El tercer punto del acuerdo final determina cómo será el desarme y la reincorporación de los miembros de las Farc en la vida civil. Sin lugar a duda, este apartado es uno de los más polémicos ya que, entre otras cosas, allí se establecen los beneficios económicos que recibirán los reintegrados.
Por esta razón, Nelson Camilo Sánchez, investigador del Centro de Estudios de Derecho, Dejusticia, manifestó que el proceso de desarme de la guerrilla de las Farc requiere que los colombianos hagan un esfuerzo para que los insurgentes encuentren garantías para hacer política.
“Ese proceso de reincorporación es un proceso difícil y largo porque requiere transformaciones. A veces institucionales, personales y sociales, que la sociedad que reincorpora a estas personas y los recibe, los acepten”, afirma Sánchez.
De igual forma, para el investigador es fundamental que el Estado presente algunas ofertas llamativas para que estos individuos dejen las armas y la guerra y puedan comenzar una vida en la legalidad.
«Para ello debemos presentarle opciones que sean viables y atractivas, entre ellas algunas de las que tiene el acuerdo son los beneficios económicos, estos no son nada nuevo en la historia de Colombia. Durante más de una década, a personas que han dejado los fusiles, bien sea individual o colectivamente, los hemos acogido con medidas educativas, económicas y con otras formas de reincorporación«, asegura.
De igual forma, Sanchéz recuerda que los montos que se recibirán de forma individual van a ser mucho menores que las que se han otorgado en el pasado. De esta forma, se podrá facilitar el tránsito a a civilidad de manera mucho más humanitaria.
«No solamente vamos a evitar que hayan más víctimas, sino que vamos a acoger en democracia a muchas de estas personas que participaron de la guerra, pero que hacen parte de comunidades vulnerables: muchachas, mujeres, hombres, jóvenes, muchos de ellos que desde su temprana infancia hicieron parte de un ejercito que hoy en día los vamos a recibir en nuestra comunidad política y por eso creo que es humanitariamente fundamental aceptar esta idea», concluye.