Aunque la partida de billar iba 4-1 a favor de Mirjana Grujicic, billarista venezolana y múltiple campeona panamericana, Andrea Cardona nunca pensó en darse por vencida. Era un día de julio del año 2014 y se jugaba en Medellín la semifinal de billar pool. Andrea tuvo que hacer de sus nervios su fortaleza, pues más importante que vencer al contrincante es superarse a sí mismo.
Nunca en la historia del país una mujer había logrado coronarse campeona panamericana de billar. El deporte siempre había sido dominado por participantes venezolanas, destacadas por su rica técnica y su profesional forma de entrenar. Pero Andrea, que para el 2014 era la vigente campeona nacional de billar, logró demostrar que la disciplina y la pasión son suficientes para lograr cualquier objetivo.
Ese día las manos le temblaban. Mirjana Grujicic estaba a un punto de ganar la partida y Andrea no encontraba la forma de sobreponerse. Pidió tiempo. Se enjuagó la cara. Regresó, embelesada, dispuesta a ganar. Hasta entonces las cosas no iban bien, y el éxito o el fracaso dependían solo de ella.
«Decidí cambiar mi estrategia. Como hasta entonces había estado nerviosa, metía una bola, pero no dos. Así que decidí usar eso en mi favor y empecé a esconderle la bola blanca. Eran tiros defensivos, pero así logré manejarle la cabeza. Cuando íbamos ya 4-3, ella ya estaba confundida. Y así continúe hasta que le gané la última mesa. Quedamos 5-4. Yo estaba en la final», recuerda Andrea con regocijo.
Esta es una de las partidas de billar más recordadas por Andrea Cardona. La dificultad fue máxima y la rival casi invencible. Pese a ello, logró hacer historia al coronarse campeona panamericana luego de vencer por 6-2 a la también venezolana y varias veces ganadora Karlyn Sánchez: «Yo iba con mucha confianza. Nada me paró. Ella me hizo dos mesas buenas, pero yo la superé en todo. Después de eso, me felicitó. Me dijo que nunca había visto tanto nivel en Colombia, que mi logro era histórico», dice Andrea.
«Del billar me enamoró su dificultad»
Andrea Cardona nació en Pitalito, Huila, un veinte de enero de 1987. A diferencia de otros deportistas, su pasión por el billar solo la descubrió a los 19 años. Antes de eso, dedicaba sus horas a la música. Desde muy joven interpretó la guitarra y algo de percusión. Fue allí donde encontró la sensibilidad que se requiere para pensar con parsimonia.
Su llegada a Ibagué fue tan fortuita como su encuentro con el billar. Luego de vivir en Bogotá algunos años, Andrea recusó la implacable necedad del orden y se vio obligada a redefinir su vida en una ciudad menos caótica. Fue aquí donde su insoslayable espíritu andariego la llevó al acertado capricho por el billar. Su madre, Amparo Anacona, sin mucho objetar, aceptó que Andrea escogiera este deporte con la condición de que siempre buscara la excelencia.
La primera vez que jugó billar fue en el centro de Ibagué, hace nueve años. Justo ese día estaba allí Edna Vargas, también billarista. Andrea, sin dudarlo, interceptó a la deportista y le pidió que la dejase entrenar en la liga del Tolima. Y es que fue todo tan rápido, que al día siguiente Andrea ya entrenaba junto a Henry Díaz, una leyenda del billar departamental.
«Henry quiso entrenarme porque yo no sabía nada, pero tenía toda la disposición. Lo primero que hizo fue enseñarme la técnica para pararme frente a la mesa y a meter una bolita. Ese día se fue y yo me quedé entrenando durante cuatro horas. Cuando regresó, estaba asombrado porque yo seguía practicando en mi primer día», rememora Andrea.
A partir de allí, la carrera deportiva de Andrea Cardona se llenó de vericuetos. Cada día de entrenamiento le significó aprender nuevas técnicas y estrategias de juego. Todo lo que aprendía era con el único fin de demostrarse a sí misma que podía lograr cualquier cosa que se propusiera: «Cuando algo se me dificulta, siempre trato de esforzarme. Pienso que a mí nada puede quedarme grande. Al principio el billar me parecía muy complicado, pero eso fue lo que hizo que yo me interesara por practicarlo».
Se hace camino al andar
El primer torneo en el que participó fue uno organizado en Paipa, Boyacá, en el año 2007. De treinta y dos participantes, Andrea quedó en último lugar. Aunque su técnica y su juego aún eran novatos, nunca se alejó de la competencia. Luego, en el 2008, fue penúltima en Sincelejo.
«En ese momento me sentí mal. Pero pensaba que ese no era mi nivel, que yo no podía quedarme siempre en el mismo lugar. En Sincelejo me dominaron los nervios. Se me olvidó todo lo que sabía. Era increíble lo que hacía mi cabeza. Fue entonces cuando Javier Díaz, mi actual entrenador, se dedicó a corregirme tanto la técnica como mi nerviosismo. Ese año logré ir a los Juegos Nacionales de Cali y allí obtuve mis primeras dos medallas de bronce», dice Andrea.
Desde ese momento, Andrea emprendió, incesante, su rumbo hacia la gloria. A pasos agigantados, la billarista fue refinando su técnica y su juego: los infortunios previos hicieron de ella una deportista disciplinada y persistente. En solo dos años ya se enfrentaba a los mejores billaristas del país.
En el año 2009 Andrea ya era campeona nacional. Además de las tres horas diarias de entrenamiento, esta deportista dedicó el resto de su tiempo a investigar todo lo relacionado con el éxito en el billar. Junto a Javier Díaz, iniciaron una búsqueda incansable de todo tipo de técnicas, estrategias, tendencias de juego y reglamentación a nivel mundial.
ELOLFATO.COM: «¿Qué tiene que hacer alguien para ser un billarista profesional?»
Andrea Cardona: «Mucha dedicación. Esto es de mucha paciencia. Hay gente que quiere saber de repente muchas jugadas, y eso no es así de fácil. Además, hay que leer mucho, aprender a ser disciplinado y entrenar en exceso».
Aprender para ganar
La mujer tranquila y reflexiva que es Andrea tiene claro que la gloria se alcanza con esfuerzo. La billarista recuerda con hilaridad su apasionamiento por el deporte y los días y meses dedicados a la búsqueda de la perfección. En su juego se distingue el sosiego y la prudencia, el júbilo y la ansiedad, la brillantez y la estética.
Para llegar a ser la mejor billarista de Colombia tuvo que aprender de la mejor de todo el mundo. En el año 2012, Andrea participó en los Juegos Mundiales de Cali, luego de una racha positiva en campeonatos nacionales e internacionales. Fue allí donde su carrera deportiva dio un salto de calidad, paradójicamente gracias a una derrota.
E.O.: «De quedar última y penúltima, a participar en una competencia tan importante».
A.C.: «Sabía que no iba a ganar. Si quería la medalla de oro, tenía que vencer a Kelly Fisher, la mejor jugadora de pool del mundo. Además, yo no tenía la experiencia necesaria».
E.O.: «Entonces había que estudiarla».
A.C.: «Sí. Nosotros fuimos a ver qué pasaba, qué hacían los demás jugadores. Si comían, si dormían, todo. Anotábamos todo».
E.O.: «¿Qué pasó en el juego?»
A.C.: «No me dio oportunidad. Barrió con todo. Quedamos 6-1. Pero lo importante es que cuando la partida acabó, ella se me acercó y me dio bastantes consejos para mejorar mi juego. Me habló de qué tacos usar, qué posición tomar. Mi entrenador y yo solo tomábamos notas de todo lo que nos decía. Luego de ello, empezamos a poner en práctica todo eso».
A partir de entonces, Andrea se convirtió nuevamente en campeona nacional varias veces, campeona sudamericana y panamericana. En el año 2013, fue destacada como la mejor deportista del año en el departamento del Tolima. Obtuvo medalla de plata en los Juegos Bolivarianos de Perú en la modalidad pool bola nueve por equipos y bronce en pool bola ocho. Además, ganó el bronce en el Campeonato Nacional de Billar Tres Bandas (2013) en Medellín.
Juegos Nacionales 2015
Si antes de que empezaran las justas deportivas el Tolima podía soñar con medallas, era debido al prestigio de sus billaristas. De los ocho oros que consiguió el Departamento, tres fueron gracias a esta disciplina. Edna Vargas, una de las iniciadoras de Andrea en el billar, obtuvo el oro en la categoría carambola libre individual. Asimismo, Henry Díaz y Yon Fredy Martínez lograron el oro en tres bandas por equipos.
E.O.: «El reto en Colombia es vencer al Tolima».
A.C.: «Siempre lo ha sido. Por fortuna se nos han dado las cosas. Con mucho trabajo, por supuesto».
E.O.: «¿Cómo califica los pasados Juegos Nacionales?».
A.C.: «Yo hablo desde el billar. Pese a todo lo que pasó con los escenarios, los ibaguereños demostraron sentido de pertenencia. A pesar del descontento y de que no hubo mucha publicidad para el evento, en billar sí se vio mucho el apoyo de la gente de Ibagué».
E.O.: «¿Qué necesita la Liga de Billar del Tolima para superar los logros obtenidos hasta ahora?»
A.C.: «Nosotros necesitamos un espacio. Hemos pensado pedir alguna propiedad en extinción de dominio para poder poner unas mesas. Claro, también necesitamos las mesas. Pero para ser aún mejores, necesitamos un sitio adecuado con cámaras y mesas reglamentarias».
E.O.: «¿Las mesas de los Juegos Nacionales eran adecuadas?»
A.C.: «Sí, pero quedaron mal armadas. Una de las troneras tenía un caucho que dificultaba que las bolas se embocaran. Pero esas dificultades siempre están. Depende de uno como deportista sobreponerse».
Pese a todo, Andrea ganó la medalla de oro en la categoría pool individual y bronce en pool equipos. En otras palabras, se mantiene vigente como una de las mejores deportistas del Tolima. A sus veintiocho años es una billarista joven que puede incluso aferrarse más a la gloria.
Hoy en día, Andrea sigue entrenando tres horas al día y dedica el resto de su jornada a terminar sus estudios de Comunicación social en la CUN. Junto con el presidente de la Federación Colombiana de Billar, Felipe Jiménez, está buscando cómo llegar a campeonatos en los Estados Unidos. Sin embargo, pese a su palmarés, Andrea todavía considera que puede aprender y, por supuesto, mejorar.
«Mi sueño es ganar un campeonato mundial. Sé que puedo hacerlo, pero para llegar allá tengo que trabajar mucho. Necesito buscar campeonatos internacionales que me permitan mejorar aún más y conocer el juego de las mejores jugadoras del mundo», afirma Andrea.
Después, con el rostro meditabundo, como si por un momento se ausentara, agrega: «Yo le prometí a mi mamá que sería campeona mundial y todavía me queda tiempo para conseguirlo».