Lamento que estas líneas le dañen el aguinaldo navideño al Alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo y a su nuevo dúo dinámico, Alberto Girón y María Victoria Bobadilla, Gerente y Secretaria General del Ibal respectivamente, estos últimos reconocidos en la ciudad por ser artífices de la cuestionada y nunca aclarada compra de los famosos “tubos del Ibal” por allá en 2009.
Sin embargo, y dejando de lado el espíritu navideño, creo necesario hacer algunas observaciones adicionales a las planteadas hace una semana (Ver: Urgente, modelo Typsa se toma el Ibal) en relación con la licitación por $27.144 millones de pesos para la “Construcción de la Primera Etapa de la Segunda Fase del Acueducto Complementario de la ciudad de Ibagué”.
Es preciso recordar que para financiar este proyecto, el Ibal obtuvo con el Banco Davivienda un crédito por $30.000 millones. Y aquí vienen dos mentirillas. La primera: según el Gerente del Ibal, “después de incorporados los recursos al IBAL, Findeter se encargará de hacer todo el proceso de licitación para la segunda fase, primera etapa del acueducto complementario”. (Ver: Comunicado oficial del Ibal)
Claro, estas declaraciones se dieron en épocas en donde Luis Fernando Arboleda, cuestionado e investigado expresidente de Findeter, se prestaba amable y diligentemente para sacar por dicha entidad todas las contrataciones que el Ibal, por razones nunca explicadas, convenientemente no licitaba. Pero obvio, como ya no está Arboleda para esas vueltas, el Ibal no tuvo otra opción que licitar directamente este proyecto.
La segunda mentira estuvo a cargo del Alcalde de Ibagué. En declaraciones al diario El Nuevo Día, en junio de este año, Jaramillo advirtió que “nosotros aspiramos a sacar un crédito a tasas bancarias actuales que están un poco altos los intereses, pero el doctor Arboleda nos prometió que después podíamos sacar un crédito con tasa compensada de menos el dos o tres por ciento”. (Ver: Artículo de El Nuevo Día)
Resulta que el alcalde supone que va a obtener dicha tasa compensada, lo cual es una mentira que le va a generar al Ibal cuantiosos pagos de intereses, pues la realidad normativa indica que la empresa no va a poder obtener ese beneficio ofrecido por el cuestionado señor Arboleda.
En efecto, el Decreto 1300 del 11 de julio de 2014 y su resolución reglamentaria (Resolución 006 de 2015 de Minvivienda) señalan con claridad que la Línea de Tasa Compensada de Agua y Saneamiento Básico aplica únicamente para proyectos nuevos que cuenten con la viabilidad del Ministerio de Vivienda, y a la fecha el proyecto “Construcción de la Primera Etapa de la Segunda Fase del Acueducto Complementario de la ciudad de Ibagué” no cuenta con viabilidad técnica por parte de dicho ministerio.
Así pues, si no hay viabilidad técnica, tampoco va a haber ni tasa compensada ni mucho menos aportes del presupuesto de Minvivienda para apalancar este vital proyecto.
Valdría la pena indagar en el Ibal y en las actas de la Junta Directiva bajo qué supuestos se presentó y aprobó este endeudamiento, pues me temo que no sería extraño que hayan justificado una operación con supuestos y anuncios basados en promesas. Pero lo peor no es esto, pues hay un error de improvisación y falta de planeación que debería invalidar todo el proceso contractual.
El 8 de Junio de 2017 el Ministerio de Vivienda expidió la resolución 0330 “Por la cual se adopta el Reglamento Técnico para el sector de Agua Potable y Saneamiento Básico – RAS” la cual en su artículo 9 sobre planeación de proyectos por etapas señala que “deberá analizarse la posibilidad de ejecutar los proyectos por etapas, teniendo en cuenta que este planteamiento debe garantizar la funcionalidad y autonomía operativa de los sistemas desde la primera etapa. En consecuencia, no podrán planearse ni ejecutarse proyectos que requieran de otros componentes e inversiones previas no desarrolladas para su funcionamiento o que por sí mismas no puedan entrar en operación.»
Entonces el Alcalde debería decirnos: ¿Cómo diablos va a ejecutar esta primera fase de la segunda etapa sin violar lo consignado en esta norma, si la primera etapa de dicho proyecto está apenas en etapa de diseños, los cuales fueron contratados, vaya casualidad, con Findeter en diciembre de 2016?.
Es evidente que esta licitación contradice de manera explícita lo dispuesto en el RAS y que esta situación podría acarrear retrasos, sobrecostos y problemas técnicos al intentar “empatar” estas dos fases. ¿Se repite aquí la historia de improvisación de los “tubos del Ibal” o de los “mejores juegos de la historia”? ¿Será que para Jaramillo y su combo, tal como sucedía con Luis H., Arciniegas y compañía, pesa más el afán de contratar a como de lugar, en vez que hacer las cosas con total apego a la ley y a las normas técnicas?
Post Data: Preocupa el silencio de los gremios, la ingeniería local, los políticos en campaña y el concejo de la ciudad. Es como si toda esta situación no tuviera nada que ver con ellos y con el futuro de la capital del Tolima.