Las vigentes reflexiones de paz de «Chucho» Bejarano, 17 años después de su asesinato

Hace 17 años, el economista y exconsejero para la paz, Jesús Antonio Bejarano, fue asesinado por dos hombres en las instalaciones de la Universidad Nacional. Durante su vida política, el profesor Bejarano se destacó por haberle entregado al país varias reflexiones acerca de la inutilidad de la guerra que hasta ahora empiezan a entender los grupos insurgentes y el Estado colombiano.

Economista de profesión, el profesor Bejarano apoyó al gobierno de César Gaviria en un intento por lograr la paz. En esos años, encabezó la comisión gubernamental para llevar a cabo las negociaciones con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en las ciudades de Caracas y Tlaxcala. 

Pero además de su trabajo intelectual, «Chucho» Bejarano se caracterizó por ser un defensor de las instituciones y un amante de la paz. Siempre creyó que la mejor solución para el conflicto armado era la negociación política, el diálogo, el entendimiento. 

Por eso hoy, casi dos décadas después de su asesinato, es necesario recordar que el profesor Bejarano le dejó grandes lecciones al país acerca del perdón y la reconciliación. Todas esas enseñanzas recobran total validez en el actual contexto que vive el país, donde los colombianos se debaten entre la aprobación y la desaprobación de los acuerdos de paz de La Habana. (Ver: Esta será la pregunta del plebiscito por la paz del próximo 2 de octubre)

«Chucho» Bejarano, por ejemplo, fue un convencido de que la lucha armada no era la opción más efectiva para lograr los cambios políticos y económicos que requiere el país. También tenía claro que los grupos insurgentes ya no contaban con la aprobación de los colombianos y que su única opción era dejar las armas.

Y es que de «Chucho» Bejarano se destacó no solo como docente universitario, sino también como historiador. Su trabajo intelectual fue amplio, y producto de ello se conservan diversos ensayos sobre temas tan diversos como el análisis económico del derecho, la economía agropecuaria, la historia económica, la epistemología y la resolución de conflictos. 

Aunque ya han pasado muchos años desde su muerte, hasta ahora el Estado y la insurgencia han empezado a comprender que el conflicto armado solo produce víctimas, y que la victoria militar de uno u otro lado es casi imposible. 

Todas las enseñanzas y reflexiones de «Chucho» Bejarano se acabaron el 15 de septiembre de 1999, cuando dos pistoleros lo asesinaron. Según se dijo en su momento, el crimen fue perpetrado por grupos armados de izquierda y fue en represalia por la muerte del periodista Jaime Garzón. 17 años después, los hechos siguen sin esclarecerse. (Ver: ‘Chucho’ Bejarano: 17 años después)

La paz, según «Chucho» Bejarano*

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«Una insurgencia sin espacio en la política, sin nada que reclamar porque perdió hace tiempo las banderas de las reivindicaciones sociales y políticas, enfrentada a un país que se transforma de manera vertiginosa, no tiene más opciones que la reincorporación a la vida civil y democrática, o una descomposición ideológica, cuya supervivencia como organización militar es cada vez más próxima a los terrenos del delitos común«.

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«Los colombianos agotaron su capacidad de espera, quieren una nueva organización institucional y otras costumbres políticas; quieren ver remozados ideológicamente a los partidos y remozados sus dirigentes, y quieren, sobre todo, ejercer libremente y en conciencia el derecho que tienen de cambiar las cosas. Quieren alternativas políticas, diversidad ideológica, crítica, oposición, fiscalización a la gestión pública y garantías para que el poder no los avasalle ni los degrade a la simple condición de electores cada cuatro años«.

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«(…) Nada me impide convocar a los tolimenses a que recuperemos la capacidad de interlocución con la nación, a que construyamos una vocación de progreso que al mismo tiempo cuente con los instrumentos políticos para alcanzarlo, a que hagamos del Tolima una sociedad política participante, a que abramos el camino a una nueva generación de dirigentes. Nuestro fracaso, como el de Colombia, no es el fracaso del desarrollo, es un fracaso de naturaleza política, que ha entrabado nuestras posibilidades como región«.

*Estos fragmentos hacen parte del libro «Antología Jesús Antonio Bejarano», editado por la Universidad Nacional de Colombia 

Por: REDACCIÓN PAZ

Foto: archivo general el tiempo

Fecha: jueves - 15 septiembre - 2016