A nombre de los cerca de 50 millones de colombianos y de las millones de víctimas, el Presidente Juan Manuel Santos recibió este sábado el Premio Nobel de Paz 2016, en un evento histórico para Colombia y que marca el fin de un conflicto de más de medio siglo con la mayor guerrilla izquierdista del país.
“Este premio lo recibo en nombre de cerca de 50 millones de colombianos –mis compatriotas– que ven, por fin, terminar una pesadilla de más de medio siglo que solo trajo dolor, miseria y atraso a nuestra nación”, dijo el jefe del Estado en el imponente acto en el que recibió el más importante galardón que se entrega a quienes perseveran por la paz.
En el acto celebrado en la capital de Noruega, el Mandatario dijo que también lo recibe a nombre de las más de 8 millones de víctimas y desplazados, cuyas vidas han sido devastadas por el conflicto, así como de las 220.000 colombianos asesinados por culpa de la confrontación.
“Los expertos me dicen que el proceso de paz en Colombia es el primero en el mundo que ha puesto en el centro de su solución a las víctimas y sus derechos. Adelantamos esta negociación haciendo un gran énfasis en los derechos humanos. Y de esto nos sentimos muy orgullosos”, agregó.
Víctimas quieren la verdad
Precisó que las víctimas quieren la justicia, pero más que nada quieren la verdad, y quieren, con espíritu generoso, que no haya nuevas víctimas que sufran lo que ellas sufrieron.
Citó al profesor Ronald Heifetz, fundador del Centro de Liderazgo de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard, en donde se graduó y quien le dio un consejo.
“Me dijo: Cuando se sienta desanimado, cansado, pesimista, hable siempre con las víctimas. Son ellas las que le darán ánimo y fuerzas para continuar”, agregó.
“Y así ha sido. Siempre que pude, hablé con las víctimas de esta guerra y escuché sus desgarradoras historias. Algunas de ellas están aquí hoy, recordándonos por qué es tan importante que construyamos una paz estable y duradera”, precisó.
Héroes de las Fuerzas Armadas
También dedicó el premio a los héroes de las Fuerzas Armadas de Colombia, quienes nunca han dejado de proteger al pueblo colombiano, y entendieron muy bien que la verdadera victoria del soldado y del policía es la paz.
Un capítulo especial lo dedicó a su familia “con toda la gratitud de mi corazón. A mi familia, a mi esposa y mis hijos, sin cuyo apoyo y amor esta tarea hubiera sido mucho más pesada”.
También dedicó el premio a los hombres y mujeres que, con enorme paciencia y fortaleza, negociaron en La Habana durante todos estos años con las Farc.
“Ellos lograron un acuerdo que hoy podemos ofrecer como modelo para la solución de los conflictos armados que subsisten en el planeta”, indicó. “Y me refiero tanto a los negociadores del Gobierno como a los de las FARC –mis adversarios–, que demostraron una gran voluntad de paz. Yo quiero exaltar esa voluntad de abrazar, de alcanzar la paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado”, expresó.
Finalmente, compartió el galardón con la comunidad internacional “que con generoso y unánime entusiasmo, respaldó el proceso de paz desde sus inicios».