Josefa Suárez vive hace 25 años en el Cañón del Combeima y nunca había visto una avalancha de esa magnitud.
Piedras, lodo y palos bajaban por la vía que atraviesa la vereda Llanitos. “La Policía nos llamó para que evacuáramos, porque venía una avalancha”, narró la mujer. (Ver: Creciente de quebradas provoca grave emergencia en el Cañón del Combeima)
Anoche, todos los habitantes de esta zona rural de Ibagué se acostaron felices con el paso del Deportes Tolima a la final de la Liga Águila, pero antes de que muchos se durmieran comenzó a llover intensamente.
Después de la medianoche hubo también tormenta eléctrica y eso mantuvo algunos con un ojo abierto y otro cerrado.
Pero doña Josefa sí cayó profunda en su cama. Nunca pensó que tendría que levantarse despavorida para ponerse a salvo, junto con los cuatro integrantes más de su familia.
“Yo me alcance a dormir. A mí fue la última que llamaron, pero cuando ya salí de la casa estaba ese reguero de palos, lodo, de todo; una avalancha horrible”, contó.
“La gente gritaba que se vino una avalancha (…) La Policía decía que evacuaremos, que evacuaremos, porque venía una avalancha. Estaba tarde y estaba lloviendo todavía, eran las 2:30 de la mañana”, recordó doña Josefa a EL OLFATO.
-¿Qué evacuaran para dónde?-, le preguntamos. “Hacia arriba, hacia la montaña, porque estábamos encerrados. La otra quebrada (La Cristalina) venía también muy crecida”, respondió.
A ella, por fortuna, la creciente no le afectó su casa, pero la de una vecina sí. “Pues todavía tenemos el lodo en la casa porque no hay ni agua, pero gracias a Dios que no fue más grave. Hay una muchacha acá enseguida que sí se le entró el agua y tenía el lodo ahí, le toco sacar trasteo para afuera para poder lavar”, afirmó.
«Quedamos incomunicados»
Entre tanto, los habitantes de Juntas, otro poblado rural del Cañón del Combeima, viven otro drama. Allí no hubo ninguna creciente, pero sí quedaron incomunicados por la caída de la banca del puente que comunica a Villa Restrepo con Llanitos.
“Fue una borrasca horrible, truenos, relámpagos. Afortunadamente en la parte alta de Juntas donde vivo no pasó nada, pero sí acá por todo el cañón. Hay derrumbes, estamos incomunicados, no tenemos agua, el paso está muy feo. Vivimos una madrugada muy impresionante”, dijo Noema Zabala.
Y este lunes festivo, cuando se esperaban centenares de turistas, los habitantes del Cañón del Combeima están ocupados lavando sus casas, recuperando los bienes que el lodo no dañó y preparándose para reiniciar sus vidas en esta zona que muchas veces la naturaleza ha golpeado.