Por fin supimos quienes lideran el comité de odio a Ibagué. Pues después de muchos meses, de escuchar al quinto peor alcalde del país (Luis Hernando Rodríguez) decir a diestra y siniestra, que todos sus males son culpa de “tres gatos” que odian a Ibagué. Que aborrecen y minimizan los impresionantes e históricos logros de la “Seguridad Humana”, y que en consecuencia ha impedido el desarrollo de la ciudad.
Uno de los más representativos voceros de la administración, en un medio nacional, no aguantó más y sugirió la identidad de las tres mentes malignas, perversas, maquiavélicas y resentidas que, según su peculiar interpretación, le han generado tan mala imagen a una de las mejores administraciones de la historia de Colombia.
En efecto, en el prestigioso programa Feliz Regreso de W Radio, dirigido por el respetado periodista Felix de Bedout, y quien en el mismo espacio recientemente puso en ridículo al Alcalde de Ibagué y al Director del IMDRI, un controvertido asesor de la alcaldía señaló con nombre propio al abogado Fernando Varón Palomino, a un periodista de un portal de internet y a un exfuncionario del Ibal como los enemigos de los Juegos Nacionales y de la ciudad.
No hay que ser un Einstein ni haber pasado por las sospechosas capacitaciones virtuales de la alcaldía de Ibagué para deducir que el portal de internet es ELOLFATO.COM, que el periodista es Luis Eduardo González Rincón, y que el exfuncionario del Ibal, es quien escribe y firma esta columna.
La mediocridad, los pésimos resultados, los cuestionamientos generalizados, la imparable descolgada en los sondeos de opinión, los regaños de funcionarios del gobierno nacional y las numerosas investigaciones que hoy cursan en los organismos de control, han llevado a que la actual administración sufra de una preocupante paranoia, la cual le lleva a tildar de enemigos a quienes no tragan entero y a justificar su raquítica gestión en que un grupo de enemigos no deja trabajar.
No sé si en psiquiatría esto es paranoia o bipolaridad, pero ciertamente es un comportamiento infortunado, errático y desesperado de quienes hoy solo pueden mostrar como gran gestión unos reparcheos y gran cúmulo de excusas inverosímiles.
En lo personal, pues mal haría en hablar por los otros dos gatos que me acompañan en este selecto grupo de enemigos de la ciudad, acepto con alegría y honra este título. Si haber puesto en evidencia con números, cifras y argumentos la inconveniencia de las fotomultas, hoy mejor conocidas como el foto-atraco, me convierte en enemigo de la ciudad, bienvenido el calificativo.
Si haber denunciado en mi paso por el Ibal ante los organismos de control, el concejo municipal y la ciudadanía las pretensiones de Acualterno me hace odiar a la ciudad, lo acepto gustoso.
Si haber puesto en evidencia, también con cifras y argumentos provenientes de la administración, los posibles sobrecostos de los diseños de escenarios para los juegos nacionales, me convierte en un personaje nefasto para Ibagué, agradezco el señalamiento.
Si haber, también, sugerido posibles sobrecostos en la compra de un software para el Ibal, me hace un mal ibaguereño, me merezco el cuestionamiento. Si haber manifestado mi posición referente a la poca diligencia de la administración local en la consecución de recursos, supone un comportamiento indebido de mi parte, acepto la responsabilidad.
Valga aclarar, que las sospechas de posibles actos violatorios de las normas sobre contratación o los cuestionamientos referentes a la poca transparencia de los procesos contractuales de la “Seguridad Humana”, han sido puestas de manifiesto por algunas veedurías, por el Zar Anticorrupción, por la Contraloría Municipal o por la Procuraduría General. Entidades con las que no me une vínculo laboral ni contractual alguno.
El alcalde debería entender, o al menos hacer el esfuerzo, que no somos los críticos o algunos medios independientes los causantes de su deslucido papel al frente de los destinos de la ciudad. Resulta evidente, que los verdaderos responsables de la debacle han sido sus cercanos colaboradores, que han privilegiado el beneficio y el lucro personal antes que el interés general.
Los mismos que, más temprano que tarde, le dejarán solo y a su suerte, una vez el festín haya terminado. Es curioso: el alcalde se preocupa por “tres gatos”, sin advertir la jauría de hienas que le rodean.
Post Data: En buena hora, y gracias a las denuncias de algunos medios, se vino abajo el proceso de la capacitación virtual de empleados. Ya algunos advertíamos que era inconveniente para el municipio por muchas razones, como también que habían serias dudas sobre los requisitos y alcance de este polémico proceso.
El mérito es para los medios, pues de no ser por sus denuncias y advertencias, hubiera sido otro triunfo para la irresponsabilidad en el manejo de lo público.