Después de 48 horas de conocerse el fallo del Consejo de Estado, que revocó la decisión del Tribunal Administrativo del Tolima y dejó en firme la elección de Ómar Mejía como rector de la UT, el directivo habló de la sentencia y de lo que viene para la institución luego de esta decisión.
EL OLFATO: Había mucha incertidumbre por este fallo. ¿Lo tenía muy preocupado? ¿Lo sorprendió?
Ómar Mejía: Para ser sincero, este proceso fue manejado con mucha tranquilidad de mi parte. Desde que inició, supe que debía desligarme de él, no solo por las implicaciones personales, sino por el trabajo que adelanto en la institución, no es bueno de ninguna forma dejarse distraer por cosas que se resuelven en instancias diferentes a las nuestras, y en donde los argumentos deben darse a la luz del derecho. Nuestro trabajo era seguir avanzando y así lo hicimos.
Quien lideró el proceso fue el equipo jurídico de la Universidad; conozco de primera mano su profesionalismo y la rigurosidad con la que han trabajado cada asunto de defensa de la institución. A ellos por supuesto, mi agradecimiento por su compromiso, y mi felicitación por los resultados, que más que para Ómar Mejía, son para la institución.
E.O: ¿Qué significa el fallo para la Universidad y para usted?
O.M: El fallo es muy positivo para la institución. Para ninguna organización, cualquiera que sea, es bueno tener incertidumbre en su organigrama de gobierno, y en ese sentido la ganancia es para la Universidad. La UT asumirá retos muy importantes y requiere centrar sus esfuerzos en asuntos académicos que nos sigan proyectando como la mejor universidad de la región, sin desgastarnos en responder en batallas judiciales que poco le aportan a la institucionalidad.
E.O: ¿Qué mensaje le envía a sus detractores?
O.M: El mismo que les he dado desde que inició este proceso en la Universidad. La invitación es a construir desde la diferencia. La UT requiere de todas las voces, de todos los actores, y de todas las acciones, pero estas deben estar orientadas a aportar, a construir tejido social, a actuar con la verdad, y a exponer argumentos que puedan ser contrastados a la luz de las evidencias. Creo que es momento de enfilar esfuerzos en pro de nuestro punto de encuentro que es la recuperación definitiva de la institución.
E.O: ¿Ha considerado la posibilidad de invitar a un diálogo al profesor Félix Salgado, uno de los principales críticos de todas las administraciones?
O.M: El profesor Salgado, al igual que todos los miembros de nuestra comunidad universitaria, siempre ha estado invitado a aportarle a la Universidad. Todas las vías de diálogo han estado dispuestas para escucharlo y para atender sus requerimientos, y creería que él debe tener eso claro. Por mi forma de ser, en mi calidad de profesor de planta y como Rector, siempre he estado dispuesto a asumir espacios en los que con respeto y a la luz de los argumentos, podamos identificar los puntos de encuentro que más le convengan a la Universidad, más que a las personas, como sujetos individuales. Aquí se trata de sumar a favor de la UT, y no de restar, ni de que nos pongan palos en la rueda; también es valioso que se pueda reconocer los avances de gestión que son evidentes. Por ejemplo estamos muy cerca de alcanzar la tan anhelada Acreditación Institucional.
E.O: Después del fallo, ¿qué sigue para la UT?
O.M: La UT no ha parado desde que toda esta situación se dio. Por el contrario, hemos seguido trabajando en propósitos institucionales, que, a nuestro juicio, son prioritarios y deben reunir todo nuestro esfuerzo. En este mes de marzo, recibiremos justamente a los pares académicos para la Acreditación, y ese reto que supone enormes beneficios para la Universidad, impactará positivamente en la región, en nuestros estudiantes, profesores y graduados y sobretodo nos consolidará como la gran universidad que somos. Si hay algo que la Universidad del Tolima demuestra todos los días, es justamente su tenacidad y su capacidad enorme de recuperación. Merecemos ser acreditados de alta calidad y estamos en camino de lograrlo.
E.O: En términos prácticos: ¿qué es y de qué sirve esa acreditación?
O.M: La Acreditación Institucional es un proceso que adelantan las instituciones de educación superior del país, en la que se demuestra que el alma máter cuenta con características diferenciadoras de calidad que la convierten en un centro de formación con niveles superiores.
No solo nos permite un posicionamiento de imagen y el reconocimiento a todo un esfuerzo histórico de más de 50 años, sino que además garantiza la posibilidad de gestionar alianzas institucionales nacionales y extranjeras, dinamiza la movilidad académica de la comunidad, favorecen las oportunidades laborales y nos permite acceder nuevos recursos para fortalecimiento de las IES
E.O: ¿Y esos recursos que se puedan obtener en qué se invertirán?
O.M: En todo lo que beneficie a los ejes misionales de la Universidad, sobretodo lo relacionado con el bienestar del estamento estudiantil. También hemos pensado en mejorar las condiciones físicas de la espacios empleados para la academia y creemos que se hace necesario proyectar espacios interactivos de aprendizaje que estén articulados con las tecnologías de la información y la comunicación.
E.O: A propósito, ¿cuáles son las expectativas financieras de este año?
O.M: Nuestros ejercicios financieros han dado resultados muy positivos. La Universidad que recibimos con $24 mil millones de déficit, hoy solo reporta $6.700 y eso es gracias al esfuerzo articulado de toda la comunidad universitaria. Nuestras expectativas están dirigidas justamente a llegar al equilibrio definitivo, pero además a ejecutar de forma optima y responsable los nuevos recursos que ingresarán a las instituciones de educación superior pública para mitigar y aliviar en parte la situación de crisis por la que atraviesa el sistema universitario estatal.
Aún estamos a la espera de que el Gobierno Nacional haga efectivo el giro de los dineros para los conceptos que quedaron contemplados en el acuerdo que se firmó en el pasado mes de diciembre, ya venimos adelantando una planeación importante en ese sentido y estamos dispuestos a iniciar las gestiones en el momento mismo que se apartaren los procesos anunciados
E.O: Incluso, hubo un pronunciamiento del Sindicato de Profesores Universitarios, Aspu, en el que muestran desconfianza de las cifras que ha presentado su gobierno…
O.M: Tenemos la absoluta tranquilidad de rendir información veraz que puede contrastarse a la luz de los entes de control; nuestras cifras siempre han sido públicas, de hecho uno de los miembros de la junta directiva de Aspu que suscribió el pronunciamiento que se menciona, avaló como representante profesoral ante el Consejo Superior los estados financieros que hoy se controvierten.
Sin embargo y como lo hemos dicho muchas veces, gestaremos los espacios que sean necesarios para que la información, pueda ser presentada, explicada y controvertida, como lo hemos venido haciendo en estos dos años que hemos estado en la rectoría. Al Sindicato de Profesores Universitarios – Aspu, mi invitación recurrente a trabajar por la institución.
E.O: ¿En la UT se preguntan qué pasó con Aspu si muchos de sus miembros trabajan en su administración?
O.M: Los profesores de planta que desempeñan algún cargo en la estructura de la UT lo hacen como parte de una política académica en la que los docentes de la institución son quienes lideran los procesos académico administrativos. Quienes ostentan esa calidad son 43 profesores y de ellos, los afiliados al sindicato no superan las 15 personas, eso quiere decir que estamos abiertos a trabajar con quien quiera hacerlo por la única universidad pública de la región independientemente de sus filiaciones políticas.
Aprovecho esta pregunta para reiterar que esta administración quiere adelantar transformaciones en la institución efectivas y que para eso se requiere del concurso de todos los que la conforman. Mi respeto por los integrantes de nuestra comunidad es independiente de si integran o no un sindicato, o si son de uno u otro estamento; en la Universidad del Tolima somos un gran grupo humano trabajando por la educación y la transformación de la región y el país.
E.O: Le cambio de tema, ¿cuántos matriculados arrancaron el semestre A de 2019?
O.M: Esa es una fortaleza institucional que evoluciona progresivamente. Este semestre tendremos el privilegio de contar con cerca de 20.000 estudiantes.
El fin de semana que acaba de pasar (1 y 2 de marzo) le dimos la bienvenida a parte de nuestros posgrados, la semana anterior a la modalidad distancia y el calendario académico para la presencial inició hoy, el 4 de marzo.
E.O: ¿Y la implementación del estudio técnico de la U. del Valle cómo va?
O.M: Lo primero que hicimos fue un plan de austeridad del gasto que hemos ejecutado hasta el punto de obtener 72% de la reducción del déficit y vislumbrar otra realidad institucional. Hemos implementado políticas lideradas por nuestros docentes que nos permiten trabajar integralmente por la academia, hasta el punto de que el 69 porciento de los cargos directivos son ocupados por ellos.
Pero no ha sido lo único que hemos hecho, aquí también han intervenido aliados estratégicos e integrantes de la comunidad universitaria. Para repensar la institución y darle orden a su proceso de transformación no solo hemos trabajado con propuestas individuales presentadas por diferentes actores o grupos de la comunidad universitaria, sino también con la base profesoral, administrativa, líderes de procesos, agremiaciones sindicales, equipos directivos de la UT, Consejos Académico y Superior, entidades externas como el Departamento Administrativo de la Función Pública – DAFP, el Ministerio de Trabajo, la Comisión Nacional del Servicio Civil, entre otros; organizaciones que visionan la construcción de una reforma que le permita a la Universidad atender y cubrir sus necesidades, así como articular el proceso de modernización no sólo de la reforma administrativa sino adicionalmente de una transformación universitaria que debe fusionarse con lo académico y estatutario.
La reforma académico administrativa de la Universidad no puede entenderse solo como un proceso de planta de cargos. Es mucho más que eso y su complejidad requiere de un cuidado minucioso. Se trata de una transformación integral del alma mater, de cambiar el chip, de repensar sus estatutos, su estructura orgánica, los procesos y procedimientos que la componen, pero sobre todo de convocar a toda la comunidad para que haga parte efectiva de este proceso.
E.O: Esa fue una de las críticas del Gobernador, que usted no aplicaba las reformas rápidamente… ¿cómo están las cosas con el Gobernador?
O.M: Mis relaciones con el gobernador Óscar Barreto son las mejores, al igual que lo son con los demás miembros de su gabinete. Somos un solo equipo trabajando en la recuperación total del centro de estudios más importante del departamento, y para ello, hemos contado con su aporte y su voluntad para fortalecer la UT, y pasar a la historia, no por nosotros, sino por la Universidad, que ha visto pasar por sus aulas a prestigiosos profesionales en las diferentes áreas del saber, y que de a poco vuelve a ser grande, o aún mucho más, de lo que en algún momento lo fue.