Los desmovilizados del EPL que demuestran que sí es posible la paz y la reconciliación

El proceso de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc ha generado comentarios a favor y en contra de quienes dejarán las armas para reintegrarse a la sociedad civil. ELOLFATO.COM habló con dos desmovilizados del EPL, Carlos Arturo Mora, subdirector de planeación de Cortolima, y Carlos Reyes, diputado del partido Liberal, para conocer, a través de su experiencia, si es posible que exista reconciliación.

Ambos creen que, así como ellos pudieron adaptarse nuevamente a la vida civil y contribuir con la comunidad, quienes dejen las armas tras este proceso de paz también podrán tener una nueva oportunidad de reconciliarse con el país.

Para ambos su historia en el EPL empezó cuando todavía eran muy jóvenes. Carlos Arturo Mora había comenzado a estudiar Medicina Veterinaria en la Universidad del Tolima y fue allí donde tuvo contacto con el movimiento estudiantil que luego lo llevaría a hacer parte de las filas del Ejercito Popular de Liberación, EPL.

De igual forma, el hoy diputado Carlos Reyes, comenzó la lucha armada cuando apenas era un estudiante de último año de colegio en el Líbano y se unió a las juventudes revolucionarias de Colombia. Sus primeras funciones en la guerrilla consistían en realizar actividades culturales y promover procesos en los que se llevaba un mensaje de ideología marxista. Y así terminó siendo un comisario político de la célula en el norte del Tolima.exepl

Cada uno estuvo aproximadamente 10 años haciendo parte de este movimiento guerrillero, hasta que en 1991 se firmaron los acuerdos de paz entre el EPL y el gobierno de César Gaviria. Fueron 2.700 hombres quienes entregaron sus armas en un proceso que incluía siete campamentos adonde llegaron los milicianos para iniciar el respectivo proceso de desarme.

“Cuando el EPL se sentó a dialogar con el Gobierno, el principal objetivo era una transformación de la Constitución. Es decir, fue en nuestro proceso de desmovilización en el que nació la constituyente de 1991”, manifiesta Carlos Arturo Mora.

Una vida después de las armas

“Yo dirigí el proceso de reintegración y sé que es algo complejo. Para esa época, el Gobierno nos brindó garantías frente a vivienda, salud y educación. Porque hay que entender que las personas salen de la guerra y luego necesitan algo de qué vivir”, asegura, Mora.

De igual forma, Carlos Reyes agrega: “Había varias opciones para los desmovilizados. En esa época, cada uno recibía una ayuda económica por seis meses de 130 mil pesos aproximadamente. Además, se podía acceder a créditos para montar un negocio. También el Sena y algunas universidades ofertaron becas”.

Esto permitió que quienes dejaban las armas encontraran una vocación distinta y se reintegraran a la sociedad civil. Por ejemplo, Reyes aprovechó la oportunidad de una beca y estudió Administración Pública, luego se lanzó al Concejo de Ibagué y fue elegido tres veces. Actualmente es la tercera vez que se desempeña como diputado del Tolima.

El proceso de paz es necesario

Para ambos, algunos de los argumentos que exponen quienes se oponen al proceso de paz son absurdos. Ya que estas personas llegarán a la ciudad en busca de una nueva vida, de recomenzar y hacer planes para su futuro.exepl_1

Por esto, ellos comentan que los beneficios que ahora tendrán los desmovilizados de las Farc no son descabellados, sino que hacen parte de las garantías que exigen del Gobierno para que el proceso sea exitoso.

“Algunas personas dicen que no están de acuerdo con que los dirigentes de las Farc vayan a recibir un esquema de seguridad, pero esta es una de las garantías que se exigen ya que en otros procesos han resultado muchos desmovilizados muertos”, afirma Mora.

“Por ejemplo, en nuestro proceso fueron 2.700 las personas que dejaron las armas, pero luego otros grupos mataron al menos 1.000 exintegrantes del EPL”, agrega Reyes.

De igual modo, ellos creen que hay que contribuir a la paz desde ahora y no dejar que el miedo y la mala publicidad que se le hace al proceso afecten el momento histórico que está viviendo el país.

“Hay que invitar a los tolimenses para que se vinculen y apoyen estos acuerdos que son necesarios. Se necesita trabajar en proceso sociales, cultura ciudadana, tolerancia y convivencia para que esto llegue a un buen término”, manifiesta Carlos Mora.

Lo cierto es que ningún proceso de paz ha sido sencillo. A los obstáculos que se presentan durante las negociaciones, debe sumarse la aplicación de políticas públicas exitosas para evitar que la reconciliación deje de ser esquiva.

Debemos dejar los odios y los fundamentalismos. La gente quiere la paz y la reconciliación. En este momento hay mucha polarización política y debemos trabajar en programas sociales, normas, leyes y procesos de construcción”, concluye Carlos Reyes.

Por: REDACCIÓN PAZ

Foto: elolfato.com/ hernando bazurto

Fecha: lunes - 4 julio - 2016