causa de numerosas patologías que afectan la productividad y encarecen los costos de atención médica, hecho que genera presiones adicionales al sistema de salud. Finalmente, y entre otros cálculos interesantes, el DNP indica que en promedio un colombiano pasa 480 horas (es decir 20 días al año) en el transporte público, lo cual a todas luces afecta en diversos términos a miles de colombianos.
En este contexto, el Teletrabajo se configura en una de las múltiples posibilidades que nuestra ciudad tiene a la mano para aliviar, así sea en parte, las complejas condiciones de movilidad, pues en la medida en que los ciudadanos puedan desarrollar sus actividades laborales desde sus casas con el apoyo de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, serán menos los ciudadanos que utilizarían las vías para concurrir a su trabajo, aliviando en parte la congestión.
Pero para ello, hay que poner en marcha el mencionado acuerdo, pues en el mismo se asignan una serie de obligaciones al Municipio de Ibagué, en donde se incluye el desarrollo de un proyecto piloto, así como la adopción de manera definitiva del modelo. Ignoro el estado de avance de esta iniciativa, pero a juzgar por los pírricos resultados de la administración en otros campos, asumo que en referencia a la aplicación del Acuerdo 007 de 2014, el tiempo corre, el trancón se agudiza y la alcaldía duerme el sueño de los justos.
Esperemos pues, que en próximos días la “Seguridad Humana” nos cuente a propios y extraños de cómo va el Teletrabajo en Ibagué, o si definitivamente, al igual que con los Juegos Deportivos Nacionales, el Panóptico, el Acueducto Complementario, la ampliación de la planta de personal de la alcaldía, la disminución del desempleo en Ibagué, la puesta en marcha del Sistema Integrado de Transportes o la erradicación del trabajo infantil en la ciudad, este asunto también le quedó grande.
