Todos los sábados, a las 6:00 de la tarde, el céntrico parque Andrés López de Galarza es un punto de encuentro para la diversidad. Allí niños, ancianos, habitantes de calle y familias enteras se reúnen en torno a una tela y una buena cinta.
Este lugar se ha convertido en un escenario cultural, donde el cineclub Cinestratos busca generar espacios de concientización y participación ciudadana desde herramientas como el audiovisual. El Galarza se ha transformado en un espacio para el reencuentro y el reconocimiento.
Franklín Ruíz y Felipe González, quienes iniciaron con la idea del cineclub, son dos estudiantes de octavo semestre de comunicación social que vieron en el cine una herramienta educativa.
De esta forma y pensando en difundir semillas de cambio en la comunidad, lograron cautivar con su proyecto a Brenda Ruíz, una estudiante de noveno semestre de licenciatura en inglés, y a la docente de esta misma área Martha Devia, quienes a pesar de su desconocimiento en el cine decidieron trabajar por una comunidad Cinestratos.
Estos cuatro personajes, sin importar el enfoque de sus carreras, se motivaron a la creación de este proyecto, con el fin de sacar la universidad a las calles y retribuir a la comunidad lo aprendido en la academia, sembrando en los jóvenes la idea de trabajar por un mejor mañana desde el empoderamiento de espacios los públicos.
El proyecto inició en octubre de 2015 con un video beam donado por sus integrantes, un computador y una tela cosida por la mamá de Franklin.
Esta iniciativa se desplaza a diferentes lugares de la ciudad, barrios, parques y veredas, educando y promoviendo cambios dentro de las comunidades desde el audiovisual. Actualmente, se lleva a cabo el ciclo de cine Nos Siguen Matando, que desde su enfoque temático promueve a la concientización y construcción de un mejor país.
Franklín Ruíz asegura que no ha sido un trabajo fácil, ya que este es un proyecto auto gestionado, que se vale de rifas, ventas y aportes que hacen algunas personas para poder llegar a las comunidades.
En Cinestratos se han presentado películas como Machuca, de Andrés Wood; Falsos Positivos, de Simone Bruno y Dado Carrillo, y documentales como Operación Pacific Rubiales, de Bladimir Sánchez.
Las próximas proyecciones serán: No hubo tiempo para la tristeza, un documental realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica que se presentará el jueves 2 de febrero en el barrio Uribe, y La parábola del retorno de Juan Soto, que se estrena el próximo sábado, 4 de febrero en el parque Galarza.
Cinestratos está abierto a recibir el apoyo de entidades y organizaciones en búsqueda de patrocinios que les permitan llegar a más lugares dentro del departamento.
Los integrantes de este proyecto son consientes de que con su trabajo no se hace una transformación total, ya que no pueden suplir todas las necesidades de la comunidad, pero se sienten satisfechos al sembrar una semilla, pues han logrado sacar la universidad a las calles, uniendo a la comunidad, educando y estimulando en ella un pensamiento crítico de igual a igual donde no existen barreras. Un espacio Cinestratos.