Ibagué, una de las ciudades más antiguas de América se convierte en toda una historia por contar, una identidad por recuperar y una pertinencia por conquistar.
Es llamada la capital Musical de Colombia, título que le otorgó el francés Conde de Gabriac en sus crónicas de viaje publicadas en Europa hacia 1886, quien quedó sorprendido con el ambiente musical en la ciudad, sus coloridos murales de los edificios del centro y el Conservatorio del Tolima, considerado como una de las escuelas de música más importantes en el país.
Historias inolvidables de una crianza con olor a Ocobos en tardes frías y en calles que emanaban confianza, solidaridad y convivencia inspirada en bambucos, tiples, san juaneros y guabinas mañaneras, hacen de Ibagué una ciudad historial.
Nuestra historia nos compromete a llevar la bandera en el pecho y un pentagrama cargado de composiciones al compás de una tierra de seres pujantes, orgullosos y leales a su Ibagué.
Los contrastes culturales que envuelven la Ibagué del 2016, nos ha convertido en una ciudad inclusiva, diversa y estratégica, pero así mismo se han perdido infinitas posibilidades de mostrarnos ante el país como una capital pujante, notoriamente por el ejemplo que se desarrolló en los XX Juegos Deportivos Nacionales y IV Paranacionales antes, durante y después de su ejecución.
La mala realización de los XX Juegos Nacionales y IV Paranacionales como vergüenza nacional ha sido y será una lección de NO repetir, y de no olvidar pues es un parámetro que mide el nivel de compromiso de todos. Sin duda, fue una vergüenza nacional, reinó la improvisación y los resultados fueron embarazosos.
¿Pero es viable repararnos? ¿Es posible reconstruir el sentido de pertinencia por Ibagué?
Tenemos que darle la vuelta a la página -esperando resultados de la Fiscalía-, y como sociedad resucitar, planificar, sembrar, proyectar y ejecutar de manera correcta, sin más chambonadas.
Nosotros, usted y yo, hacemos la ciudad. Ibagué suplica seres humanos con actitud de cambio, respetuosos, tolerantes y con un comportamiento ciudadano ejemplar… Ciudadanos que cuiden el medio ambiente y los animales.
Es el momento de despertar la conciencia y originar cambios en nosotros mismos que nos permitan tranformar a Ibagué. Así todos podremos vivir bien.
Ibagué emprende un nuevo camino cultural cargado de esperanza y afronta un nuevo periodo de perspectiva, ilusión y ensamble en la pedagogía humana.
Esta es la oportunidad de cuidar nuestra ciudad, surgir, crear y reconstruir. Ibagué necesita sentirse querida por sus habitantes, no podemos convertirnos en la ciudad de todos y de nadie, donde a ninguno le duele verla desaseada, descuidada y criticada. Paisano, lo invito a vestirse de amarillo, verde y rojo, lo convido a empezar por usted y su entorno.
Cada día que pasa es una oportunidad para crecer y mejorar. Que haya alegría, civismo, danza y música. Hagamos de Ibagué la ciudad que inspira a sus visitantes para querer volver y convertirnos en el epicentro turístico de Colombia por la calidez, por la atención de los visitantes, por el cuidado y mantenimiento de nuestro patrimonio. Seamos replicadores de nuestro amor por la tierra que nos vio nacer y vigías, por ejemplo, de nuestro gran pulmón: ”El cañón del combeima”
Ciudadano, Ibagué necesita de usted.