José Guarnizo tiene 33 años, es ibaguereño, se hizo profesionalmente en Medellín y es, sin duda, uno de los mejores periodistas de Colombia. No es casual que ya tenga en su hoja de vida un Premio Rey de España y haya publicado sus historias en el prestigioso diario El País de Madrid.
Es además el autor del exitoso libro La patrona de Pablo Escobar, la historia de Griselda Blanco, asesinada por un sicario en Medellín en el 2012, después de pagar 20 años de prisión en Estados Unidos.
Este ‘cazador’ de historias creció en la Séptima etapa del barrio Jordán, estudió en el colegio San Simón y la biblioteca Darío Echandía, se convirtió durante todo el bachillerato, en su segundo hogar.
Sus ganas de querer escribir lo llevaron a fundar, con más compaeñeros, un periódico en su colegio que se llamaba El Simoniano, pero alcanzó sólo para dos ediciones por falta de apoyo económico.
Aprendió a amar la literatura y por eso quiso ser escritor. En el año 2000 llegó a Medellín, después de haber estudiado tres semestres de derecho en Ibagué, se fue con la seguridad de que lo suyo no eran los juzgados.
Entonces estudió Comunicación Social en la universidad de Antioquia y desde el primer semestre empezó a escribir historias para el periódico de la facultad.
Pero su contacto real con el periodismo inició en el periódico El Mundo de la capital antioqueña donde fue practicante. Luego pasó a trabajar a un diario popular de esa ciudad que en su momento se llamaba La Chiva, pero que actualmente se conoce como Q’ hubo.
“Me ofrecieron el doble de salario, entonces me fui de una, sin pensar con qué tipo de periodismo me iba a encontrar. Pero ahí hice la mejor escuela que pude haber hecho en periodismo, yo tenía que tratar de hallar lo sorprendente en lo cotidiano” recuerda.
Fue un año entero recorriendo la ciudad, buscando temas diferentes pero, asegura que eso le permitió ver más allá de lo que el día a día le ofrecía.
Luego de esto, llegó a trabajar en el periódico El Colombiano, donde cubrió temas judiciales. Tiempo después vino la creación de la unidad de investigaciones en ese mismo medio pero, en el 2012, siendo el editor de esta área, decide retirarse para trabajar como independiente.
¿Cómo llega el Premio Internacional Rey de España?
Estaba sentado en su escritorio cuando de repente llegó un comunicado de prensa de la Policía Nacional que decía algo así como: “20 asiáticos pretendían cruzar por el golfo de Urabá, los presuntos delincuentes…”. En ese mismo instante la curiosidad lo hizo empacar maleta y, en compañía de un fotógrafo, viajó hacia el golfo.
La intuición lo llevó hasta esa historia que tituló: Urabá, otro "hueco" entre Colombia y la USA y lo hizo ganador del Premio Internacional Rey de España en 2011. (Ver artículo)
“Escribir crónica es tener la paciencia para descubrir, no para inventar, que es el camino fácil. La realidad va dando cosas más interesantes de las que aparentemente hay”, asegura José.
“Los periodistas están enseñados a copiar y pegar, a transcribir el boletín y publicarlo, yo un poco matado por la curiosidad de saber qué había detrás de todo eso, decidí irme para allá ocho días”, dice.
Sus dos libros
Luego de retirarse del periódico El Colombiano, este periodista ibaguereño e hincha “a morir” del Deportes Tolima, decide trabajar como independiente y empieza a escribir artículos para El País de España y para la Revista Don Juan.
Paralelamente, durante dos años con la editorial Planeta, publica sus dos primeros libros: La patrona de Pablo Escobar y Extraditados por error, una novela de no ficción basada en la vida de cuatro personas que son acusadas de lavado de activos.
Hoy, José Guarnizo trabaja como corresponsal de la revista Semana en Medellín y sueña con venir al Tolima a buscar las historias invisibles de este departamento de 47 municipios.
“Yo le tenía miedo a escribir, me parecía muy difícil. Pero hoy escribo crónica, porque escribir noticia lo puede hacer cualquier robot, de eso estamos saturados, yo prefiero tomarme un tiempo y tratar de ofrecerle otra experiencia al lector, y descubrir lo sorprendente en lo cotidiano”, comenta.
En Ibagué viven su madre, su abuela y sus hermanos, y cada fin de año procura venir de visita.
"Es volver a la tierra de uno, a las raíces", remata.
Foto: Anderson Wh