Kevin Alfonso Moreno, a sus 12 años, ya lleva más de 14 cirugías. Todo, a causa de una enfermedad que le afecta las articulaciones de su cuerpo, dificultando, entre otras cosas, el movimiento de sus brazos y piernas.
La artrogriposis múltiple congénita -nombre de la enfermedad- la padece desde su nacimiento, aunque no hay una causa exacta, expertos aseguran que es una enfermedad relacionada con la disminución del movimiento fetal durante el embarazo.
A pesar de que sus padres han tratado de que lleve una vida normal, ha sido muy complejo. “Él veía a los demás niños correr, jugar y se golpeaba las piernas diciendo que por qué era así”, aseguró su papá, Luis Alfonso Moreno.
Y es que don Luis Alfonso y su esposa no solo tenían que saber manejar la enfermedad y los contratiempos que esta generaba, como salir a la medianoche de Ibagué a Bogotá por una urgencia, también debían velar por el estado emocional de Kevin.
“Era un niño muy amargado. Siempre estaba aburrido, peleaba por todo”, agregó Luis Moreno.
Aunque Kevin puede mover un poco sus brazos y hasta tratar de caminar unas cortas distancias, no es muy recomendable, ya que estos movimientos le pueden causar mucho dolor. Por ello, sus médicos le han recomendando usar, la mayoría del tiempo, silla de ruedas.
En su casa no es tan problemático usar esta silla, pero sí lo es para asistir a su colegio. Aunque don Luis Alfonso argumentó que las directivas del San Simón – institución donde estudia Kevin- “son bastante compresivas y pacientes”, él debe llevarlo y recogerlo todos los días en su motocicleta, por lo que seguramente requieren el doble de tiempo que otros niños para poder llegar hasta el aula de clase.
“Apenas está en quinto grado. Ha perdido muchos años de clase por causa de las intervenciones quirúrgicas. Esta es una enfermedad degenerativa, estamos esperando que lo vuelva a ver el ortopedista infantil, porque puede que le programen una cirugía de cadera”, puntualizó.
Una nueva oportunidad
Hace más de un año, gracias a una recomendación médica, Kevin llegó a la natación.
Aunque esperaban que solo le sirviera como una terapia para ayudarle a tener una mejor movilidad en su cuerpo, Kevin encontró en este deporte algo que lo apasionaba, que lo impulsaba a seguir adelante. (Ver: Tolimense ganó cuatro medallas en el Abierto Nacional de Para-Natación)
“Cuando inició ni siquiera sabía nadar. Pero aprendió muy rápido, tanto, que nos presentaron un entrenador, el cual lo vio y nos dijo que tenía buen futuro en la natación”, contó el papá de Kevin.
A los seis meses de estar entrenando, llegó su primera competencia en la ciudad de Medellín. Nada más y nada menos que contra el campeón paralímpico en natación, el colombiano Nelson Crispín. “Aunque no quedó en el podio, aseguran quienes lo vieron en acción que se desempeñó muy bien, teniendo en cuenta que era un novato y es mucho menor que Crispín”, relató.
Desde ese momento se planteó dos metas: ganar medalla de oro uno en alguna edición de los Juegos Paralímpicos y desbancar del título a Nelson Crispín.
Y su primer paso para lograrlo fueron las ocho preseas (cuatro de oro y cuatro de plata) que consiguió en los Novenos Open Para-Nacional de Natación realizados en Cali hace un par de semanas.
Fue uno de los más ganadores en esta competencia. Sin mencionar que Kevin Moreno no compitió con otros niños de su edad, lo hizo contra adultos.
“No sé por qué no había una categoría para la edad de Kevin, es muy extraño. Pero no importó, se trajo ocho medallas y solo lleva un año entrenando”, comentó Luis Moreno, quien también añadió que “nos sentimos muy orgullosos porque nunca nos imaginamos que le fuera a ir tan bien después de esta enfermedad que no lo dejaba ni gatear. Ahora es medallista nacional”.
Le agradecen al Imdri (Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué) por apoyar a Kevin y llevarlo a participar a la ciudad de Cali. Porque gracias al buen rendimiento que demostró en esta competencia, se ganó un cupo para un torneo en Barranquilla, en el mes de octubre.
Finalmente, don Luis Alfonso quiere dejar un mensaje para los papás de otros niños que padezcan enfermedades como la de su hijo Kevin.
“El hecho de que ellos tengan una incapacidad no quiere decir que sean personas que no tienen futuro. Apóyenlos y traten de que practiquen algún deporte, porque además de ayudarles físicamente con la enfermedad, pueden descubrir algún talento. No los escondan de la sociedad, al contrario, siéntanse orgullosos de sus hijos”.
Kevin ya no es un niño que solo asiste al colegio y pasa las tardes encerrado en su casa. Desde hace un año, todos los días, entrena natación de 4:00 de la tarde a 7:00 de la noche, sin descanso, pues está convencido de que será el próximo campeón paralímpico en este deporte.