La mujer que creó su microempresa vendiendo ensaladas en Payandé

Apoyada por Cemex

A los 11 años Millet Vásquez se fue de Córdoba, pero dentro de ella quedaron todos los conocimientos ancestrales de la gastronomía de la región Caribe o, como dicen coloquialmente, “le quedó la sazón costeña”.

Millet siempre ha tenido un amor profundo por la cocina colombiana. Y es que para ella la comida entra por los ojos, es por eso que cuando tuvo la oportunidad de estudiar no lo pensó dos veces y perfeccionó sus conocimientos en la materia con un técnico de Cocina en el Sena.

Desde hace nueve años ella, su esposo y sus tres hijas viven en Payandé y allí no hay quien no haya probado sus ensaladas. Entre Paola Avilés y Katherin (Sus hijas) decidieron crear hace más de dos años la micro empresa Ensaladas sin Fronteras. Un proyecto que empezó con un capital de $50.000, vendiendo 13 ensaladas, pero que poco a poco ha ido mejorando, a tal punto de vender en promedio 40 ensaladas al día.

Ahora no solo ofrecen ensaladas sino que, gracias al impulso de Cemex, también cuentan con el  servicio de comidas para eventos. “Ya hemos tenido algunos contratos con Cemex y con el Sena para hacer fritos (arepas, empanadas, carimañolas)”, por lo que decidieron cambiar el nombre de la micro empresa por Delicias Sin Fronteras.

El inicio

Millet, su esposo y la familia de cada una de sus hijas viven bajo el mismo techo, una casa con paredes y techo de tejas de zinc que están pagando a cuotas. Todos tienen el mismo sueño: terminar de pagar las cuotas de la casa y empezar a construir.

“Cuando Cemex llegó nosotras habíamos comprado la casa hacia un mes y estaba así como ahora, con paredes en tejas de zinc y el piso en tierra.  Me visitó una ingeniera de alimentos y obviamente nos decía que no era la mejor manera de tener un negocio porque no había higiene. Y yo le dije: “Yo sé que no tengo las mejores condiciones pero no me voy a quedar de brazos cruzados, yo debo seguir marchando”.  Entonces vieron la necesidad de ayudarme y Cemex me colaboró con los materiales para hacer un local, y ahora contamos con las mejores condiciones de limpieza para seguir trabajando”, comenta ella.

Desde mayo de este año Delicias sin Fronteras cuenta con un pequeño local en donde todos los días cortan, pelan y empacan las ensaladas para llevarlas a domicilio a sus clientes. “Consentimos al cliente y hacemos la ensalada a su gusto. Si no le gusta algún ingrediente no hay problema, lo quitamos”, cuenta Millet.

La Rutina

El corre corre inicia a las 5:30 de la mañana. Millet se levanta y empieza a picar los ingredientes: repollo blanco y morado, la lechuga, el pepino, la remolacha y demás vegetales para dejar listas las ensaladas. A las 8:30 de la mañana, cuando ya está todo listo, su hija Katherin sale casa a casa a hacer el pedido y ofrecer las ensaladas del día y luego, con lista en mano, regresa por los pedidos a entregarlos. A la 1:00 de la tarde, cuando ya cada familia tiene el almuerzo en su mesa, Las Delicias termina su labor.

“Mis ensaladas son únicas porque son fresquitas, recién hechas” dice Millet. “Siempre le he dicho a mis hijas que aunque tengamos esposos no tenemos que quedarnos quietas y seguimos luchando como familia. Vendemos a donde salga: llueva, truene o relampagueé allá vamos a estar”, concluye.

Por: DAIANA GONZALEZ

Foto: ELOLFATO.COM / HERNANDO BAZURTO

Fecha: lunes - 25 septiembre - 2017