Editorial: Lecciones de una tormenta en Ibagué

La impresionante tormenta del viernes en la noche debe dejar más que árboles, postes de energía y tejas de zinc en el piso. Esta emergencia debe convocarnos a todos, a los medios, a las autoridades y a la ciudadanía en general a la reflexión.

Aquí no pretendemos caer en la simple y rápida crítica para buscar responsables. No. Seguramente, más adelante, podremos ocuparnos de eso y exigirle una mejor respuesta a entidades como Cortolima, la Policía Metropolitana, la Alcaldía de Ibagué, Infibagué y el Ibal.

Y no mencionamos al Cuerpo Oficial de Bomberos de Ibagué porque ellos, lo demuestran una y otra vez, que saben hacer muy bien su trabajo.

El caos

Las fuertes ráfagas de viento que azotaron la ciudad, la intensa lluvia y la tormenta eléctrica se presentaron justo a la hora pico, entre las 5:40 de la tarde y las 7:30 de la noche, cuando miles de ciudadanos regresaban a casa en sus autos, sus motos o en transporte público (busetas y taxis).

La caída de árboles y ramas provocó la afectación del sistema eléctrico, 20 postes de energía se vinieron al piso, y por lo menos 60 barrios quedaron sin luz.

Desde la calle 20 hasta la 37, la ciudad estuvo a oscuras, y los semáforos se apagaron. A partir de ese momento todo fue un caos. En las interacciones viales se formaron prolongados trancones porque todos los conductores querían pasar primero y reinó ‘la ley del más fuerte’.

Un equipo periodístico de este medio de comunicación hizo un recorrido, desde la calle 20 con carrera Quinta hasta la calle 60 con carrera Sexta, y solo encontró un agente de la Policía regulando el tráfico en la calle 37 con avenida Ferrocarril.

En el resto del recorrido no fue posible hallar policías de Tránsito, solo conductores desesperados queriendo llegar a sus destinos.  

Y pese a que no hay convenio entre la Dirección de Tránsito y Transporte de Policía y la Alcaldía de Ibagué, los uniformados de esta división deberían estar en las calles atendiendo zonas críticas para la movilidad de la ciudad, sobre todo en medio de un apagón como el del viernes.

En la carrera Quinta, en ambos sentidos, el trancón fue de varios kilómetros en razón a varias tejas de zinc cayeron sobre este importante corredor vial, a la altura de la calle 31.

Prudencia y cultura ciudadana

En una tempestad como esta, los ciudadanos pueden aportar esperando en sus lugares de trabajo o en sus casas que pase la emergencia, y no salir a exponerse en la calle.

También los conductores deben pensar en los demás y aprender a darle vía al otro. En esta cuidad, son muy pocas las personas que ceden el paso. Si lo hicieran, facilitarían el flujo vehicular.

Responsabilidad en la siembra de árboles 

El director de Cortolima, Jorge Enrique Cardoso, dijo que en Ibagué hay alrededor de 50.000 árboles en las 13 comunas y por lo menos el 40 % de ellos son «muy maduros», porque fueron sembrados hace más de 30 años.

«Con una tempestad como la de viernes es normal que se caigan porque han sido sembrados, en la mayoría de los casos, por los mismos ciudadanos sin condiciones técnicas. Además, porque el sistema radicular de muchos de ellos no se desarrollan adecuadamente por su interferencia con estructuras rígidas (andenes, pisos, jardineras). Y finalmente porque tenemos árboles que no deben estar en una ciudad tales como: Araucarias, Ficus, Palmas y frutales. La gente siembra árboles en el frente de sus casas o en los separadores, y por eso ocurren situaciones como las del viernes», explicó.

Cardoso anunció que antes de concluir el mes de octubre, Cortolima tendrá listo el censo de árboles de Ibagué, lo que permitirá adoptar medidas que reduzcan el nivel de riesgo en la ciudad.

¿Hay trabajo articulado entre las entidades púbicas y privadas?

El día de la emergencia la ciudadanía no encontró una respuesta articulada de empresas y entidades oficiales como Interaseo, Infibagué, Enertolima, Ibagué Limpia, Ibal, Policía Metropolitana y las secretarías de Gobierno y Tránsito del Municipio.

Fuentes oficiales, que pidieron no ser identificadas, admitieron que la tormenta los tomó por sorpresa y se dieron cuenta de la gravedad del asunto cuando se fue la luz y en las redes sociales comenzaron a circular videos de tejados volando por la carrera Quinta.

En la Alcaldía de Ibagué, los viernes a las 5:00 de la tarde, no hay muchos funcionarios. El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo estaba en Bogotá asistiendo a un acto social en la embajada de la República Popular China.

Y, para nadie es un secreto, cuando Jaramillo no está en la ciudad su gabinete se ‘relaja’ un poco. «Cada entidad atendió la emergencia por su lado», dijo la fuente a ELOLFATO.COM.

Precisamente, quisimos consultarle este hecho a la directora del Grupo de Prevención y Atención de Desastres de Ibagué, Guiomar Troncoso, pero no fue posible que nos concediera una entrevista.

Seguramente este lunes, las autoridades locales revisarán la actuación de cada una de las instituciones antes mencionadas en este artículo, y aunque existe la posibilidad de que intenten ocultar la desorganización durante la tormenta del viernes, ojalá -internamente- acepten que hay que asumir con responsabilidad este tipo de emergencias.

Por: EDITORIAL

Foto: Suministrada

Fecha: domingo - 1 octubre - 2017