Desesperados. Así están más de 30 familias de los barrios El Vergel y Pedregal por los constantes ruidos que se originan desde varios bares ubicados sobre la Avenida Ambalá entre calles 80 y 83 de Ibagué.
Los establecimientos, localizados justo al frente de sus viviendas, han perjudicado la salud y tranquilidad de la población. De hecho, muchos han optado por vender sus propiedades porque es imposible conciliar el sueño.
“Las únicas veces que uno puede dormir tranquilo es cuando hay elecciones por el cumplimiento de la ley seca. De resto todo el año tenemos dificultades para conciliar el sueño. Los vecinos logran dormir hasta después de las 3 de la mañana”, manifestó Hernán Rodríguez Uribe, habitante del conjunto residencial Portal del Vergel.
¿Están cumpliendo la Ley?
A pesar de que la población ganó una tutela en el año 2014 con el fin de cerrar cinco de estos bares ruidosos, las autoridades finalmente decidieron sellar tres de manera definitiva. Los dos que se salvaron siguen funcionando porque tienen los permisos exigidos por la ley. Sin embargo, la gente alega que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) señala que en dicha zona no se permite el funcionamiento de esas tabernas.
“Según Nancy Astrid Nieto Ruíz, inspectora Sexta de Policía, los dos bares no se cerraron porque tienen permiso del POT anterior, lo cual ampara y reconoce el funcionamiento de estos locales. No obstante, han aparecido nuevos negocios a pesar de que el nuevo POT lo prohíbe. No entendemos porque la ley aplica para unos casos y para otros no”, señaló Rodríguez.
‘Autoridades se pasan la bola’
“No sabemos a quién acudir. Hemos puesto el caso en conocimiento de la Inspección Ambiental, Inspección Sexta de Policía, Secretaría de Planeación, Dirección de Espacio Público, pero el tiempo corre y no pasa nada”, asegura Diana Lucía Romero, residente del sector, mientras sostenía en su mano una abultada carpeta con derechos de petición, tutelas, reclamos e incidentes de desacatos.
Además de que el problema subsiste y las autoridades no dan respuesta, varios vecinos han sido amenazados por exigir su derecho a la tranquilidad. Incluso, a un habitante del Pedregal le dijeron en la Defensoría del Pueblo que desistiera del proceso porque ‘había gente poderosa que podría hacerles daño’.
“Un funcionario le dijo a mi esposa: ‘señora desista, no siga con eso porque ahí hay gente que tiene mucho poder y les puede hacer daño’, eso quiere decir que hay presiones de los dueños de esos locales frente a las entidades del Estado. Es dramático”, subrayó un vecino que solicitó omitir su nombre.
Lo que dice la Alcaldía
Daniel Soto, director de Justicia de la Alcaldía de Ibagué, manifestó que hasta el momento no han recibido ninguna solicitud de la comunidad para realizar la inspección, sin embargo, tras conocer el caso aseguró que en los próximos días realizará la visita a estos establecimientos para verificar la ocupación de espacio público y los niveles de ruido.
“En lo corrido del año no nos ha llegado solicitudes para intervenir estos establecimientos. Pero ya conociendo el caso, vamos a programar una visita para verificar que estos sitios tengan todo en regla”, afirmó Soto.
¿El POT permite el funcionamiento de estos establecimientos?
Aunque el funcionario manifestó que su dependencia no es la encargada de verificar si los bares cumplen con el uso del suelo de acuerdo al POT, explicó que por estar ubicados sobre un eje vial (avenida Ambalá) podrían funcionar.
“Es posible que el POT permita estas actividades por la ubicación que tienen estos establecimientos sobre el eje vial”, resaltó.
Finalmente agregó que los bares que sean sorprendidos ocupando el espacio público o incumpliendo algún otro requerimiento, podrían enfrentarse a multas de más de $800.000 y el sellamiento parcial o definitivo del establecimiento.
Así las cosas, los habitantes del este sector seguirán cargando con la cruz del ruido hasta que las autoridades hagan valer un derecho fundamental que no tiene precio: la tranquilidad.