En una entrevista radial, el secretario General del IBAL, Ricardo Arroyo, hizo una preocupante confesión que, por lo menos, deberían analizar los organismos de control como la Procuraduría y la Contraloría de Ibagué.
El funcionario, sin ninguna vergüenza, reconoció públicamente que el IBAL fracasó con el contrato de gestión comercial que le entregó, hace un año, a la firma Presea. Recordemos que lo adjudicaron desatendiendo las advertencias que hicieron la Procuraduría, la Secretaría de Transparencia de la Presidencia y los mismos medios de comunicación.
Un año más tarde, Arroyo reconoce el error ante los ibaguereños y no pasa nada. Al escuchar su tranquila declaración, pareciera que cometió una falla con recursos privados y no con dineros públicos.
Presea termina su contrato este viernes y se va de Ibagué con 3 mil 800 millones de pesos, y nadie asume el costo político de un fracaso de esta magnitud.
Tampoco hay un pronunciamiento de la Procuraduría Provincial ni de la Contraloría Municipal, y los mismos funcionarios responsables del fallido contrato de Presea ya tienen lista una nueva licitación para que venga otro contratista, a cumplir la misma tarea, pero esta vez por tres años.
¿Qué dijo Arroyo?
El secretario General del IBAL, Ricardo Arroyo, dijo a la emisora Ondas de Ibagué que la llegada de la firma Presea devolvió a la empresa 15 años y terminaron haciendo lecturas manuales que generaban pérdidas millonarias.
El IBAL debía facturar 3.200 millones de pesos mensuales, pero por las erradas lecturas de Presea el recaudo apenas llegaba a 2.800 millones.
Además, admite que durante el tiempo de ejecución del contrato con Presea la empresa tenía que “rogarle” para que proporcionara la información financiera.
“Vamos por un camino peligroso”: Pedro Mora
“Es increíble que esto pase en Ibagué. Cuando el IBAL hacía ese trabajo comercial recaudaba más de lo que hacía Presea”, dijo el concejal Pedro Mora.
Y lo más grave, añadió, es que “quieren insistir en un modelo que fracasó. Cometimos un grave error durante un año y ahora quieren hacerlo durante tres años que dura el contrato que tienen listo. Vamos por un camino peligroso”.