El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo aseguró que en el comentario que hizo sobre un posible cierre del diario El Nuevo Día, por incumplir presuntamente con requisitos sanitarios, no se trató de una amenaza sino de un comentario suelto que fue mal interpretado por los medios de comunicación y el gerente de esa casa editorial Miguel Ángel Villarraga. (Ver: Alcalde Jaramillo amenaza con cerrar el diario El Nuevo Día)
“En ningún momento he amenazado con censurar al diario El Nuevo Día, y mucho menos soy partidario de que se acallen las voces críticas que, para nosotros, son un aliento para mejorar todos los días”, expresó Jaramillo a través de un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
El mandatario dijo además que en su carrera pública de 40 años “siempre he defendido los derechos individuales y civiles que están contemplados en la Constitución Política de Colombia” y se catalogó como “defensor de la libertad de expresión”.
Asimismo, en otra misiva enviada a esta redacción, el Alcalde sostuvo: «se aclara que en ningún momento la actual administración ha tenido la intención de vetar, ni atacar a algunos periodistas, ni mucho menos tiene estrategias para cerrar algún medio de comunicación escrito o radial de la ciudad».
Sin embargo, en su comunicado público, sostiene que tomó la decisión de vetar a la reportera del diario El Nuevo Día, Claudia Melo, porque “he visto cómo se vulnera el derecho que tengo como servidor público a responder las acusaciones que contra mí se hacen todos los días”.
Y puso como ejemplo tres artículos publicados por ese medio de comunicación, en los que se divulgaron hechos negativos de la administración local, y en los que no hubo espacio para que los funcionarios de la Alcaldía de Ibagué se defendieran.
Carta abierta a los medios de comunicación de Ibagué. pic.twitter.com/sBJmiEypQN
— Guillermo Jaramillo (@GA_Jaramillo) 21 de septiembre de 2018
Lo que no dijo
No obstante, llamó la atención que en el comunicado no hizo ninguna mención al comentario desafortunado que desató la polémica ni precisó que lo hizo en medio de un fuerte reclamo público dirigido a la comunicadora Claudia Melo, a quien ha calificado de “chiquitica y enredadora”.
Recordemos que el mandatario, bastante molesto con la línea editorial de El Nuevo Día, al que llamó “duquista”, lanzó el siguiente comentario: “Yo me puedo ir hasta el periódico a mirarle y mandarle la inspección sanitaria y todo, y voy a encontrar que el periódico no llena la cosa de riesgos, que no llena esto, que no llena lo otro y cierro el periódico porque le falta esto o lo otro. ¿Qué tal yo fuera así? Ustedes se dedican a eso: a desprestigiar esta administración”, dijo Jaramillo.
Para el gerente de El Nuevo Día, Miguel Ángel Villarraga, esta afirmación es una amenaza y comparó su actitud con el modelo político venezolano, en donde -a través de decisiones administrativas- cerraron todos los medios de comunicación opositores.
En el mismo sentido se refirió el abogado Wilson Leal, otro de los críticos de la administración del alcalde Jaramillo.
“Aquí hay una amenaza matizada idiomáticamente. Jaramillo les mandó un mensaje a los dueños de El Nuevo Día, les dijo que él tiene el poder para cerrarles la sede, como lo ha hecho con los establecimientos que distribuyen determinado tipo de licor, que comercializa un determinado empresario de la ciudad. O sellar las obras de los constructores que no son de sus afectos. La ciudad sabe cómo ha sido el estilo de esta administración. ¿Cuántos negocios legales, que generan empleo decente, han sido cerrados por esta administración? No son pocos, se lo aseguro”, señaló Leal.
Generalización equivocada
El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo cerró su comunicado criticando el papel de los medios de comunicación en el cubrimiento del desfalco de los Juegos Deportivos Nacionales de 2015, y da a entender que toda la prensa local guardó silencio a cambio de jugosos contratos publicitarios que entregó la administración del exalcalde Luis H. Rodríguez, detenido hace casi un año en la cárcel de El Espinal.
Y como las generalizaciones no son buenas, es oportuno reiterar que medios como EL OLFATO y El Nuevo Día lideraron las denuncias sobre las oscuras licitaciones que montó el abogado Orlando Arciniegas Lagos, como lo ha demostrado la Fiscalía en las audiencias de imputación de la mayoría de capturados. (Ver: El día que Arciniegas defendió a El Chatarrero y atacó a EL OLFATO por sus denuncias)
Es más, muchos artículos han sido utilizados como material probatorio en la sustentación que ha hecho el ente acusador para enviar a la cárcel a Luis H. Rodríguez y el resto de procesados.
Todas esas revelaciones, hechas cuando el alcalde Jaramillo vivía y trabajaba en Bogotá, provocaron duros ataques en las redes sociales en contra de los periodistas de estos medios de comunicación y el director de EL OLFATO, Luis Eduardo González, debió salir de Ibagué -por más de un año- debido a los reiterados hostigamientos que hubo en su contra.