Todos los días Lucelia, Inés, Leidy y un grupo de siete mujeres más del corregimiento de Payandé iniciaban su jornada con un reto: dejar listas todas las labores del hogar antes de las 8:00 de la mañana para poder salir a estudiar.
Fueron tres años y medio en los que juiciosamente despertaban a las 4:00 de la mañana para salir a capacitarse, gracias al apoyo que recibieron por parte de Cemex para su formación en el Sena. Primero fue un tecnólogo en construcción (dos años) y luego una técnica en mampostería (por año y medio). Entre más iba pasando el tiempo mayor era el reto, porque en su lista de materiales escolares ya no solo había lápices y cuadernos, sino que poco a poco tenían que utilizar también picas y palas para llevar a la práctica toda la teoría.
Las constructoras
A pesar de que la igualdad de género es una idea cada vez más aplicada en todos los ámbitos y oficios, una de las preguntas que les hacen las personas a menudo es ¿qué llevó a este grupo de mujeres a elegir la construcción como su nuevo proyecto de emprendimiento y no otra área, sabiendo todo el esfuerzo físico que requiere?
De acuerdo con Lucelia Herrera, la idea surgió en el parque principal de Payandé. Querían verlo más bonito y pensaron: ¿por qué no lo embellecemos nosotras mismas?.
Así empezó el reto y se creó la Asociación de Mujeres Emprendedoras y Guerreras de Payandé, conformado por madres cabeza de hogar con edades entre los 23 y los 59 años. “El trabajo de la construcción es duro para las mujeres pero a nosotras nos gusta”, comenta ella.
Luego de terminar el programa de construcción en el Sena, la Asociación intervino el parque del corregimiento y dos parques más en el municipio de Murillo y Ambalema. Todos ellos con algo en común: estaban hechos con materiales reciclables.
La ecovivienda de Payandé
La idea de reutilizar materiales en sus construcciones surgió durante el periodo de formación. Ellas, junto con la docente y arquitecta Sandra Liliana Arbeláez, quien hace parte también de la Asociación, tomaron la iniciativa de construir la primer ecovivienda de Payandé con el apoyo de Cemex.
Fue así como construyeron una casa de colores vivos y formas excéntricas que está elaborada con 537 llantas, 300 botellas de vidrio, 1.347 botellas plásticas, rines de bicicleta, correas, llaves y todo aquello a lo que “pudieran echarle mano”, como dice Lucelia.
Trabajaban un día de la semana durante los dos años del programa en su construcción, y en sus ratos libres salían al pueblo a recolectar los materiales reciclables. “Los materiales los conseguimos reciclando por todo el pueblo y haciendo caminatas ecológicas en las cascadas y otros sitios turísticos de Payandé”, explica ella.
Fue gracias a la construcción de esta ecovivienda que lograron obtener recientemente la intervención de un segundo parque en el municipio de Murillo. “La Alcaldesa de este municipio conoció la ecovivienda y creyó en la Asociación”, confiesa.
Sin embargo, sostener la Asociación no ha sido fácil. Los proyectos no siempre llegan y sus integrantes deben buscar trabajos alternos para poder subsistir. “Todo lo que hacemos lo hacemos con amor. Pero lo más duro es la falta de apoyo hasta en nuestro pueblo. Nunca hemos recibido apoyo de la Alcaldía”, dice Lucelia.
Ella señala que la Asociación quiere seguir contribuyendo con el medio ambiente y que se ven a futuro haciendo parques ecológicos en todas las ciudades del Tolima.