Ya han pasado tres y medio de este periodo constitucional de alcaldes en Colombia. Les quedan seis meses y 10 días.
Y mucho se habla de los amigos y enemigos de un mandatario. Claramente, sabemos que los burgomaestres consideran que sus amigos son los integrantes del comité de aplausos y los contratistas que lo acompañan.
Pero, ¿Quiénes son los reales enemigos de un Alcalde?
A mí me enseñaron que mis enemigos están dentro de mí. En mis pensamientos, en mis hábitos, en mis palabras, en mi personalidad, en mi espiritualidad. Todo lo demás es solo la gota que reboza el vaso.
Basado en lo que me enseñaron, el enemigo número uno de un Alcalde está dentro de él mismo. Es su carencia de liderazgo.
Y es que el liderazgo es una habilidad que, a su vez, es el resultado de la suma de otras. Por ejemplo:
Un líder debe saber ejercer la autoridad. El Alcalde no ejerce su autoridad sino que se deja llevar del vaivén de las olas de palabras de sus asesores. Ni autoridad para exigir resultados por miedo a los jefes políticos que son los verdaderos jefes de su equipo.
Un líder debe ser seguro e inspirar seguridad. Los obstáculos hacen parte del camino.
Un líder debe tener conocimiento para poder dirigir. Un Alcalde que desconoce las finanzas de la ciudad y su realidad social… Y al desconocerlas, pues no podría plantear soluciones efectivas.
Un líder delega la función pero no delega la responsabilidad. El Alcalde que delegó funciones y responsabilidades y nunca supo ni siquiera lo que firmaba y simplemente repetía lo que le decía su equipo. Eso me recuerda al Alcalde de Ibagué con el Acuerdo de las fotomultas, el decreto del POT, la presentación de la APP de alumbrado público y una que otra más.
Un líder hace seguimiento al desempeño de sus funcionarios y ejes estratégicos. A hoy, ejecuciones por debajo del 80% son consideradas pésimas porque ya se acabó el tiempo.
Un líder asume la responsabilidad de todo su equipo y toma acciones. Un Alcalde mediocre culpa a quienes piensan diferentes (léase enemigos. Culpa por sus fracasos al Concejo. Culpa a los Ministerios. Culpa a los contratistas. Cumpla algunos medios de comunicación. Frases como “El Concejo no quiere a la ciudad”, como cuando se opuso al intento de ‘privatización’ de la secretaría de Tránsito.
Un líder, selecciona un buen equipo de trabajo. Un equipo que en su mayoría, contadas excepciones, es impuesto por otros y que no le hacen caso por la ausencia de autoridad ya mencionada.
El enemigo real de un Alcalde es la carencia para: visionar, planear, comunicar, seleccionar equipo y ejecutar sus visiones.
En conclusión: Los alcaldes buscan a sus enemigos en el mundo imaginario, cuando beberían buscarlos y combatirlos en su interior y en su falta de capacidad.
Y ahora… ¿Cuál cree usted que el principal enemigo del Alcalde de Ibagué?
Los enemigos de un alcalde en Colombia
Por: SRM